martes, julio 02, 2013

Solo mío [Parte II]




Ya sin esa garrapata, no había ninguna otra distracción para mí, solo concentrarme en ti, te volviste a sentar conmigo, admito que tenía algo de frio por eso me acerque a ti, no creas que me volví meloso, nada de eso, es solo que tenía frio y tu estas calientito, solo por eso, no te malacostumbres; me aferré a ti, pediste un café caliente para ti y un chocolate para mí, aun en situaciones así me tratabas como un niño, aunque admito que el chocolate esta rico y sabes que odio el café, es tan amargo, ¿Cómo puedes tomar eso?, pero no, no me iba a preocupar por cosas banales, solo concentrarme en ti.
La parte difícil ya la pasamos y nada ni siquiera Ryeowook iba separarnos, me sentía feliz, estando a tu lado, es tan reconfortante tenerte, tan agradable ¿Cómo no me pude dar cuenta antes?, un ciego eso es lo que había sido, no darme cuenta del amor que tenías para mí, aun en el presente me sorprendo por todo ese inmenso amor que tienes solo para mí y a la misma vez me alegra no haberte perdido por mis estupideces y tu aun sabiendo lo que hacía seguías insistiendo, incluso ahora sigo pensando que eres cabeza dura, pero que bien que eres cabeza dura, mi cabeza dura.
Como dicen “no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes”, yo estuve a punto de experimentar ese sentimiento tan horrible, asfixiante, tan doloroso… Siento melancolía con tan solo pensar que casi te pierdo, ahora solo me aferró a ti, no queriendo que eso vuelva a suceder, no queriendo que te vayas de mí, ¿Sabes que por recordar eso mis ojos sudan (llorar)?, sabes que odio ser tan sensible, débil y frágil frente a los demás, pero frente a ti, siento que me desahogo pero me molesta cuando me dices: “Mi Niño llorón”, claro que si le tomas más importancia a que me clasificas como tuyo, eso sí es satisfactorio; amo estar cerca de ti, poder abrazarte, tu aroma invadirme, sentirme tuyo, es único que quiero, siempre siempre siempre ser tuyo.
Creo que por pensar tanto en eso me trajo al de tristeza, tú me preguntas: “¿Por sudan tus ojos?”, sabias que odio que me digas que lloró por eso no lo mencionas, “Por recordando”, fue lo único que dije mientras me aferraba a ti, creo que sabias a que me refería, levantaste mi rostro, con tus pequeños dedos secaste mis lágrimas y me mirabas tiernamente, “No pienses en cosas que ya pasaron, no volverán… Nunca te dejaré, ¿Entiendes uhm?”, tus palabras solo hacían que sudaran más mis ojos, pero no de tristeza sino todo lo contrario, me consolaban tus palabras, las sentía sinceras, puras…Verdaderas, eres hombre de palabras, lo sé y cumplirás con tus promesas; yo solo escondí mi rostro en tu cuello, te me dejaste, acariciabas mi cabello, reconfortándome pero no debiste de hacerlo, eso me relajaba, tanto que tenía sueño, dormir cerca a tu cuerpo, no era un problema sabía que me dejarías hacerlo, el problema era que me iba a dormir en ese cafetería.
Notaste que mis parpados me vencían, pediste la cuenta y me dijiste: “No te duermas, ya nos vamos”, claro siempre tus palabras terminaban con una encantadora sonrisa dirigida a mí, pero aun quería seguir pegado a ti ¿Qué hacer?, no se me ocurrió otra cosa más que hacerme el cansado para que así me ayudes a salir, claro que la gente me miraba como si fuera un ebrio que no podía ni pararse, tal vez estaba ebrio, pero ebrio de amor, eso era lo único, con cuidado, como siempre tienes conmigo, me sentaste en el asiento de copiloto, mis brazos los tenía alrededor de tu cuello, quería hacer de las mías, te acerque a ti, antes de que te alejarás, para darte un beso, no protestaste, es más en nuestro “intercambio de saliva” sentí que te reías, tal vez a causa de mi actitud, pero qué más da, lo disfrutabas al igual que yo, con el pasar de los minutos, comencé a sentir frio, el gélido aire se introducía por mis piernas, sé que también lo sentiste, tuve que separarnos, aunque no queríamos, fue como una despedida no deseada, entonces entraste al auto, en el asiento de piloto, antes de arrancar aprendiste la calefacción, para calentar nuestros cuerpos, en la noche la temperatura bajaba drásticamente, el calor volvió a nuestros cuerpos, y nosotros en camino a una hogar calientito, mis parpados aun me pesaban pero no quería dormirme, no en el auto quería en la cama, junto a ti, los dos acurrucados.
Así es, vivimos juntos, desde que me dijiste: “Vivamos juntos”, acepto que me asombro y no me gustó mucho la idea, ¿Vivir juntos? ¿Para qué?, claro que en mi mente solo pensaba cosas indecorosas contigo, mi mente pervertida ¿estar solos?, no me parecía buena idea, al principio no te daba una respuesta clara, no te decía ni “no” ni “si”, era siempre un “Tal vez”, me dijiste que era para conocernos mejor, claro que tus palabras siempre las relacionaba con cosas indecentes, pero tú ya lo habías comprado, también lo hacías porque querías vivir tu vida, creo que no necesitaba un departamento, mi casa me bastaba, en ese entonces aun me sentía dependiente de mis padres; pero luego cambié de opinión cuando por primera vez quería hacer algo contigo que solo lo pueden hacer dos personas, mis hormonas se alborotaban, te hacías irresistible, tal vez por provocarme o por que se te daba tan natural, no sé si te dabas cuenta pero con mi miraba te veía como mi suegra te trajo al mundo, cada vez que quería hacer eso contigo, había algo que no me dejaba, pobre tú, no sabías lo que quería, porque no te lo decía, me avergonzaba sentir eso, creí que en esta relación era el único no cuerdo, hasta me llevaste a ver el departamento, no era horrible, es más tenia cierto encanto, sabías elegir los mejores lugares, se me hizo encantador… Fue ese día que me entregue a ti, mi primera vez, contigo, ¿Cómo sucedió?, no lo recuerdo, solo vienen a mi pequeños fragmentos de estarnos besando tiernamente luego ese “Tierno” se volvió más intenso, creo que ambos estábamos aguantados, nos dejamos llevar por nuestros más bajos instintos, trataste de ser cuidado conmigo, como si de una pequeña escultura de porcelana se tratase, ese día estrenamos todo el departamento, esas dos cosas eran las que necesitaba, desahogarme y un espacio para mí, en mi casa solo era mi cuarto, pero allí era todo, por eso accedí a mudarme.
Me despertaste con un beso en la frente, por eso desperté, no porque tus labios fueran cálidos sino porque estaban húmedos, me dijiste: “Ya llegamos”, salí del auto, pero tenía tan flojera esa noche, ni caminar quería, y por eso te dije. “Yesung, llévame”, claro para que aceptarás tuve que poner la mejor tierna cara que tuve y una voz infantil, sabías que aún era un inmaduro, pero admítelo te gustaba que me portará así y era un privilegio que solo mis padres, hermana y tu podían ver, te acercaste a mí y arrodillaste, para que subiera a tu espalda, me trepé como oso koala a ti, cruce mis brazos en tu cuello, y mis piernas las aferre a tus costados, las que sostuviste, creo que abusaba de ti, pues nuestro departamento estaba en el 5 piso, y para colmo ese día reparaban el ascensor, pobre de ti, tenías que subir todas esas escaleras y conmigo en tu espalda, cada piso te pedía disculpas, tu sonreías, te daba risa mi actitud tan cambiante, pero aun así me querías con todo a mi bipolaridad, me decías: “No pesas nada”, no sé si para no preocuparme por ti o para alagarme, de todos modos, le pedía perdón, hubiera sido más fácil y me bajada de él, pero como ya dije, no tenía ganas de caminar y era muy probable que me quedara ahí tirado en el piso que me dejará, seguro sabías que haría eso, por eso en el transcurso no me dijiste “Bájate”.
Al llegar a nuestro piso, me pediste que buscara en el bolsillo de tu pantalón, las llaves, así lo hice, quise abrí yo, pero me dijiste: “Yo lo hago” y no me dejaste bajar, ¿Es acaso que no querías que bajara o querías ejercitarte?, a veces me confundes Jong Woon, al entrar me dejaste bajar de tu espalda, aunque me gusto porque parecía que eras mi caballito, no me gusto después de ver lo cansado que estabas, me dijiste que no me preocupara, eso no termino de convencerme, creí conveniente no volver a molestarte, después de que te ducharás porque sudaste horriblemente te metiste a dormir, yo ya estaba en ella, como quiera junto a ti, te abrase por detrás para así poder dormir y despiertas cerca de ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario