Les debía más One-shot, ¿Y qué mejor que darles uno con lemon?
Como yo me preocupo por su salud mental, les recomiendo que lo lean bajo su responsabilidad, no me hago responsable de futuros traumas -exagera-
A leer~~
Los besos se dejaron escuchar hasta
los rincones más recónditos de la casa, los jadeos de igual manera y sus
respiraciones exaltadas a más no poder, sus cuerpos se rozaban sutilmente
contra el otro en especial el mayor tocaba con su rodilla la entrepierna
despierta de Kyu, provocando que emitiera dulces y excitantes gemidos, y aunque
seguía encima suyo se sentía prácticamente menor en superioridad pues los ojos
del menor dejaron de lucir tímidos e indefensos hasta volverse lujuriosos y
poderosos.
Las manos del menor recorrían la espalda
del mayor, levantando en su trayecto un poco la prenda superior que llevaba
puesta y a la piel expuesta que tocaba la arañaba con obvias ganas de morder;
Kyu empezaba a desesperarse, la excitación se le subió a la cabeza y dejó de
importarle el reprimirse cualquier sonido que emanara de sus labios solo para
no traumatizar a los pequeños gemelos que eran los vecinos de Sungmin, esto
dejó de importarle a fin de cuentas tarde o temprano escucharían algo similar,
tal vez no de su boca pero si de su madre con su padre, así que solo les hacía
un favor, la ropa le comenzó a parecer la peor creación del hombre y tiró de la
camisa de Yesung, quería que se la quitará o él podía hacerlo gustoso.
- Quítatelo -Le ordenó a lo cual
Yesung se separó de él e hizo lo pedido, desbotonando botón por botón ¡Madre
Santa! eso sí que calentaba hasta al cubito más frío-
El menor miraba el hermoso panorama
que tenía frente sus narices, puede que el mayor no tuviera el cuerpo de un
físico culturista pero ¡Dios! que el señor divino le proveo de algo mejor, se
apoyó en sus codos hasta sentarse en la cama con Yesung encima suyo aún, mientras
lo miraba hacer su trabajo, esto obviamente no duró por mucho pues con
desesperación nuevamente juntó ambos labios siendo correspondido inmediatamente,
sus manos viajaron hasta posicionarse en el dorso desnudo del mayor, tocando su
piel caliente y arañando la región que encontraba durita, ¡Vaya! sí que el
muchacho se ejercitaba.
Pronto unas pequeñas manos se
colaron en sus caderas, llegando al borde de su polera y levantándoselo hasta
las cosquillas y tocando la región de piel descubierta, Kyu jadeó por sentir
como una pequeña corriente le tocaba su piel desnuda y que luego unas manos le
calentaban esa región, luego esas manos se dirigieron hasta ambas rosadas
tetillas, apretándolas y tirando de ellas, gimió por el trato en esa parte de
su anatomía, lo que sólo provocó que Yesung quisiera escuchar más de sus
gemidos, tomó el borde de su polera y tiró de ella para quitársela, Kyu que
hasta ese entonces devoraba la cavidad bucal de Yesung tuvo que separarse para
ayudar a su novio con la estorboso prenda, levantó las manos y la prenda se
esfumó en un santiamén, que ni bien abandono su cuerpo salió en dirección al
suelo en donde suponía quedarían sus demás prendas.
Nuevamente sus bocas se encontraron,
parecían tener vida propia, bueno que se le hace, chocando con fiereza e
impaciencia, sus pechos desnudos se rozaban en un delicioso vaivén de
sensaciones, ambos podían sentir lo caliente que se encontraba el otro y hasta
lo ansioso; Yesung tomó las caderas de Kyuhyun, haciendo que este se sentara en
su regazo, lo que sin protestar hizo.
– Quiero jugar un poco
–Susurró el mayor de ellos, lamiendo la mejilla del contrario-
Kyuhyun no podía ser más sensible en
esos momentos, llevó sus manos a los hombros de Yesung, asintió accediendo a
las propuestas que el mayor le proponga, estaba puesto, jadeó cuando del mayor
paseó sus manos por el borde de su jean delineado la región trasera, metiendo
sus dedos en su jean, tocando el inicio de las nalgas del menor, este gimió
abrazándose del mayor, era inconsciente de que en realidad su boca se
encontraba a unos centímetros del sentido auditivo del mayor, cosa que lo excitaba
de sobre manera y haciéndose notar con su abultamiento debajo de sus aun
pantalones, algo que sintió vagamente Kyu ya que ahora los dedos del mayor se
filtraron en medio de ambos glúteos.
–
Muévete Kyu –Ordenó Yesung-
A lo que el menor, ahogándose en su
propia excitación, supo responder haciendo lo que le ordenó sin protestas,
porque ¿Para qué hacerlas cuando se está al borde de la locura?
Apoyándose de los hombros de Yesung,
comenzó a moverse en un vaivén desacompasado, su trasero rozaba con el bulto
bajo los pantalones del mayor. No importaba qué, siempre terminaba accediendo a
los deseos del mayor para finalmente terminar gustándole a él también, era
extraño, pero a estas alturas Kyu se había acostumbrado; aún recuerda cuando,
por una fantasía de Yesung, terminaron haciéndolo en los probadores de una
tienda de ropa, por eso cada vez que va a comprar alguna prenda con el mayor la
idea de retornar a ese momento no es ambiguo. Hubiera preferido que ninguno de
los dos tuviera pantalones, sería mejor, pero el momento y las ganas pudieron
más.
Ahora era el mayor que ayudaba a Kyu
a llevar un ritmo más constante y profundo. Atrapó sus entreabiertos labios
carnosos e hinchados para acallar y degustar los alaridos que el menor de ellos
dejaba escapar indiscriminadamente. Dejando de lado su retaguardia, y quitando
sus dedos de esa zona, llevó sus brazos a la espalda de Kyu, rodeándolo con
estas, apegando su caliente cuerpo con el suyo, rozando peligrosamente ambos
despiertos miembros, así le devoró los labios con gula, siendo correspondido de
la misma manera, e ir disminuyendo la intensidad a medida que ambos corazones
latían en demasía convirtiendo ese fogoso beso de esos que sólo puedes darle a
la persona que amas. No importaba cuantas veces hayan sido, mucho menos el
porqué de esas peleas, jamás podrá estar lejos de Kyuhyun y ello lo aprendió
tan sólo la primera vez que se alejaron, es su todo lo que necesita.
Yesung volvió a recostar de espaldas
a Kyu, y este se pegó más a su cuerpo para no perder su calor ya acostumbrado a
la cercanía, las manos de Yesung viajaron hasta el borde del pantalón ajeno,
primero desabotonando y abriendo el cierre, y luego deslizándolo de los muslos
de Kyu hasta quitarse por completo, tirándolos junto a las demás prendas, sus
manos traviesas tocaron cada parte expuesta de Kyu, de su pecho hasta abajo, quedándose
ahí por un momento mientras sus dedos apretaban sus delgadas piernas y muslo
interior.
Su boca desde hace unos minutos dejó
la boca del menor para recorrerle el cuello y así bajando hasta su pecho, en el
que se volvió a encontrar con dos lindos botones rosados ya visitados por sus
manos pero aun así no bastaba, lamió uno, primero su alrededor y luego todo, mordiéndolo
si quería, dándose cuenta de que Kyu ahora no dejaba de reprimirse nada, lo que
le encanto.
Sus entrepiernas se rozaban notando
que se encontraban en las mismas condiciones que el otro, totalmente excitados,
el bulto entre las piernas del menor se hizo notorio, encerrado en su prisión
de tela queriendo ser liberado gemía como reprensión, estos gratificantes
sonidos no escaparon de los oídos del mayor, en realidad nada podía hacer que
lo ignorara, la habitación estaba repleta de gemidos de ambos; a los minutos
sus manos acariciaban a el bulto de Kyu con intensidad, provocando que este
levante sus caderas queriendo mayor contacto, lo que sólo le hizo reír
complacido.
Hábilmente se deshizo del bóxer que
traía puesto el menor de ellos, dejándolo completamente a su merced, Kyu se
sonrojo no porque estuviera desnudo ante la persona que ama, sino que este
traía en los ojos impreso la palabra “deseo” lo que le estremecía, aunque por
una parte eso le gusto, saber que era deseado por Yesung, era gratificante, por
lo que las ganas de tenerlo para sí mismo incrementaban, como lo hacía el calor
en sus mejillas fresas.
Lo siguiente que experimento le
bloqueó la mente, como cuando desconectas un aparato eléctrico y este queda en
nada, inservible, algo parecido le ocurrió al menor, a diferencia que a los
segundos recobró la realidad a su alrededor, el hijo de *** que Yesung le había
metido un dedo en su orificio y no es que haya dolido ni nada de eso, es sólo
que su piel se encontraban tan sensible que al menor tocamiento se estremecía y
en este caso de sentir ese dedo tocarle en esa parte lo desconectó del mundo
por unos segundos, reprimiéndose un sonoro gimoteo, quería seguir consciente
para poder vivir las deliciosas corrientes eléctricas que atacaban su cuerpo,
pero ni bien llego el primer dedo le siguió uno más, y no debía de
entusiasmarse tanto porque sabía que vendría algo mucho mejor, pero como dije
con anterioridad se encuentra susceptible al más minino roce y no pudo evitar
volar por las nubes.
Sus brazos temblorosos se agarraban
firmemente de la espalda ajena, de vez en cuando arañándola, y gimiendo alto
cerca al sensible oído de su amante, se lo merecía por haberlo hecho tan
sensible ante sus toques, sí señor; ya había perdido la cuenta de cuántos dedos
invasores tenía, pero sabía que esa cantidad no iba a compararse con lo que
veía, no señor.
- ¿Me quieres provocar, eh Kyu? –Le
dijo besando su rostro y de tanto en tanto saltando por las cosquillas que el
aliento del menor le provocaban-
- N-no lo sé, tal vez… -gimió- Quién
sabe, ¿L-lo estoy logrando? –Dijo finalmente, sintiendo ahora que los dedos de
Yesung hacen la acción de una tijera, intentando expandir el estrecho interior
de Kyu-
- Lo único que logras es que mis
ganas de tratarte gentilmente se acaben, pequeño –Le mordió, no tan fuerte, el
lóbulo del oído-
- Q-quién dijo… que quería… -gimió-
q-que fuera así –Le lamió su mejilla aunque en mejores circunstancias hubiera
preferido devolverle la mordida-
Eso fue suficiente para que Yesung sacara
sus dedos, luego vendría algo mejor obvio esta, de su rosada entrada, se
irguiera, sorprendiendo al menor, y se deshiciera de una vez de sus pantalones
y bóxer que tanto le estorbaban, el menor miró estupefacto al mayor
- ¿A-así te pongo? –Se atrevió a
decir, ya que importaba su tonto orgullo este hace rato había sido quitado y
tirado al suelo como su ropa-
- Así… y más –Le sonrió
lascivamente-
- ¿M-más? –Eso le preocupó de cierta
forma y lo único que vino a su mente fue una sola palabra: “Dolor”, lo que hizo
que inconscientemente cerrará las piernas, sólo tomó en cuenta su acción cuando
las manos de su amante le sostuvieron estas para separarlas nuevamente-
- ¿No me digas que te acobardaste,
pequeño? –Pequeño, pequeño… amaba ese nombre como no sé puede imaginar y más si
lo dice con ese tono tan suyo y en esas circunstancias-
- N-no, es solo qué siento que
dolerá más de lo habitual –Confesó, Vaya~ Sin su orgullo de por medio estaba
indefenso ante el gato, pobre ratón-
- Pensé que te habías acostumbrado a
su forma y tamaño, pequeño
- Bueno sí, pero… -Suspiró- Dame
confianza –Lo último fue similar a una súplica-
¿Qué más podía pedir? Tenía a un
muchacho que si bien por momentos es irritable por otros es extremadamente
adorable, tiene su amor incondicional y sin contar que se entregaba a él
innumerables veces ya sea de forma física como emocional; todo absolutamente
todo en Kyu lo enloquecía, era imposible no amarlo con la pasión que lo hace.
Se inclinó hacía él percibiendo un
pequeño estremecimiento en el cuerpo bajo suyo seguido de un jadeo bajito pero
perceptible, sólo supo sonreír, se acercó a su rostro para besarlo con la única
diferencia de que el beso envés de ser apasionado fue tierno y dulce, tratando
de transmitir con ese simple pero bello acto la confianza necesaria para Kyu,
lo que dio por lograda cuando su pequeño le rodeó el cuello con sus brazos
queriendo más intensidad de su parte, lo que obtuvo sin protestas, pronto
volvieron a lo mismo, al punto de partida de sus pasiones, devorándose con gula
el uno al otro, explorando la cavidad bucal del otro esa que sólo ambos tenía
el privilegio de conocer de cabo a rabo.
Sus piernas eran separadas más, dándole
un estremecimiento por la brisa que seguía corriendo, y él estaba excitándose
por sólo conocer lo que vendría, aunque no veía las acciones del mayor podía
sentirlas en carne propia, quemándole la piel, pidiendo a gritos más, ¿ya dije
qué es sensible? ¿Sí? Bueno~
Soltó un sensual gemido, ya está
parecía actor porno, cuando algo, que conocía perfectamente, se adentró en su
interior, primero la punta expandiendo todo a su alrededor seguido del cuerpo
enteró, que para Kyu fue lento la penetración, sin considerar que sus dulces
labios se encontraban, ahora, cerca al sentido auditivo de Yesung, soltó
cuantos gemidos se deshiciera su boca, inconscientemente lo hacía pero para
Yesung ya era el colmo, quería volverlo loco a propósito, lo que… empezaba a
lograr.
Al estar dentro totalmente empezó a
salir despacio y entrar entró con fuerza, provocando que ya este gritará, las
extremidades del menor temblaban tratando de sostenerse de su amante, pero los
espasmos que recibía cada vez que Yesung hacía aquello lo descolocaban,
reprimirse sus desahogos no servía, el callarlos, no podía y tampoco quería.
Maldijo y a la misma vez bendijo el
momento en que a Kyu se le dio por pronunciar su nombre, de forma sensual a su
parecer, a cada gemido que dejaba escapar, ¡pero que tremendo! Si Kyu quería
volver loco a Yesung lo estaba logrando y con creces.
Al encontrar un ritmo mejor ahora
Yesung entraba y salía con facilidad, chocando su pelvis con las nalgas del
menor, todo se intensificaba, las embestidas, el nuevo beso, los tocamientos, las
respiraciones, los gemidos de ambos, todo, hasta podía decirse que el ambiente
se volvió tórrido.
- ¡Hyung!… -Gimió- … p-peleemos más
s-seguido –Logró pronunciar Kyu-
- ¡¿Qué?! –Ello envés de ser una
queja fue un grito de libertad, como dije todo se volvió intenso que ahora
gritaban como animales-
- Así… -gimió ante la nueva
penetración- follar… aah más –Dijo casi indescifrable pero igual de entendible-
- ¡Mocoso pervertido! –Gritó
enterrándose de lleno en su orificio preferido-
Aquel acto hizo delirar a Kyu, pues
su hyung cabezón había dado en el punto de sus delirios, aferró sus piernas a
la cintura del mayor para que las penetraciones fueran más profundas y
placenteras, lo que de inmediato hizo entender al mayor lo que su pequeño
tramaba; le besó el cuello y de vez en cuando mordiéndolo dejándose marcas
rojizas que no se borrarían tan fácilmente, así demostrándole a cualquiera que
se atreviera a mirarle con intensiones nada buenas, que él ya tiene quien lo
monte(?). Con su lengua humedeció esa región subiendo hasta su barbilla para
por fin llegar a sus tan anhelados labios que a leguas se notaba, habían sido
besados remuneradas veces, los lamió y disfruto de cada sonido que emanaba de
ellos, y de nueva cuenta unió sus labios, esta vez para reprimir sus gemidos y
que estos no lo volviesen en verdad loco.
Con una mano libre recorrió desde el
pecho hasta abdomen y atrapar entre sus dedos el miembro desatendido y ansioso
de Kyu con la finalidad de masturbarlo conforme daba sus estocadas, pronto la
temperatura llego a su parte baja advirtiéndole que se correría en cualquier
momento, algo que no sucedió con Kyu pues él ya se había venido hace instantes
en la mano del mayor debido a los apretones y sacudidas que este había estado
proporcionándole. Fueron segundos después en los que la esencia caliente de
Yesung llenó por completo del interior, dio unas ultimas estocadas provocando
que el espeso líquido se escurriera de la entrada de Kyu llegado a marchar las
sábanas.
Finalmente salió de su interior con
cuidado, le sonrió al agitado y cansado Kyuhyun que tenía enfrente, cogió unos
pañuelos desechables que encontró en la mesita de noche del conejo, recordando
comprarle unos nuevos y rápidamente pensó en ver la manera de recompensarle y
al mismo tiempo disculparse por haber echado a Sungmin de su casa; y empezó a
limpiar a su pequeño, su abdomen, el suyo también, y terminar por la parte
mayor afectada, su orificio; le separo las piernas y comenzó su trabajo aunque
no fue fácil ya que al menor contacto con esa región sensible Kyu soltaba un
gemido, al acabar su dificultoso trabajo, se recostó al lado del menor, tomó
unas sábanas limpias junto a la cabecera, cubriendo a ambos con esta, Giró a
Kyu, recostándolo de costado al igual que él, el menor ya estaba durmiendo por
lo que Yesung solo lo miraba, pasaron varios minutos después de ello.
– ¿Sigues despierto? –Dijo
Kyu aun con los ojos cerrados-
– Sí
– ¿N-no vas a d-dormir? –En
cuanto abrió los ojos, se ruborizó ligeramente pues los expresivos ojos color
azabache del mayor lo observaban intimidadoramente, según él, lo que convelo a
que ahora hablara tartamudeando-
– No –Su sonrisa se
extendió- Te voy a admirar toda la noche –Susurró dulcemente-
– ¿P-por qué? –Sin darse
cuenta el también susurraba; prefirió ver las sábanas o cualquier otra cosa a
la mirada del mayor-
– Porque… -Notó la ansiosa
espera de una respuesta de parte de Kyu, por lo que calló unos segundos- … Te
amo –Dejó de susurrar, ahora su voz sonó grave-
– Ahmm, no puedo competir
contra eso –Sonrió tal vez de manera dulce, pues Yesung ahora lo había pegado a
su pecho, abrazándolo, cosa que hizo ruborizar a Kyu- … Lo que dije de pelear seguido… e-era broma,
no me gusta pelear y menos si es contigo
– Lo sé –Besó su frente- A
mí tampoco me agrada… Y si te referías a lo de tener sexo más seguido, no
tienes que pedirlo yo…
– ¡Sí, entendí! –Le
interrumpió, la verdad era que le avergonzaba que supiera sus necesidades, se
soltó del mayor y le dio la espalda, no quería que viera como se moría de
vergüenza- Ay, que sueño tengo –Fingió bostezar- me dormiré ahora. –Fue lo que
dijo cerrando los ojos-
Abrió sus ojos e
inconscientemente la boca, signo de sorpresa, para luego sonreír, sin duda
amaba a ese niño ¿Y cómo no hacerlo si actuaba tan adorable? no lo cambiaría
por nada; lo rodeo con sus brazos la cintura de Kyu, apegándose a él, le
susurró unos: “Buenas Noches, pequeño” para luego él también echarse a dormir
Y si se preguntan qué pasó
con el KangMin, pues ellos también la pasaron bien, digamos que Sungmin obtuvo
su venganza, y que el Yehyun lo descubrirá cuando vean su habitación. Al final
todos felices y contentos.
FIN~~