martes, julio 02, 2013

Noche de San Valentín [Parte III - Final]






¡Que molesto! Pensé dentro de mí, me levante tratando de no despertarte, me molestaba no poder dormir ¿Por qué en los lugares menos precisos me muero de sueño? Y ¿En tu rica cama no?, me eché de nuevo, esta vez conté ovejitas, como decía mi mamá, para poder tratar de conciliar el sueño, pero no podía, eso me disgustaba, te miré y tu si dormías, pero ¿cómo? Me interrogaba, sentí celos de como dormías tan placenteramente, me picaba el bichito de la envida, si iba a desvelarme tenía que ser contigo… Y ya sabía cómo hacer eso, te moví para despertarte, pude que hacerlo unos minutos, pues dormías plácidamente, al lograrlo te dije: “Yesung, quiero jugar”, con mi voz algo infantil, pero efectiva pues volteaste a verme y me dijiste: “Mañana jugamos todos los videojuegos que quieras ¿Si?”, me malinterpretaste, yo no me refería a eso, volví a decir: “Pero yo no quiero ese tipo de juego” dije poniéndome encima de ti, esto provoco que se te abrieran los ojos como plato, y volví a hablarte lo más provocador que sonara: “Quiero jugar un rato contigo, hyung” te pusiste nervioso, lo noté en tu rostro, acorte la distancia entre nuestros cuerpos y labios, te besé pues no salías de tu shock, era como si un astuto lobo estuviera cazando un sexy tortuga, quería sacarle provecho a mi falta de sueño y que mejor manera que esta.
Mis manos ingresaron bajo el polo que llevabas, acaricie su pecho, tocando tú ya caliente piel, esta se erizaba por mis simples roces, era reconfortante saber que provocaba eso en ti, en un descuido mío, ya no me encontraba encima de ti sino estaba debajo de ti, habías tardado en asimilar la situación, pero ahora eras tú el que me besaba con desenfreno queriendo apoderarte de mi boca, mordiendo mi labio inferior pidiendo permiso para dominar mi boca, al final dejé que hicieras de mi boca de tu dominio, mis dedos se enredaban en sus rebeldes cabellos oscuros acercándote a mí, profundizando ese apasionado beso, mientras que las tuyas friccionaban, rosaban y tocaban mis cuerpo a su libre albedrio, sin censura, yo intentaba deshacerme de tu ropa, quiera tocarte sin esas estorbosas prendas, si por mi fuera siempre estarías desnudo todo el tiempo, solo para mí. Pero eso no es posible, “Maldita sociedad”, renegaba dentro de mí.
Desabotone cada uno de los botones de tu camisa, en el proceso no podía evitar delinear con mis dedos tu pecho hasta tu abdomen, levemente formado algo ardiente, ese al que tantas veces había probado y el que me hacía delirar, al lograr quitártelo pude admirar tu cuerpo, me idiotizaba, me hechizaba, me provocaba… Ahora te encontrabas lamiendo, mordiendo, devorando mi cuello, sacándome roncos, pero necesarios gemidos, mi cuerpo se estremecía, tus manos acariciaban azarosamente mis caderas, bajando lenta pero satisfactoriamente hasta mis muslos, no protestaba porque me gustaba, pero sobre todo porque sabía y me sentía tuyo, me agradaba esa sensación, saber que siempre podré estar bajo tu protección, me animaba a seguir entregándome a ti en cuerpo y alma, porque sabía que lo que hacía no era en vano, porque tú lo apreciabas como si se tratase de lo más preciado que tuvieras, me amabas, lo sabía y te agradecía por todo ese amor que tienes para mí, por eso no me arrepiento de nada que haya hecho, aunque haya sido lo más cruel que haya hecho contra ti, pues todo lo que paso, me acercaba cada vez más a descubrir tu gran amor, como dice un dicho ”Las cosas siempre ocurren por algo”, y ese algo fuiste, eres y serás tú.
No sé en qué momento pasó, no me di cuenta de cómo lo hiciste, tal vez porque estaba sumergido en el goce que me dabas que no me di cuenta el momento que me desvestías, me sonrojaba no porque está desnudo frente a ti sino porque traías cara de pervertido y ahora era yo el que me sentía la presa y tú el cazador, di un sonoro gemido al sentir tus húmedos labios recorrer mi pecho, era oficial te habías vuelto un lobo, al que solo a mí me dabas el privilegio de ver, conocía tu dos lados, el reservado y cariñoso el que adoraba, y el apasionado y atrevido el que me idiotizaba, sabías que con tu segundo lado, no podía, me dominabas, cosa que normalmente es al revés, pues casi siempre siento que te tengo en mis manos, pero contra tu lado atrevido no puedo luchar. No pude retener mis gemidos más, me retorcí de placer, apreté las sabanas con fuerza, me hacías delirar, tu cabeza estaban entre mis piernas, habías metido mi miembro en tu boca, lo lamías  como si fuese una helado, claro que envés de frío estaba ardoroso, lo hacías divino, lo succionabas haciendo que tocará el cielo.
La habitación inundaba de gemidos, suspiros, bramidos, solo algunos…bueno casi todos eran míos, pues con la intensidad que jugabas con mi amigo se agudizaban más estos, en varias oportunidades en las que tuvimos sexo, siempre pensé que de seguro en tu otra vida fuiste un Playboy o un estríper o algo relacionado con ser “Experto en sexo”, admito que sentía celos de tal solo pensar que hacías eso con tus anteriores parejas, lo sé soy muy celoso, pero siendo tú lo era, hasta de mi propia sombra, suena enfermizo lo sé, pero para mí es “Cuidar lo mío”; me matabas en vida, sentía un descargas eléctricas recorrer mi espina dorsal y unos cosquilleos por mi pelvis, sentía que en cualquier momento me vendría “¡Y-Yesung!” te intentaba advertir, pero no me hacías caso, tal vez porque estabas tan entretenido conmigo o porque no querías , “Me vengo”, te advertí claramente, pero no te inmutaste, no podía soportarlo más, me vine en tu boca, me probaste, otra vez.
Dejaste en torturarme para devorarme los labios, saboreé de tus labios mi propia esencia, creo que por hacer lo mismo tanto tiempo, no me desagrado, sino que me excitaba de una sobremanera, ya me había hartado de los juegos, no quería seguir jugando o mejor dicho que sigas jugando, quería llegar al clímax del orgasmo, “Yesung, haz me tuyo ahora”, te dije rogándote en labios, pues tenía urgencia, tu solo me dijiste “Demoraste mucho”, lo dijiste con una maliciosa sonrisa, no estaba con la paciencia suficiente para responderle, “Lo sé, no perdamos tiempo”, te rogaba, eso es lo que querías, pero como dije tenia urgencia de tenerte dentro de mí, ¡Ya!, que no me importaba rogarte, cosa que en otras situaciones no haría… Seguías besándome, con desenfreno, haciendo que ambos labios se enrojecieran por tanto besuqueo, mis manos se deslizaron por tu cuerpo, bajando hasta tocar lo que por derecho me pertenecía y me hacía delirar por la gran extensión que este tenía, como lo supuse estaba erecto, de solo tocarlo sobre la tela, gimoteaste dentro de mi boca, me estremecí; te incorporaste para quitarte lo único que traías puesto, tu pantalón, al deshacerte de eso, mi cuerpo se excitó, ver tu miembro tan despierto, me hizo sentir escalofríos deliciosos, sabía que me dolería, pero valdría la pena porque me daría el placer que buscaba.
Abriste mis piernas delicadamente para colocarte en ellas, te acercaste a mí, depositando un suave beso en mis labios, en ese acercamiento no solo sentí como tus labios se acercaban sino también tu hombría chocar con la mía, “Uhm” solté junto con un pequeño brinco, lo tenías duro y palpitante, me excitaba, mis hormonas estaban alborotabas, mi piel caliente, mi respiración agitada y mi entrada dilatada, pues tus dedos no se hicieron esperar, salían y entraban tan gozosa sensación, me gustaba ser el placer llenarme, era delicioso y placentero, aumentaste la velocidad con más fuerza, sacándome incontrolables gemidos, “Más” decía con pura fogosidad, no quería que parará nunca, “Ah” me queje, habías sacado tus dedos, te reíste pues al parecer mi rostro era de molestia combinado de lujuria, para luego introducir tu miembro en mí, despacio iba entrando, pero yo no quería esperar tanto, lo quería todo dentro ¡Ya!, crucé mis piernas en tus caderas, y empujándolas hice que te enterraras de una dentro de mí, ambos gemimos al mismo tiempo, tú de placer y yo de goce con algo de dolor, “¿Estás loco?, te voy a hacer daño” me regañaste, con algo de preocupación en los ojos, “No importa… Si eres tu él que lo hace”, lo sé sonó algo masoquista, tu rostro era de desconcierto e inseguridad, “No, no me harás daño… Así que por favor muévete de una ¡VEZ!”, me desesperé, tener tu cosota metida dentro de mí, no es fácil.
Seguías atónito sin hacer nada, por una parte agradezco eso, pues me acostumbrada a esa gran intromisión y por otra no, me desesperaba, quería que me dejarás sin caminar por mucho tiempo; llevé mis manos hasta tu rostro, te acerque a mí, te besé tratando de trasmitirte que todo va a estar bien, por Sishus…Jong Woon, ¿Cuántas veces hemos estado así? Deja de ser tan cuidadoso, admito que me encanta que lo seas, pero en esas situaciones ¡No! “T-todo estará bien –trataba de no sonar tan exaltado- Así que ¡Deja de ser así y viólame, de una maldita vez! O sino juró que te castraré” ¿hasta qué punto tengo que llegar para que me hagas el amor?, “Lamento hacerte esperar tanto, es solo que no quiero herirte… Pero si me lo pides así, no tendré compasión” por fin escuche algo sensato… para mí.
Saliste y entraste primero despacio, luego fue aumentada la intensidad, la habitación se llenaba de puros, lujuriosos y apasionados gemidos, provocados por ambos, te abrase con el fin de calmar el dolor que sentía, si me dolía, pero no te lo quería decir, no quería que te detengas, pues si bien me dolía también me deleitaba, sin querer salían de mis labios alaridos de dolor, pero sobre todo del placer infinito que me dabas, “No te de dentenn gaAhh” habías tocado ese punto que me hacía delirar, “¿Ahí es amor?” solo asentí, seguías dando tan certeramente sin fallar, haciendo que mi cuerpo temblará de excitación, por voluntad propia mis caderas se movían, esto te causo risa, de seguro ver a la persona que más amas tan excitadito era tierno, “Sabes lo tierno que te ves así” me dijo volviendo a besarme, “¿Sabes lo grande que lo tienes?”, dije como pude entre labios, “Te amo, mi pequeño gamer” tapándome la boca, con sus apasionados besos, sin dejar de embestirme, “Menos habladuría y más acción” me mordió el labios inferior, “Como tú digas”
Atrapó mi miembro en su mano, y lo masturbaba, por san Sishus que veía estrellitas, “Me quieres matar” le dije, en toda la oración presente la fogosidad “Yo solo te quiero amar… Y también violar” lo dijo con insinuación “Eres un pervertidohh” le reproche, aunque no pude pues es lo que quería “Lo sé, lo sé, pero este pervertido te ama”, aumento su embestidas, el final estaba por llegar y ya sentía que me venía en las manos de mi amado, tanto fue la fuerza con la que me penetraba que hasta la misma cama se movía, pues rechinaban sus tuercas.
Me vine por segunda vez en medio de nuestros pechos, me sentía aliviado, ambos habíamos llegado al tan ansiado orgasmo, poco después me llenaste de tu esencia, se sentía calientito, ambas respiraciones eran aceleradas y agitadas, nos costó tiempo normalizarnos, luego saliste de mi con cuidado y te tumbaste a mi lado “Feliz San Valentín, ¿Te gusto tu regalo?” me dijiste abrazándome, con una hermosa sonrisa en los labios, “Yo quiera una nueva psp” haciendo un puchero “Te conformarás con la Yeyeconda” casi rio pero no lo hice pues con la cara que lo dijiste era de frustración y diciendo: “¿Qué? Y ¿Lo que acabamos de hacer?”, te besé pues me gusta esa expresión que tenías, “Es perfecto, gracias” abrazándolo y siendo correspondido “Pero, en serio, para la próxima no seas tacaño, cómprame algo caro” para que no siga hablando me abrazo tan fuerte que tapo mi boca con su hombro, yo solo escondí mi rostro en este, y así me fui quedando dormido en sus brazos.

Solo mío [Parte II]




Ya sin esa garrapata, no había ninguna otra distracción para mí, solo concentrarme en ti, te volviste a sentar conmigo, admito que tenía algo de frio por eso me acerque a ti, no creas que me volví meloso, nada de eso, es solo que tenía frio y tu estas calientito, solo por eso, no te malacostumbres; me aferré a ti, pediste un café caliente para ti y un chocolate para mí, aun en situaciones así me tratabas como un niño, aunque admito que el chocolate esta rico y sabes que odio el café, es tan amargo, ¿Cómo puedes tomar eso?, pero no, no me iba a preocupar por cosas banales, solo concentrarme en ti.
La parte difícil ya la pasamos y nada ni siquiera Ryeowook iba separarnos, me sentía feliz, estando a tu lado, es tan reconfortante tenerte, tan agradable ¿Cómo no me pude dar cuenta antes?, un ciego eso es lo que había sido, no darme cuenta del amor que tenías para mí, aun en el presente me sorprendo por todo ese inmenso amor que tienes solo para mí y a la misma vez me alegra no haberte perdido por mis estupideces y tu aun sabiendo lo que hacía seguías insistiendo, incluso ahora sigo pensando que eres cabeza dura, pero que bien que eres cabeza dura, mi cabeza dura.
Como dicen “no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes”, yo estuve a punto de experimentar ese sentimiento tan horrible, asfixiante, tan doloroso… Siento melancolía con tan solo pensar que casi te pierdo, ahora solo me aferró a ti, no queriendo que eso vuelva a suceder, no queriendo que te vayas de mí, ¿Sabes que por recordar eso mis ojos sudan (llorar)?, sabes que odio ser tan sensible, débil y frágil frente a los demás, pero frente a ti, siento que me desahogo pero me molesta cuando me dices: “Mi Niño llorón”, claro que si le tomas más importancia a que me clasificas como tuyo, eso sí es satisfactorio; amo estar cerca de ti, poder abrazarte, tu aroma invadirme, sentirme tuyo, es único que quiero, siempre siempre siempre ser tuyo.
Creo que por pensar tanto en eso me trajo al de tristeza, tú me preguntas: “¿Por sudan tus ojos?”, sabias que odio que me digas que lloró por eso no lo mencionas, “Por recordando”, fue lo único que dije mientras me aferraba a ti, creo que sabias a que me refería, levantaste mi rostro, con tus pequeños dedos secaste mis lágrimas y me mirabas tiernamente, “No pienses en cosas que ya pasaron, no volverán… Nunca te dejaré, ¿Entiendes uhm?”, tus palabras solo hacían que sudaran más mis ojos, pero no de tristeza sino todo lo contrario, me consolaban tus palabras, las sentía sinceras, puras…Verdaderas, eres hombre de palabras, lo sé y cumplirás con tus promesas; yo solo escondí mi rostro en tu cuello, te me dejaste, acariciabas mi cabello, reconfortándome pero no debiste de hacerlo, eso me relajaba, tanto que tenía sueño, dormir cerca a tu cuerpo, no era un problema sabía que me dejarías hacerlo, el problema era que me iba a dormir en ese cafetería.
Notaste que mis parpados me vencían, pediste la cuenta y me dijiste: “No te duermas, ya nos vamos”, claro siempre tus palabras terminaban con una encantadora sonrisa dirigida a mí, pero aun quería seguir pegado a ti ¿Qué hacer?, no se me ocurrió otra cosa más que hacerme el cansado para que así me ayudes a salir, claro que la gente me miraba como si fuera un ebrio que no podía ni pararse, tal vez estaba ebrio, pero ebrio de amor, eso era lo único, con cuidado, como siempre tienes conmigo, me sentaste en el asiento de copiloto, mis brazos los tenía alrededor de tu cuello, quería hacer de las mías, te acerque a ti, antes de que te alejarás, para darte un beso, no protestaste, es más en nuestro “intercambio de saliva” sentí que te reías, tal vez a causa de mi actitud, pero qué más da, lo disfrutabas al igual que yo, con el pasar de los minutos, comencé a sentir frio, el gélido aire se introducía por mis piernas, sé que también lo sentiste, tuve que separarnos, aunque no queríamos, fue como una despedida no deseada, entonces entraste al auto, en el asiento de piloto, antes de arrancar aprendiste la calefacción, para calentar nuestros cuerpos, en la noche la temperatura bajaba drásticamente, el calor volvió a nuestros cuerpos, y nosotros en camino a una hogar calientito, mis parpados aun me pesaban pero no quería dormirme, no en el auto quería en la cama, junto a ti, los dos acurrucados.
Así es, vivimos juntos, desde que me dijiste: “Vivamos juntos”, acepto que me asombro y no me gustó mucho la idea, ¿Vivir juntos? ¿Para qué?, claro que en mi mente solo pensaba cosas indecorosas contigo, mi mente pervertida ¿estar solos?, no me parecía buena idea, al principio no te daba una respuesta clara, no te decía ni “no” ni “si”, era siempre un “Tal vez”, me dijiste que era para conocernos mejor, claro que tus palabras siempre las relacionaba con cosas indecentes, pero tú ya lo habías comprado, también lo hacías porque querías vivir tu vida, creo que no necesitaba un departamento, mi casa me bastaba, en ese entonces aun me sentía dependiente de mis padres; pero luego cambié de opinión cuando por primera vez quería hacer algo contigo que solo lo pueden hacer dos personas, mis hormonas se alborotaban, te hacías irresistible, tal vez por provocarme o por que se te daba tan natural, no sé si te dabas cuenta pero con mi miraba te veía como mi suegra te trajo al mundo, cada vez que quería hacer eso contigo, había algo que no me dejaba, pobre tú, no sabías lo que quería, porque no te lo decía, me avergonzaba sentir eso, creí que en esta relación era el único no cuerdo, hasta me llevaste a ver el departamento, no era horrible, es más tenia cierto encanto, sabías elegir los mejores lugares, se me hizo encantador… Fue ese día que me entregue a ti, mi primera vez, contigo, ¿Cómo sucedió?, no lo recuerdo, solo vienen a mi pequeños fragmentos de estarnos besando tiernamente luego ese “Tierno” se volvió más intenso, creo que ambos estábamos aguantados, nos dejamos llevar por nuestros más bajos instintos, trataste de ser cuidado conmigo, como si de una pequeña escultura de porcelana se tratase, ese día estrenamos todo el departamento, esas dos cosas eran las que necesitaba, desahogarme y un espacio para mí, en mi casa solo era mi cuarto, pero allí era todo, por eso accedí a mudarme.
Me despertaste con un beso en la frente, por eso desperté, no porque tus labios fueran cálidos sino porque estaban húmedos, me dijiste: “Ya llegamos”, salí del auto, pero tenía tan flojera esa noche, ni caminar quería, y por eso te dije. “Yesung, llévame”, claro para que aceptarás tuve que poner la mejor tierna cara que tuve y una voz infantil, sabías que aún era un inmaduro, pero admítelo te gustaba que me portará así y era un privilegio que solo mis padres, hermana y tu podían ver, te acercaste a mí y arrodillaste, para que subiera a tu espalda, me trepé como oso koala a ti, cruce mis brazos en tu cuello, y mis piernas las aferre a tus costados, las que sostuviste, creo que abusaba de ti, pues nuestro departamento estaba en el 5 piso, y para colmo ese día reparaban el ascensor, pobre de ti, tenías que subir todas esas escaleras y conmigo en tu espalda, cada piso te pedía disculpas, tu sonreías, te daba risa mi actitud tan cambiante, pero aun así me querías con todo a mi bipolaridad, me decías: “No pesas nada”, no sé si para no preocuparme por ti o para alagarme, de todos modos, le pedía perdón, hubiera sido más fácil y me bajada de él, pero como ya dije, no tenía ganas de caminar y era muy probable que me quedara ahí tirado en el piso que me dejará, seguro sabías que haría eso, por eso en el transcurso no me dijiste “Bájate”.
Al llegar a nuestro piso, me pediste que buscara en el bolsillo de tu pantalón, las llaves, así lo hice, quise abrí yo, pero me dijiste: “Yo lo hago” y no me dejaste bajar, ¿Es acaso que no querías que bajara o querías ejercitarte?, a veces me confundes Jong Woon, al entrar me dejaste bajar de tu espalda, aunque me gusto porque parecía que eras mi caballito, no me gusto después de ver lo cansado que estabas, me dijiste que no me preocupara, eso no termino de convencerme, creí conveniente no volver a molestarte, después de que te ducharás porque sudaste horriblemente te metiste a dormir, yo ya estaba en ella, como quiera junto a ti, te abrase por detrás para así poder dormir y despiertas cerca de ti.

Celos [Parte I]



Acabo de llegar, en el lugar que supuestamente estaríamos solo nosotros dos, pero eso no fue así, se suponía que era una noche especial para nosotros, es San Valentín, pero no, tuvo que aparecer tu amigo o mejor dicho lame botas, Kim Ryeowook, ¿Por qué siempre tiene que buscarte? ¿Por qué tiene que pegarse a ti como una garrapata?, ¿A qué vino? No lo sé, pero sé que cada vez que aparece le prestas más atención a él que a mí, que ¡soy tu novio!, me irrita su vocecita diciéndote: “Yesung-hyung”. Puedo tolerar que nos haya interrumpido un, dos hasta tres veces, mi limite, pero no siempre ¿Acaso no tiene vida?, ¡que nos deje en paz!, ¿No sabe lo molesto que es?…
Odio compartirte, Kim Jong Woon tu solo eres mío, y de nadie más, mucho menos de esa garrapata que tienes de amigo. Me acercó a donde están los dos sentados, en una mesa reservada, que de seguro era solo para los dos, pero al aparecer seremos tres, lo saludo con un poco de indiferencia, quería que supiera mi molestia y para dejar bien claro que eres mío, a ti te saludo con un beso en los labios, no me importa si las persona que están ahí me ven, me importaba que me viere Ryeowook, me siento a tu costado, muy pegado a ti, mientras Ryeowook se encontraba en frente de nosotros, notaba que su rostro estaba algo incomodó, lo había logrado ahora lo único que faltaba era botarlo o para no soñar tan cruel, “pedirle que se fuera”.
Nos presentaste aunque no hacía falta pues conocía perfectamente a esa sanguijuela que solo quería estar pegada a ti, como queriendo disculparte conmigo, cosa que debías de hacer, me explicaste por qué teníamos una compañía indeseada, “Ryeowook, vino porque quería un amigo para desahogarse”, ¿Desahogarse? ¿Y para eso te busca?, ¿Aun no se da cuenta que tú eres prohibido?, “Y no pude negarme, sabes que quiero a Ryeowook como un hermano”, claro hermano que quiere sobrepasarse contigo ¿Qué no te das cuenta que no quiere ser tu amigo?, no culpo, pero a veces me da rabia que alguien como él este siempre a tu lado ¿Y yo? ¿No estoy para eso?, Esa garrapata pareciera ser tu novio, y no yo, pero esto no se iba a quedar así, aun no sé cómo voy a hacerle pero definitivamente después de lo que haga Ryeowook sabrá que tú me perteneces. Y que lo mío no lo comparto.
Pediste algo ligero para los tres, pareciera que este nunca se iría, tuve una idea para que se fuera, excluirlo de nosotros y así hacer que se incomodé más, un idea mala, lo sé, una de mis especialidades; pero jamás volvería a usar una de esas contra ti, no más… Todos callados, tu entablaste una conversación general, yo solo me apegaba más ti, tratando de parecer meloso, aunque normalmente no era así, pero la situación lo ameritaba, “¿Les gusta el pie de mora que ordene?”, encontré una oportunidad para perturbarlo, “Me encanta, pero me gustaría más si estuviéramos solo los dos, ya sabes para hacer travesuras-susurrando lo último-”, ok creo que me excedí en el comentario, pero dio resultado, Ryeowook se había abrumado, lo decía su rostro, pero también tú y más con lo último que dije, pero porque negarlo, no somos ningunos santos, sabes perfectamente lo que hacemos y lo disfrutas al igual que yo, por eso quería hacer eso esta noche especial, aun si “alguien” intente arruinar mis planes, no lo logrará, no estropeara la noche de Kyuhyun.
Después de lo ocurrido, ustedes hablaron aunque no tan cómodamente, pareciese como si le estuvieras pidiendo disculpas ¿Disculpar qué?, el único ofendido aquí soy yo, y no te das cuenta. Al cabo de unos minutos tu “amigo” se retiró, si se había ido ya festejaba cuando dijo que iría al baño, un balde de agua, ¡Genial!, ¿Acaso nos seguirá hasta que estemos en “ya sabes dónde”? ¿Un trio? ¿Con él? No gracias, ni en mis sueños más húmedos; Por lo menos tenía un poco de tiempo a solas contigo, y la aprovecharé, sin pensarlo mucho, te volví a besar, sabía que no podía hacerlo en frente de él, pues no me dejarías, y si me dejaste besarte cuando llegué fue porque te tome de sorpresa y no lo viste venir, lo sé eres reservado, pero cuando estamos a solas eres más aventado que yo, eso me gusta de ti, tu doble identidad; no me alejaste de ti, al contrario me acercaste a ti intensificando nuestro ósculo, con aquel beso llegue a pensar que también querías estar solo conmigo y nadie más, al igual como yo, entonces ¿Por qué no echabas a la garrapata?, tal vez ¿Por no ser descortés?, lo sabía también te aburría la garrapata, entonces ¿Qué esperas?
Ni mente tan concentrada en esos pensamientos y mis labios tan ocupados tratando de succionar tu dulce sabor, fue por eso que sorprendió cuando me alejaste de ti ¿Qué había pasado? Si todo iba tan perfecto, ah es cierto, me olvide de un pequeño detalle, Kim garrapata Wook estaba ahí, en frente de nosotros, supongo que nos vi mostrándonos afecto mutuo, que por eso no nos interrumpió; estoy seguro que tampoco viste cuando llego, pero la ausencia del otro hacia dudar si seguía en el baño o ya estaba con nosotros, sé que lo presentiste o lo viste, por eso se acabó mi único tiempo contigo.
Note que él estaba avergonzado, de seguro nunca vio a dos enamorados besar o le asombraba la forma como Yesung besaba, espero por su bien que no hubiera sido lo último, también pude notar que te encontrabas algo apenado, ¿Por qué les sorprende?, a mí no me sorprende, es más se puede decir que era el único normal de todos, no me importaba como me viere ese, lo que si me gusto es ver su rostro diciéndome “Sobro acá”, si lo estaba logrando, aunque no solo, sino también gracias a tu ayuda.
Intentaste explicarle como queriendo disculparte ¿Otra vez?, a veces tu caballerosidad me molesta, deja de preocuparte por los demás, preocúpate por ti mismo, por lo que quieres, así como yo, que sé quiero estar contigo y sé que tú también así que echemos de una vez a esa garrapata amarnos en paz, pero no paso como yo lo quería, al pedirle disculpas volvimos a charlar, aunque yo ya me estaba cansando de esta situación y el único desahogo que encontraba era echarle miradas frías a Ryeowook, tratando de transmitirle un “¡Ya vete!” acompañado de un “Es tu culpa”, así es su culpa, de arruinar mis planes, si ya me había rendido, este nunca se iría, y mi paciencia se agotaba, me irritaba más, pronto llego una señal, diciéndole “Es tu oportunidad”, te fuiste al baño, ahora era solo yo contra ti, era ahora o nunca, te iba a decirle sus diecisiete mil verdades, “Ryeowook, ¿Sabes que San Valentín es para las parejas y amigos?, pero no pueden estar los dos juntos“, solo asintió, “Entonces ¿Qué haces aquí?, me molesta que siempre estés cerca de Yesung, cuando estoy yo” El intentaba evitar mi miraba llena de furia, “Acaso ¿Te gusta MI NOVIO –poniendo énfasis-?”, estaba nervioso, lo sabía, le gustaba Yesung, eso me enojó mucho, es por eso que se pegaba como garrapata a él, el solo me dijo “Lamento por causarte problemas, yo no quería molestarte”, lo admitía, bueno por lo menos no lo niega pero de todas maneras me molestaba, “Entonces no vuelvas a acercarte a él, y si lo haces espero que lo trates como lo que es, MI NOVIO”, si lo admito soy malo, pero nadie se mete con lo mío, y también me gusta decir “Mi novio” me hace sentir su dueño.
Al cabo de unos minutos, llegaste, yo ya le aclaré las cosas a Ryeowook, claro sin que lo supieras, tal vez si lo supieras iba a suceder algo así: al principio te hubieras enojado conmigo pero al final me hubieras dado las gracias de quitarte a tu garrapata; por un lado estoy aliviado porque no nos molestará más y por el otro también pues sé que Ryeowook no te dirá nada sobre nuestra “Charla” o terminaría revelando lo que siente por ti y eso no le conviene, ya estaba satisfecho, pero algo me alegro más la noche, “Yo ya me voy, Yesung-ssi”, bien había logrado que se vaya, claro le preguntaste el porqué, este solo dijo que tenía otras cosas que hacer, por dentro celebraba mi victoria.