jueves, octubre 10, 2013

Me Without You [Adaptación-YeHyun] Cap.2



Aqui les vengo a dejar otro capítulo de la primera adaptación que hago :3
Espero la disfruten

Capítulo 2




Jongwoon solo sonrió incomodó y volvió a fijar su vista en el plato de comida. Lo atacaron con una y otra pregunta, seguramente con el fin de hacerle saber que el no
“Encajaba” en nuestra comunidad, en nuestra familia… en SUS vidas y debió de haber estado nervioso, pero en ningún momento titubeó. Yo no podía hacer más que admirar como sus labios se movían al entonar cada palabra, sus ojos pestañear una y otra vez, y de la perfecta manera en que esbozaba una sonrisa.

— Cuéntanos, Jongwoon. ¿Qué es lo que haces? -Preguntó mi padre, acomodándose en la mesa-

Jongwoon sonrió de costado y fijó la vista en mi progenitor.

— Estoy en el último año de escuela y he comenzado a ahorrar dinero para pronto
entrar en la universidad -Se sentía orgulloso y no había porqué no-

— ¿Ahorras dinero? –Inquirió-

— Así es. Tengo un pequeño empleo, el cual me ha servido para ayudar a mi familia,
ahora todo el dinero se irá directo a los ahorros para la universidad -Carcajeó. Debía
ser incómodo que alrededor de 14 personas desconocidas tuviesen la vista fija en uno-

— Disculpa la pregunta -Se integró uno de mis primos mayores- ¿Cuánto es lo que ganas? —Eso no era de su incumbencia-

Donghae observó a todos con lentitud, ahora sí que había silencio y debió de enterarse que ese tema, el dinero, era el que más importaba.

— Lavo los trastos en un restaurante de por aquí cerca, así que por mes me pagan
unos $15.000 -Musitó con la frente en alto-

Las miradas comenzaron de ida y vuelta.

— Sé que no es mucho… -Continuó- pero… creo que si no gasto ni un centavo, tendré lo suficiente y así continuaré -Sonrió, pero a nadie le importó y la conversación prosiguió entre el resto del grupo.

Dios, no podía creer tener una familia tan fría, déspota. Nunca podré entender cuál fue el factor que me hizo ser diferentes a los demás y la verdad, era que no importaba, solo estaba agradecida de no ser un malcriado, orgulloso y juzgador.

Posé delicadamente mi mano en su pierna izquierda y di pequeños y torpes golpecitos.

— Estoy muy orgulloso de ti, Jongwoon -Le sonreí tratando de hacerle entender que no me importaba lo que pensara el resto- eres una gran persona.

Sus ojos se clavaron en los míos y sentí lo apenado que estaba. ¿Cómo podían herir sus
sentimientos de esta manera? Quizás él no tenía la misma cantidad de dinero que mis padres, que mis tíos, familiares, pero tenía valores y eso era lo que más importaba.
La cena había finalizado y la mayoría comenzaba a retirarse, hasta que finalmente, quedaron; mis padres, Jongwoon y yo.


— Ya puedes retirarte -Apareció mi madre en la sala principal- En pocos minutos serán
las once de la noche. Kyuhyun tiene que descansar -La miré con disgusto-

— Son vacaciones, mamá -Argumenté sin dejar de mirarla fijo a los ojos-

— No, no… -Interrumpió- Si es tarde y yo… yo ya debería irme -Sonrió poniéndose de
pie-

— Pero Jongwoon -Di un salto y frené su paso- No… aun no, no te vayas aún…

— Kyuhyun, es suficiente -Soltó con frialdad, mi madre-

— Buenas noches, Señora Cho, fue un gusto haber compartido con ustedes -Dirigió su vista a mi madre y se despidió con cortesía-

Tomé la mano de Jongwoon y nos dirigimos en silencio hasta la puerta. Una vez en el portal, detuve su paso acelerado

— Jongwoon… -Susurré- nos veremos mañana ¿Verdad? —Lo miré a los ojos, con los míos vidriosos, tenía una mala corazonada-

— Si… -Musitó con voz baja-

— Asegúramelo -Mis expresiones de rogación desaparecieron y fueron suplantadas por una desconfiada. Rodó los ojos y me miró agotado-

— Te llamaré mañana -Se acercó hasta posar su mano en mi cuello y acercó
pacíficamente sus labios a mi frente. Lo miré angustiado y solté su brazo para dejarlo ir.
Agitó distraídamente una mano y trotó hasta su vehículo gastado-


Esperé a que el auto se alejara y entré con la intención de correr hacia mi habitación y
distraerme con algún tipo de estupidez, más en la puerta de mi cuarto, mi padre me esperaba con el rostro endurecido.

— Hay que hablar -Musitó e ingresó a mi cuarto, se dejó caer en el sillón y yo me
quedé de pie frente a él- Tu madre y yo ya lo decidimos, Kyu  —Suspiró y agachó la vista-

— ¿Decidieron? ¿Qué decidieron? -Me crucé de brazos y enarqué una ceja-

— No volverás a ver a ese muchacho -Trasladó sus ojos desde la alfombra, hasta los
míos-

— ¡¿Qué?! -Exclamé sorprendida, pensé que había una esperanza de hacerlos cambiar de opinión- ¡No pueden hacerme esto! -Los latidos rápidos de mi corazón, una presión fuerte ejerciendo en mi pecho y los ojos comenzándose a hundirse en lágrimas, solo indicaba que explotaría en llanto-

— No hay nada más que decir -Alzó la voz ante mi actitud- ya está decidido. No lo
volverás a ver y punto. No queremos que nuestro hijo termine en una choza con un hombre que ganará el resto de su vida unos míseros pesos -Se puso de pie y comenzó a caminar hacia la puerta-

— ¡USTEDES NO TIENEN IDEA! -Grité desesperada- ¡NO PUEDEN SEPARARNOS! ¡SIMPLEMENTE NO PUEDEN! ¡Y YA ENTIENDO PORQUÉ NO LO ACEPTAN! ¡PORQUE NO ES UNA PERSONA FALSA Y LLENA DE MENTIRAS COMO USTEDES LO SON! —Sí, había explotado y había dicho de una vez lo que pensaba respecto
a mi familia. Personas que se ahogaban en mentiras. Mi padre se volteó furioso-

— ¡No queremos una basura en la familia! -Exclamó-

— ¡La única basura que hay en este lugar son ustedes! -Grité pateando fuertemente el
piso-

— ¡Estás castigado! ¡Ahora ni pienses en salir, ni con tus amigos, ni con nadie! Te quedarás encerrada en tu habitación durante dos semanas ¿Entendido? -Me apuntó con un dedo acusador-

— ¡GENIAL! -Grité entre llanto, odio, rabia y amargura- ¡Mientras más alejada de ustedes esté! ¡Mi vida es perfecta! -Corrí sin esperar más respuesta hasta mi cama y me dejé caer-


Pasos furiosos y un gran portazo dieron el final de la discusión. Ahora el único sonido
presente eran mis sollozos interminables y dolorosos.
Nadie, nadie en el mundo podría separarme de él, lo amaba y eso era lo suficiente para mantenerme junto a él, siempre.

Tenía que hacer algo, no podía quedarme de brazos cruzados… y debía de actuar ahora ya… o sino… después sería demasiado tarde.



Con la rabia latiendo agitadamente en mi corazón, tomé mi celular y tecleé rápidamente la alarma, reprogramé y dejé un horario pendiente: 3:30 de la madrugada.

Sabía muy bien lo que tenía en mente y no había manera de que me arrepintiera.
Busqué entre mi closet una de las maletas más amplias y al tener una en mano, saqué gran cantidad de ropa, sin importar que prendas fueran, solo importaba que cayera la mayor cantidad posible.

Tomé un bolso de menor tamaño para cosas básicas, al terminar de empacar todo lo esencial, dejé mi abrigo, maleta y bolso de mano, bajo la cama. Apagué la luz y me escondí bajo las suaves frazadas de mi cama vestida de pies a cabeza, no había tiempo que perder. Ahora solo quedaba que Jongwoon aceptara.

La delicada melodía de la alarma vibró bajo la cabecera, logrando que mis ojos se abrieran de par en par. Dormido, estaba conscientemente para el momento.

Tiré las sabanas hacia atrás y moldeé un bulto, con sábanas gruesas, bajo las frazadas,
lo que reemplazaría mi cuerpo.

Me abrigué y salí de la habitación pretendiendo ser silencioso y cuidadoso. Los pasillos y todo rincón, permanecían en plena oscuridad, por lo que con mayor razón debía tener cuidado. Hice un gran esfuerzo al bajar las escaleras. Era uno de esos momentos en que los escalones parecían ser interminables y debía permanecer con los dientes apretados para evitar un quejido o un jadeo de cansancio.

Al llegar frente a la puerta principal, me acerqué hacia la mesita de un lado y tomé el
lápiz y un pequeño bloc de notas para anotar:

“Gracias por enseñarme los dos tipos de mundos. Uno donde existe la frialdad, la avaricia, el dolor, donde no hay sentimientos, al que pertenecen ustedes. Y el otro donde la gente tiene corazón, donde lo importante es ser como eres, donde la gente si tiene valor. Donde pertenece mi corazón. Estaré bien y ustedes también lo estarán. No pierdan tiempo en buscar a Kyuhyun y busquen en sus interiores la clase de personas que son.
Con amor, Kyuhyun"


Desprendí la lámina y pegué el adhesivo de esta en la puerta. Giré la manilla y salí del
frío hogar.

Podía tomar mi auto, pero podría ser un camino fácil para que mis padres pudieran
localizarme, así que preferí salir del territorio y caminar por la oscura calle esperando
a que un taxi, cual no tardó en pasar.

Di la dirección y miré hacia atrás asegurándome de que el vehículo de mi padre no viniera en persecución. Me pareció un viaje interminable y las lágrimas de angustia no tardaron en aparecer. No por dejar mi hogar, ni por dejar a mis padres… si no por haber nacido con unos padres tan desgraciados. Nunca lograrían entenderme y yo por más que tratara de entrar en sus mentes y ver las cosas con sus ojos, era imposible.

El amable chofer me dejó a las afueras de la casa de Jongwoon, me ayudó con la maleta y se marchó apenas di unos cuantos pasos.

Tomé mi celular y marqué el número de mi amado, no quería interrumpir el sueño de todos.

— ¿Aló? ¿Kyuhyun? -Se preguntó extrañado-

— Jongwoon -Sollocé frente a la puerta de su casa-

— ¡Dios! Pequeño, ¿Qué sucede? -Su voz se entonó preocupada y era de esperarlo
¿Por qué lo llamaría a las 3:56 de la mañana?-

— Jongwoon… estoy en la puerta de tu casa -Musité con un nudo soportando en mi garganta, tratando de encerrarlo y no dejarlo escapar, pero cada vez era más intenso-

— ¡¿Qué?! -Exclamó sorprendido- Espera unos segundos.

Jongwoon dio fin a la llamada y guardé mi celular en el bolsillo de mi abrigo. A los cortos minutos, la puerta en frente a mí se abrió y Jongwoon no hizo más que abrazarme con preocupación.

— Kyu ¿Qué sucedió? ¿Estás bien? ¿No viniste en auto? -Miró distraído detrás de mí-
¿Te das cuenta de la hora que es? Pudo haberte sucedido algo ¿Quién te trajo? ¿Eh?
-Estaba desconcertado y eso mismo lo llevaba a un interrogatorio de mil preguntas-

— Tenemos que irnos, Jongwoon -Sollocé buscando su mirada-

Sus ojos inquietos se apaciguaron al encontrarse con los míos y tomó mi rostro entre sus
manos para llevar sus labios hasta mi frente y depositar un tierno y tranquilo beso

— ¿De qué estás hablando? -Me miró confundido y sonrió de costado, aún sin entender-

— Jongwoon, necesitamos irnos, ya. Te explicaré luego que es lo que sucede, ahora… necesito que tomes tus cosas y nos vayamos al lugar más lejos que conozcas y el menos probable para una búsqueda –Sollocé, demonios era tan vulnerable, pero era considerable sabiendo que podría estar lejos de él para siempre-

— ¡¿Te escapaste?! –Dijo sorprendido- ¿Es enserio?

— ¿Tu qué crees? -Dije nervioso, necesitábamos irnos luego, antes de que mis padres se percataran de que los había dejado-

— Dios… -Se llevó una mano a la frente y suspiró- entiendo… -Me sonrió llenándome
de confianza y me abrazó una vez más- vamos adentro, te tomarás un café mientras empaco mis cosas -Besó nuevamente mi frente y entramos a su cálido y hogareña casa-

Había tenido pocas oportunidades de visitarlo, pero los recuerdos eran maravillosos. Nunca me había sentido tan cómodo, la familia de Jongwoon era espectacular.

Me invitó a pasar a la cocina, me corrió la silla para que me sentara y se preocupó de
servirme un café a temperatura para regular lo frío que estaba la mía.

— Espérame aquí ¿Si? -Sonrió y solo asentí con la cabeza mientras soplaba torpemente
la taza con líquido ardiendo-

Jugué con la cuchara dentro de la taza una y otra vez. Nunca había tenido una decisión tan importante como esta en mi vida y no me arrepentía. Nadie podría arrebatarme al amor de mi vida.

Apresurados pasos se escucharon desde la escalera y presté atención en la puerta, esperando a que Jongwoon apareciera vestido y con una maleta en la mano, preparado para salir a un viaje sin rumbo, más me sorprendí al ver a su Madre.

— ¡Cariño! -Sonrió, pero aun así con un dejo de preocupación. Se acercó, rodeó mi cuerpo con sus cálidos brazos en un dulce abrazo y se alejó para mirarme con aprensión-

— Buenas… noches señora, lamento haberla despertado -Musité incómoda-

— ¡Ay mi niño! Sabes que puedes llamarme por mi nombre -Corrió una silla y se sentó para mirarme con los ojos de una madre preocupada. Solo sonreí y volví a jugar con la cuchara- … Cariño -Acarició mi mano reposada en la mesa- ¿Estás seguro de que es esto lo que quieres? -Me sonrió comprensiva. Solo asentí y devolví la sonrisa- Tus padres. Sabes que harán hasta lo imposible para encontrarte

— Lo sé, pero hagan lo que hagan… no pueden… no pueden alejarme de él -Sonreí con melancolía-

— Mi niño, un amor fuerte como el de tu y Jongwoon los mantendrá unidos siempre, incluso cuando ya no se soporten –Carcajeó- Cuídense -Suspiró y extendió los brazos-

Mis ojos se cubrieron de lágrimas. No quería arrebatarle a su hijo, pero era la única
salida. Amaba a su Madre, creo que si su hijo no fuera el chico de quien me había
enamorado, le habría pedido que me adoptase. Me acerqué y dejé que sus brazos protectores me rodearan. Un abrazo maternal y confiable era lo que necesitaba

— ¿Estás lista? -Escuché su voz suave aparecer con un eco en la cocina silenciosa-

Deshicimos el abrazo y su madre se puso de pie, caminó hacia uno de los cajones de la cocina y sacó un par de llaves.

— Tenlas. Son las llaves del auto de tu tío y las llaves de la casa de tu abuela, no lleves
tu vehículo -Musitó acercándose a Donghae-

Él solo sonrió y abrazo a su madre con intensidad.

— Te amo -Susurró ella-

— Igual yo -Sonrió él al alejarse-

Como desearía tener una relación así con mis padres… si la tuviera… todo esto no estaría pasando.


¿Estás listo? -Musitó mientras deshacía el abrazo-

Asentí y me puse de pie. Estaba más que preparado para enfrentarme a una nueva vida y a la que de verdad necesitaba.

Me estiró una mano y acepté gustosa. Su madre nos miró con cariño y con un dejo de tristeza, lo entendía, arrebataba de un día para otro a su hijo.

— Cuídalo, Jongwoon -Lo apuntó con una carcajada melancólica-

Ambos carcajeamos y Jongwoon me miró negando suavemente mientras arrugaba la nariz de forma graciosa. Nos despedimos una vez más de ella y salimos de la casa en silencio. A decir verdad, los dos estábamos de alguna manera nerviosos. Todo esto era arriesgado, pero él, al igual que yo, estaba dispuesto a hacer lo necesario con tal de no separarnos.

Tus estudios… -Musitó en medio de la silenciosa calle oscura y tenebrosa-

¿Qué sucede con eso? -Levanté mi vista hacia un lado para observar su perfil-

Los dejarás y… estoy preocupado -Me miró con los ojos serios y reprendedores-

Tranquilo, volveré a tomarlos. Aún no planeo como… pero ya me preocuparé de ello -Le sonreí, más el suspiró-

Omití comentarios y seguimos caminando en rumbo a la casa de su tío, la cual al parecer estaba vacía y Jongwoon sacaría el auto. No quedaba mucho camino y no me percaté cuando ya estábamos dentro de un vehículo antiguo, pero cuidado como uno nuevo.

Jongwoon puso el auto en marcha y a la vez que el motor sonó, mi corazón se aceleró junto a este. Debió de haberlo notado, por lo que acarició mi mejilla y se acercó hasta capturar mis labios con suavidad.

No tienes porqué arriesgarte así -Musitó rozando suavemente sus dedos en mi mejilla-

Nunca había estado más segura en mi vida -Le sonreí con la finalidad de entregarle
confianza-

El viaje se ponía en marcha y no tuve interés en mirar hacia atrás y recordar
el camino que dejábamos, era mucho mejor y más confortable mirar hacia delante y saber que todo estaría bien.

¿Por qué la decisión? -Preguntó en medio del silencio-

Deberías saberlo mejor que nadie -Lo miré con tristeza-

Lo sé, pero quiero saberlo con lujo y detalle -Sonrió de costado-

Mis padres… se pusieron de acuerdo en no dejarme verte nunca más… ¿Crees que lo soportaría? -Bufé recordando la discusión con mi padre- quizás hubiéramos podido vernos a escondidas, pero sería como una vez cada mil semanas… las cosas no hubieran funcionado y… no quiero perderte -Mis ojos se cubrieron de lágrimas al instante en que me imaginé una vida sin él. Sola y de seguro con la clase de gente que detestaba, altanera y pedante-

Se hundió en mis ojos y sonrió con cariño y comprensibilidad

Y yo no sabría qué hacer sin ti, no más que morir -Suspiró y no pude evitar sonreír.
Sorprendentemente, él era la única persona que me hacía sonreír desde el corazón, sentir esa sensación de cosquillosas mariposas por todo el estómago, esa sensación de elevarte en el aire y no bajar más del cielo-

Optamos por dejar el tema de lado y charlar sobre nuestro nuevo proyecto de vida. Sería difícil e iba a llevar mucho trabajo de parte de los dos, pero sabíamos que no caeríamos y lucharíamos para seguir adelante.

No había puesto atención al paisaje que nos rodeaba por un largo rato, hasta que me di cuenta que los edificios, casas y todo rastro de civilización se habían esfumado y ya
no había más que un camino de tierra detrás y frente a nosotros.

¿Hacia dónde queda la casa de tu abuela? -Musité mirando hacia los alrededores-

La profundidad del bosque daba escalofríos

No queda mucho -Carcajeó. ¿Por qué se reía?-

¿Qué es lo gracioso? -Investigué sin abandonar una sonrisa extrañada en los labios-

De que la oscuridad de la noche te da miedo, de que no te has dado cuenta de todo lo que hemos viajado y de que cada vez me voy enamorando más de ti -Sonrió dulcemente, me miró fugaz y reenvió sus ojos hacia el frente-

¿Acaso mencioné que era la persona más hermosa, tierna, cariñosa, sencilla que había conocido?

Si, si me da miedo, segundo, tienes razón, no tengo idea de donde estamos y tercero… eres adorable -Carcajeé y seguí con la vista perdida en su perfecto perfil-

Mirar hacia delante y ver como los focos del auto alumbraban el terrorífico camino de
tierra, en medio de la oscuridad absoluta, me hacía sentir en uno de esos documentales, donde el joven lleva a su pareja a una casa vieja y abandonada, lugar donde no faltan los sucesos paranormales.

El lugar de día es hermoso, así que no nos aburriremos. Por eso mi abuela prefirió
quedarse aquí, veníamos a visitarla todos los fines de semana -Musitó pacífico, de seguro recordaba viejos y buenos tiempos-

¿Ya no vienen? –Curioseé-

Ya no tan seguido desde… que falleció -Me miró y sonrió apenado.-

Oh… yo… lo lamento -Sentí que no debía de haber husmeado mucho-

No te preocupes, ella sigue estando con nosotros –Suspiró- los humanos somos
egoístas, sabemos que la persona descansa en plena paz y está en el más grande paraíso, pero preferimos tenerla a nuestro lado -comentó-

Tienes razón -Le sonreí.-

Entre charla y charla, la casa por fin apareció y yo creyendo en que sería una casa
abandonada, como la de las películas, me encontré con una hermosa casa pintada de avellana, con ventanas de madera barnizada y un balcón para salir a tomar el sol y sentarse en una banca de madera.

Es hermosa -Susurré aun observándola a través de la ventana-

Mis tíos vienen a mantenerla, no quieren que se derrumbe, no un recuerdo como este… -Sonrió emocionado de volver y se bajó del auto en busca de las maletas-

Lo acompañé y me vi ansioso de entrar pronto. Creo que me sorprendí al entrar, todo tan ordenando, todo tan limpio y tan bien decorado… ya no daba miedo, era muy parecido a visitar una casita de muñecas.-

Es muy acogedor -Sonreí dejando las maletas en el suelo-

Lo es –Carcajeó- Es por eso que adoro venir aquí. Con Ryeowook venimos a veces y
recordamos esos años en que éramos unos bebes. No preguntes por Leeteuk, está muy “ocupado” con su vida atareada en la ciudad -Rio. Me había comentado veces anteriores que Leeteuk era una de esas personas que trabajan duro-

Ven, sígueme -Dejó los recuerdos a un lado y se encaminó por las escaleras, por
donde seguí su paso acelerado-

Era un segundo piso pequeño, tres habitaciones y nada más… y a decir verdad, sobraba espacio

Esta es la pieza de mis padres, dormiremos aquí -Dijo frente a una puerta mientras
buscaba la llave correcta en el llavero-

La puerta se abrió y al prender la luz me encontré con una cómoda cama de dos
plazas, veladores a cada lado y un gran armario.

Desempaca tus cosas, vengo enseguida a ayudarte, iré a revisar la despensa, debe
de haber algunos alimentos, mañana saldremos a comprar si es que nos faltan cosas -Besó mi frente y salió corriendo-

A decir verdad, estaba cansado y prefería omitir el paso de guardar las cosas. Prefería
meterme entre las sábanas y dormir. Abrí mi maleta y busqué mi pijama. Al no existir frío al interior de la casa, quité mi abrigo, mi chaleco y mi polera, seguí con mis zapatos y mi pantalón… Dejé todo tirado en una esquina, mañana ordenaría.

Estaremos bien, si falta al… —La voz de Jongwoon apareció en la habitación y se
cortó en segundos-

Me giré y analicé su imagen. Permanecía estático en el umbral de la puerta, con los ojos fijos en todo mi cuerpo… claro, estaba en ropa interior. Me sentí nervioso… nunca había dejado que nadie me viera en el estado en que estaba y era extraño que él lo hiciera.

P-perdón… -Musitó nervioso y noté sus mejillas más rosadas de lo común- yo… yo…
grítame cuando estés listo —Sonrió incómodo y desapareció.-

Creo que me había ganado la lotería con Jongwoon. Era todo un caballero y nunca había querido aprovecharse de mí, más bien, era sumamente delicado y cuidadoso en cuanto a eso.
Terminé de vestirme y lo llamé tal como él dijo.

Lo lamento -Me sonrió nervioso al entrar- No sabía que estabas… cambiándote.

Está bien, no te preocupes —Carcajeé estirando las sábanas hacia atrás, quería descansar ¡ya!

¿No vas a ordenar? -Arqueó una ceja-

Mañana lo hago, tengo sueño -Me quejé como un niño pequeño-

Está bien –Sonrió- Kyu -Expandió la sonrisa-

¿Si? -Me acomodé bajo las sábanas-

¿Podrías taparte los ojos? quisiera cambiarme y no quiero bajar -Rio-

Claro -Acompañé su risa y cubrí mi rostro con el cobertor-

Era un adolescente y siempre había tenido cierta curiosidad por el cuerpo de Jongwoon, por lo que descubrí mis ojos con cuidado y sonreí travieso al observarlo.

Estaba en lo cierto, su cuerpo había sido tallado por ángeles. Sus piernas moldeadas a la perfección, su torso descubierto era un deleite para mis ojos y su… ¡Dios! Volví a cubrir todo mi rostro y esperé a que Jongwoon anunciara que estaba listo.

Se metió bajo las sábanas y enseguida se acercó hasta rodear mi cuello con uno de sus brazos.

Siempre he soñado con… abrir los ojos una mañana y verte dormir a mi lado -Suspiró
acariciando mi mejilla. Me quedé mirando sus ojos, era lo más maravilloso que me podía haber pasado en la vida-

Te amo -Susurré-

También yo -Tomó de mi mentón y me acercó lentamente hasta sus labios, para
capturarlos con suma delicadeza y ternura. Me llenó de tranquilidad y cariño. Sus labios nunca habían sabido más dulces que esa noche y no podía evitar dejarme llevar por el exquisito compás que sus labios creaban-

Buenas noches -Susurró con los ojos cerrados-


Buenas noches, Jongwoon -Sonreí y me acomodé en su pecho para quedarme dormido con la hermosa melodía de su corazón.


Continuará~