Capítulo 7
Quiero
aclarar que en mi fic las edades correspondientes de Kyuhyun son 25 y Yesung 29
No recuerdo la última vez que publique algo de este fic. Mis disculpas por la demora.
Hace 21 años
Pensó que tal
vez el salir a un lugar diferente con su pareja e hijo de 5 años sería una
buena idea, ya que un día familiar en domingo les relajaría de tantos problemas
que habían venido progresivamente, de los cuales ni un respiro de ellos ha
tenido…
Sí, pensó que
sería un día de relajo y en paz, lo pensó, grave error; ahora se encontraba en
un momento realmente incómodo, en ese momento en el que miradas electrizantes
se cruzan con evidentes ganas de asesinarse mutuamente, el olor a peligro ronda
el ambiente, lo paradójico de no saber cómo precisamente llegaron a encontrarse
las dos personas que por asuntos absurdos se odian a muerte y pensar que
“¿demasiado tarde para un cena en casa?”
“¿Qué haces aquí?” –Dijo con total frialdad su pareja
mientras con ruego en los ojos le pedía que no siguiera y que olvidará la
presencia de aquella persona para poder irse, cosa que al parecer no capto o
sólo ignoró- “¿Ahora quieres arruinarme
el día?”
“Ja” –Dijo con ironía- “Créeme
que no tengo tiempo para preocuparme de tu vida y si por cosas de la vida he
tenido que verte la cara, créeme no estoy agradecido” –Escupió verbalmente
con aversión-
“Entonces desaparece, me estropeas la
vista” –Dijo su pareja
sin inmutarse a las provocaciones que el otro lanzará, no, nunca lo hacía y
mucho menos lo haría hoy-
Oh no, esto
empeoraba y el tiempo no ayudaba que digamos, cabe decir que desde que conoció
al que ahora es su esposo, se enteró de una tal rivalidad la cual no tomó
importancia, con el tiempo se dio cuenta de que no era algo superfluo, luego se
enteró de la causa, algo estúpida y absurda, pero que supo sobretodo querer a
Jaejoong con todo y “problemas sociales”.
Alejando su perspectiva
visual de ambos individuos, a unos cuantos metros nada más, se encontraba una
persona conocida, que por situaciones como esta conoció no de la mejor manera
pero eso no influyo en nada para que ambos seres sean el lado pacífico entre
tanto revuelo y hasta amigos.
Dio por
perdido tratar de separar a ambos, al fin de cuentas nunca lo logra, después de
todo Jaejoong y Heechul sólo ladran no muerden; tomó de la mano a su pequeño
hijo y camino con él hasta una banca, se sentó para luego liberar un suspiró de
derrota.
“Appa ¿Pod qué pelead?” –Su inocente voz lo sacó de sus
pensamientos-
Casi lo
olvidaba, el pequeño Boo ya puede hablar y no sólo eso sino que puede entender
lo que sucede a su alrededor, algo que a su edad es sorprendente y complicado
debido a las circunstancias.
“No está peleando, sólo…” –No supo que decirle- “Intercambia palabras
convexas con su amigo” –Y para que su pequeño se la creyera, terminó la oración
con una sonrisa-
No volvió a
hacer preguntas y se quedó calladito, algo que agradeció, por el bien de
Jaejoong y de su hijo si no quería que se viera afectado por su comportamiento.
“Pensé que los detendrías” –Dijo una voz acercándose al lugar en
donde se encontraban- “Tiempo sin verte,
YunHo” –Dijo la pareja de Heechul, un amigo que hizo por cosas del destino-
Le sonrió
pues era verdad, hace mucho no sé veían y las únicas veces que se encontraban
eran cuando algo como lo que presenciaban delante de sus narices ocurría. Que
irónica es la vida, mientras sus esposos se matan de todas las maneras ellos
andan en paz
“¿Es tu hijo?” -Dijo mirando al pequeño Boo- “No lo veía desde que tenía ¿dos? Si no me
equivocó” –El niño los ignoraba por completo pues estaba entretenido
jugando con un carrito, el cual adoraba-
“Así es” –Le desordenó el cabello al niño, ver al producto de su
amor le provocaba infinidad de sentimientos-
“Te presentó a la razón de mi existir” –Tomó el mano del pequeño detrás suyo, que
a simple vista se veía tímido, pues sus sonrosadas mejillas le delataban- “Momo ¿No quieres ver a tu tío?” –YunHo
río, claro que no era su tío pero sabía que si Heechul o Jaejoong se enteraban
del nombre, alguien moriría, es seguro-
“¿Te gusta el nombre Momo?” –El niño aproximadamente de 3 años asintió
detrás de su padre- “A mi hijo le gusta
que le digan Boo” –Dijo sin dejar de mirarlo, lo que avergonzaba al niño-
“Hoy es su cumpleaños y tenemos planeado
celebrarlo en casa”
–Miró a su esposo que ahora estaba sentado junto a Jaejoong diciéndose que
cosas sabe dios, mas al juzgar por sus ojos chispeantes no era nada bueno- “Pero creo que demoraremos un poco”
-Sonrió- “Si las circunstancias fueran
otras, me gustaría que tu hijo y el mío se volvieran amigos” –Tomó en
brazos a su hijo y este se aferró a su cuello, pareciera que lloraría mas ese
no era el caso, pues sus ojos de por si son iluminados y atrayentes- “Por ser tímido no tiene más amigos que sus
peluches y me gustaría que sociabilizara”
“Pues aquí
tiene a un fiel amigo” –Sentó al pequeño Boo cerca al lado de Hangeng para que
se hiciera notar su presencia- “Dile
algo”
“Hola” –Como buen niño obedeció a su papá e hizo lo que este le
pidió, mas el otro niño que volteo a ver de quien se trataba, se sonrojo más y
se aferró mas a su padre escondiendo su rostro del otro- “Me tiedne miedo” –Dijo mirando a su padre como si ello fuera
insultante-
“Es tímido solo eso, Boo” –Volvió a desordenarle el cabello- “Es su cumpleaños ¿No quieres saludarlo?”
El niño se
quedó pensando, en si saludar al altanero niño que lo ignoró o si no hacerlo.
En esos momentos un gritó alertó a los adultos, haciendo que girasen a ver el
lugar del bullicio. Jamás pensó que en verdad pelearon en todo el sentido de la
palabra.
Ahora si son completos amigos
Pensó
irónicamente.
“¿Qué hacemos? No podemos dejar a los niños
solos” –Dijo con
ansiedad de ir y llevarse a Heechul y su hijo de una vez-
“Boo, cuida solo por un momento al Momo
¿sí?” –LE indico
con señas a Hangeng para que acercará a su hijo con el suyo- “Quédate aquí ¿Entendido? No te muevas. Sé
buen hyung y cuida de tu nuevo dongsaeng” –Le dio un beso en la frente y
seguido de Hangeng fueron a separar a ese par de exhibicionistas-
Cuando sus
padres se fueron, el silencio se hizo presente entre ambos niños, Boo miró a
Momo, quién tenía una bufanda grande que le cubría parte del rostro como su
boca y algo de nariz, y eso dejaba expuestas sus mejillas que por increíble que
pareciera seguían rojas, lo que llegó a pensar a Boo que estaba enfermo, pues
de ese color se ponía cuando se enfermaba por jugar descalzo, aunque no era
ningún resfriado ni nada por el estilo sino que Momo de por si tiene es pálido
y si se sonrojara aunque sea un poquito se notaba a leguas.
“Me odias” –Dijo Boo rompiendo el hielo que se formó
entre ambos, lo que negó Momo levemente- “¡¿Ed
ratón te comió ad ledgua?!” –Era seguro que si el niño decía que sí, Boo se
lo creería pues él creía en tal ratón con el cual sus padres lo amenazaban
vendría por su lengua si no comía sus vegetables-
El niño menor
negó nuevamente escondiendo más si rostro, y aumentando de color, fue una decepción
para Boo pues él quería saber cómo era el ratón para no toparse con el de ahora
en adelante mas al parecer se quedaría con las ganas
“No ot veo detde qued se llevó mi dientde” –Hablo finalmente Momo sin mirarle, solo
jugando con sus manos-
“¡¿Lo viste?!” –Aquello era increíble, un amigo que
recién conocía sabía de la existencia de tal ratón, era como haber visto a
Santa por la calle, simplemente era verosímil- “¿Tiene dientes así?” –Hizo una mueca con sus dedos en su boca
simulando unos grandes dientes-
“Jon enolmes y ed chiquidto” –Dijo con mayor libertad- “Me dedjó idnero id… id me ditjo qued
regresadría”
Aquello era
como confesarle que los unicornios existen y que tenía uno en casa esperando
por ser cabalgado por un león con sombrero, poco posible pero que en ese
entonces era real para ambos.
Siguieron
hablando sobre que uno tenía amigos imaginarios y que todos eran tortugas, y el
otro de sus numerables peluches, que tiene uno en especial que le habla cuando
sus padres no están y el otro le creía porque así es la infancia
“Todma” –Extendió su mano hasta el rostro de Momo, en ella
sujetaba su carrito- “Felid cumpleadño”
–Dijo alegremente, ya había hecho un amigo nuevo y por ello quiso regalarle su
juguete-
“Gradcias” –Tomo el carrito y lo abrazó- “Boo Hyund”
“Sedé bued
hyund y te cuidaré” –Le dijo sonriendo-
- - ♥ - -
“¿Seguro que estarás bien?” –Preguntó inquieto-
“Lo estoy… ¿Ganaría algo mintiéndote?” –Le dijo a lo que al otro no le quedo de
otra que resignarse-
“Como digas Game” –Dijo resignado, no podía insistir más o
conociendo a su querido amigo, saldría volando de su casa- “Entonces me voy~” –Dio unos pasos más hasta estar completamente
fuera del umbral de la puerta principal-
Cerró la
puerta, y camino por la sala hasta recostarse en el sillón, extrañamente en ese
momento se sentía agotado, debe ser por la compañía atosigadora de Sungmin que
terminó por agotarle mentalmente, hasta juraría que se le seco el cerebro…
Repentinamente
rio a la nada, ¿Acaso estaba borracho que hablaba incoherencias? Que él
recuerde no ha bebido nada, pero más allá de ello se sentía diferente algo así
como bipolar, que a cualquier estimulo de alguna emoción reaccionaba pero
exageradamente.
Dirigió su
mirada al reloj de pared, observando la hora: 7pm, ya había anochecido y en
todo el día, en realidad desde el miércoles, no había salido de casa y ya
sentía ahogamiento, tal vez le hubiera pedido a Sungmin que lo acampanará a
quién sabe dónde, sólo quería salir; sí eso era lo que necesitaba, salir.
Aunque
mentalmente se encuentre algo agotado, eso no impedía que sus ganas de salir se
esfumaran. Se desperezo, saliendo del sillón, se acercó a un espejo para
mirarse detalladamente, no está tan mal vestido, traía puesto un pantalón que
detallaba sus piernas, de color rojo vino, una camisa azul oscuro y unas
zapatillas que no estaba mal, aunque sabía que de noche el frío era mayor, sólo
pensaba estar fuera no mucho tiempo, por lo menos distraerse en un paseo
nocturno, por lo que así salió de casa.
Se despidió
de sus hijas y salió de su hogar; su rumbo era desconocido mas no le importó en
absoluto, empezó a caminar y su paso se acompasó, el mirar los alrededores de
la calle siempre le parecerá extraño, y es que nunca se acostumbrará al lugar,
se lo dijo una vez y hoy se lo puede volver a decir nuevamente, aquel
vecindario aunque de sea tranquilo, no quitaba el hecho de hacerle sentir
incómodo, no era su lugar, lo sabía y por ello su aceptación no era algo que fuera
cercano. Ciertamente le recordaba al lugar que una vez en su adolescencia, por
causas desafortunadas, visitó, y no es por la parte de ser un vecindario cómodo
para cualquier persona, sino su nexo era debido a la sensación que en él
provocaba, y en especial si era de noche, y es que hubo una vez en que Kyuhyun
se perdió en uno de esos barrios marginados, en donde todo valía y todo se
podía, poco recuerda de cómo llego a aquel lugar, lo que mayor presencia tiene
en su mente es el terror que sentía, lo débil e inseguro que llegó a
experimentar en ese lugar, aunque ello haya sucedido hace años sigue presente
en su mente, no de la misma intensidad pero con el mismo efecto.
Es por eso
que nunca le gustará su vecindario. Sí es tanto el rechazo al lugar ¿Por qué
seguir ahí? Es simple, porque nunca le comento el pequeño trauma que lo
acechaba a su esposo, aunque claro oportunidades miles tuvo mas interés por
decirlo ni un poco.
Luego de
llegar a una concurrida calle, se sentó en una banca libre, una que pertenecía
a parque, uno que poseía unas cuantas piletas, estatuas hechas de la misma
hierba formando figuras descomunales y demás bancos. Inevitablemente observó a
diferentes parejas sentadas a unas cuantas bancas de la suya, estas tomadas de
la mano expresando con una sola mirada dirigida a su pareja lo que sentían. En
más de una oportunidad tuvo la oportunidad de hacer lo mismo, incluso de adolescente recuerda alguna vez haberlo
hecho, tal vez no de la mejor manera pero lo hizo… ahora ni siquiera mostraba
rastro de cariño, volvió a observarlos específicamente a la pareja a su
costado, como ella lo abrazaba y… ¡Demonios! quiso no importarle pero aun así
lo hacía, maldecía por estar tan sensible pues juraría que en esos momentos
quería llorar y si se conocía bien sabría que seguir ahí no era buena idea, por
ello se puso de pie, y dio unos pasos luego de estos le siguieron otros y así
sucesivamente hasta estar caminando nuevamente, en su afán de “escapar” del
lugar, no tomo en cuenta la velocidad en la que iba o quizá fue la distraído
que iba pues tropezó con una señora, está lo llamó y fue recién ahí que notó su
vista nublada, estaba llorando.
Como pudo se
talló los ojos, dio la vuelta y ayuda a la señora a recoger sus cosas, pidiendo
disculpas, alzó la mirada y pudo ver con claridad a la señora que acababa de
“atropellar”
“¿Ahjumma?” –Dijo llamando la atención de la mujer-
“Joven” –Esbozó una sonrisa- “Que
bueno verlo” –Dijo de la forma más tierna que puede haber- “Que pena encontrarnos así” –Una vez con
sus cosas en su lugar, se supieron de pie- “Hubiera
querido vernos en un lugar adecuado, joven”
“No se
preocupe, me alegra verla, ahjumma”
“Que bien, mi
niño. Más bien quiero volver a pedir disculpas por no haber asistido hoy a su
casa, tuve algunos problemas familiares y demás”
“¿Qué?” –Su
sonrisa se desvaneció- “¿Usted no estuvo en casa esta mañana?” –Juraría que
ella fue la persona que acomodó todo-
“¿Qué dices?”
Extrañamente
eso le aceleró el ritmo cardiaco
“Claro que
no, pensé que el señor Kim se lo había dicho”
Empezaba a
entender menos, y sus latidos a intensificarse
“¿Cuándo de
lo informó?” –Se atrevió a decir, tenía temor de la respuesta-
“Antes de
amanecer para hoy día, sabe que yo llegó temprano a trabajar y por ello
avisarles personalmente pero el señor me dio la ventaja, se encontraba
despierto a esa hora y parecía llevar prisa”
“¿Qué?” –Sus
ojos se nublaron nuevamente, la garganta se le dificultaba para hablar- “¿Él
estaba ahí… antes de amanecer?”
“Si, pero
creí que él le informaría a usted”
Ahora
comprendía todo, no estaba exagerando cuando esta mañana no había encontrado
parte de su ropa, mucho menos cuando el lugar estaba limpio; Jongwoon ¿se
estaba burlando de él? ¿Era eso?
Sin medirlo
había tomado una decisión, se despido apresuradamente de la mujer y tomó el
primer taxi que encontró, le dio indicaciones a los minutos llegó al lugar
indicado, bajó del taxi, le pagó al chofer y este desapareció, apretó los puños
intentando darse fuerza, y finalmente camino hasta estar frente al lugar en
donde trabajaba, sacó su celular, sus manos estaban temblorosas pero aun así
pudo marcar su número, sabía y no sé equivocaba que él estaría trabajando aun,
por ello llego al lugar, presionó el botón de “llamar” y este empezó enlazar la
llamada.
Se lo colocó
al oído y espero unos segundos, pensó que tal vez no contestaría pero lo hizo- “¿Aló?” –Y escuchó su característica
voz, se decía a si mismo cosas como: ¿Es él, cierto?, tragó saliva antes de
hablar como normalmente lo haría-
“Soy yo” –Calló unos segundos, no creía lo que estaba sucediendo-
“Estoy fuera de la empresa”
Luego de
hablar no escuchó nada más de su parte, lo que le preocupó, pensó que tal vez
había colgado o algo peor, pero volvió a la vida cuando se dio cuenta que no
era así- “¿K-Kyu?” –Entonces sí, se
reafirmó a si mismo que él era Jongwoon, era su voz.
“Hace mucho frío afuera, ¡Apúrate y baja!” –Mintió, en realidad en esos momentos ni
siquiera se tomaba la molestia de prestar atención al clima, sino que sus
pensamientos estaban llenos de él-
Y por miedo a
una negativa de su parte colgó él primero, así por lo menos no tener que
escuchar sus reclamos al menos no por ahora.
- - ♥ - -
Ahí se
encontraba él, esperando a su novio en el departamento de este, esperaba mucho
que él haya leído su carta, aunque no dudaba de ello, sino de la reacción que
haya tenido al leerla, hubiera dado lo que fuera por ver su adorable rostro, no
era bueno redactando cartas pero en esta puso su empeño y por supuesto amor.
Ya hace unas
horas que había llegado pero no tenía noticias de él, le había mandado unos
mensajes y llamadas que no habían sido respondidas o contestadas, pero no se alarmó,
en su relación solía pasar eso, tanto que llego a tolerarlo, claro que le
encantaría que él alguna vez lo llamará o mensajeará como ve que hacen las
demás parejas, quisiera ser por un momento como esas parejas que se extrañan
tanto que a todo momento necesitan saber de la otra persona, pero sabía que con
Donghae no obtendría eso, porque él no es de hacer ese tipo de cosas, menos
quiere presionarlo, no como la última vez, ese corto tiempo sin verlo le
atosigaba, aunque el verlo en su puerta pidiendo una explicación fue lo más
adorable que él pudo hacerle, no lo mostró en el momento pero lo sentía.
Y fue que
entendió que él era una de esas personas, necesitaba de él para permanecer
tranquilo; había llegado a amarlo tanto que su mundo sólo era él, por ello
quiere hacer todo lo que él le pida, si es necesario esperar un definitivo “Sí”
lo hará, no importa el tiempo que tomé, esperará por él.
Suspiró una
vez más, tomó su celular y marcó nuevamente su número, no le importase que no
contestará quería que él notará que siempre pensaba en él, escuchó nuevamente a
la operadora mandándole al buzón de llamadas, volvió a colgar, levantó la visto
y ahí estaba al que había invocado con todo su ser, este observaba su celular.
“Hae, estás
aquí”
“No me llames
tanto, estuve en una reunión con el odioso de Henry y no pude contestar porque
Mister Hámster no tolera las interrupciones”
“Lo siento,
trataré de ya no hacerlo”
“No importa,
al menos me libre de él”
“¿Leíste mi
carta?” –Dijo divertido-
El otro se
detuvo en seco, felizmente se encontraba de espaldas y agradecía que así lo
haya predestinado el destino de lo contrario del otro pudo haber apreciado el
sonrojo que le atacó.
“Tú” –Se giró
a verlo cuando se normalizo un poco- “¿Cómo pues escribir algo tan vergonzoso?”
–Pero le era incontenible tratar de no recordar lo que en aquel papel estaba
escrito- “¿Piensas que soy un pervertido?”
“Nunca dije
eso”
“Pues en tu
nota no lo decía pero lo insinuaba claramente”
“No veo que
parte de lo que haya escrito sea mentira”
“No depende
de si es mentira o no. Sino de las indirectas”
“¿Me negarás
que estos últimos tres años envés de tener una cita normal terminamos en una
cama?”
Ambos labios
inmediatamente se separaron para contradecirlo, pero de ellos no salió nada
incoherente mejor dicho ninguna palabra, acto seguido se mordió el labio
inferior avergonzándose solo pues aquel acto le daba la razón al otro.
Ante tan
bello panorama las ganas de abrazarlo se incrementaron, unos cuantos pasos y
estaba detrás de su novio, le rodeo con sus brazos siendo recibido sin
objeción, beso su mejilla, sintiendo lo caliente de esta, sin reprimirse una
sonrisa.
“P-pero te
gusta ¿no?”
“Demasiado,
pero también me gustaría un cita contigo” –Le susurró al oído luego besó esta-
“P-podemos
tener una… cena” –Ahora los labios ajenos se deslizaban por su blanco cuello,
mientras el otro inclinaba la cabeza dándole espacio-
“Me parece
bien” –Dicho esto se separó del otro, le regaló una bella sonrisa, tomó su mano
y lo haló hasta la cocina- “Pensé que dirías cena, por eso la preparé
anticipadamente... -Se acercó a una de las cacerolas- Solo habrá que
calentarla” –Lo miró con la misma sonrisa-
Sin decir más
Hyuk calentó lo preparado; con una mesa ya tendida y adornada correctamente
sentó a Hae en ella, obviamente sorprendiéndole al ver todo ya listo, sirvió la
comida.
- - ♥ - -
¿Hizo bien?
Claro.
Era lo que se
repetía pero interiormente no pensaba del mismo modo, se debatía por dentro en
sí era buena idea seguir o dejar todo como esta e irse… ¿Qué es lo que hará si
él actúa diferente a lo que espera? O ¿si el asunto se sale de sus manos? Y
terminan peleando como siempre. Inconsciente de sus actos, mordió su labio
inferior. Sí, estaba nervioso y al mismo tiempo ansioso, nervioso de que le
reclame acciones pasadas, sólo habían pasado unos cuatro días desde que lo vio,
en esos días lo había pasado mal, sin contar los malestares que de un momento a
otro le llegaron. No les tomó importancia pues sabía que era debido a su estado
anímico, como una vez lo escuchó en la televisión, dependiendo del estado
espiritual estará tu cuerpo, y en su caso, estaba mal en todo el sentido de la
palabra, ya hacía unos pocos minutos que se encontraba en frente del gran edificio
en donde trabajaba Jongwoon digamos que él no lo visitaba seguido por eso le
era algo casi nuevo venir.
Será
exagerado o tal vez no, pero para Kyuhyun el gritarle lo que se merecía era lo
que tenía que hacer en cuanto lo viera, aun no podía creer que prácticamente se
fuera sin si quiera tener un maldito papel en las manos que diga que su
matrimonio se había acabado, ¡ni siquiera eso!
Kyuhyun no
era de los que perdonará tan fácilmente, menos un ‘casi engaño’ como aquel. Lo
que Kyuhyun dejaba pasar por alto y por muy alto; era que su justificación no
era la suficiente para ser considerada un reclamo justificable pues el solo
hecho de verlo nuevamente era lo que lo impulsaba a estar ahí parado.
¿Qué es lo
que esperaba? Tal vez una posible reconciliación. Claro está, no iniciada de su
parte sino la de Jongwoon. Como deseaba tanto que todo fuera como antes.
Peleas, sexo, reconciliación. El circulo vicioso del que tanto se había
acostumbrado. La garganta se le secó de solo pensarlo. Gustoso abría sus
piernas, pero este no era el caso.
¿De verdad lo pensé? Una oleada de realidad arremetió contra
él. ¿Pasó por su cabeza entregarse así nada más? Oh KyuHyun ¿Qué es lo que te
está sucediendo?
De eso
dependía el que hoy estuviera allí. Su enojo hacia su estúpido esposo, porque
de ser por cualquier otro sentimiento se sentiría indefenso, incluso dominado,
bajo sus pies.
Terminó por
desechar sus pensamientos al momento de ver una silueta acercarse a él, entonces
supo que no había marcha atrás. Quiso no prestarle atención al terno que
llevaba puesto y que tan bien le quedaba, en comparación suya él era una lagartija.
Entonces nuevamente
se sintió débil ante la seriedad en sus ojos. Bueno ¿Quién de los dos se
suponía debe estar molesto?
“Así que no
era una broma” –Su tono revelaba la frialdad que podía llegar a tener no
obstante no opacaba que en ella hubiera aún ternura.-
Exacto. Este es
el hombre que ama.
“Siempre cumplo
lo que digo” –Quiso mantener la compostura, pero lo cierto era que ante este
lado de Jongwoon no podía. Nunca se había sentido así, no desde que era un
niño, temeroso y tímido, pero ya había superado esa etapa, entonces ¿Por qué ocurría
esto ahora?-
“Tu llamada
parecía importante” –Retomó el curso de la conversación, a pesar de que Kyuhyun
no contribuía en mucho.-
¿Importante?
¿Qué era lo importante? Ya ni recordaba su nombre. Todos sus sentidos se
enfocaron en un solo objetivo. El estómago se le revolvió ¿Desde cuándo le
intimidaba tanto que lo mirará así?
“Kyuhyun
sabes que no me gusta que no respondas. No me hagas perder el tiempo”
¿Hacerle
perder tiempo? Acaso es eso lo que siempre pensó de él ¿Qué le hacía perder
tiempo? Mandó al diablo el remolino de emociones que intentaba gobernar en él,
¿Qué estaba esperando? Que Jongwoon lo abrazará y dijera que todo estaba bien,
volviendo todo a la normalidad. Entonces su enojo inicial, volvió como una
pastilla efervescente en agua.
“Vete a la
mierda”
Continuará...