jueves, enero 02, 2014

9 Meses Caóticamente Hermosos - Prólogo



Aquí les traígo la segunda adaptación que haré, me encantó y quiero que ustedes lo lean :3, esperoles guste el prólogo... 
 Esta es una Adaptacion del FF de Makiko- maki maki



El reloj de la oficina sonaba de una manera muy incesante a causa del antiguo péndulo moviéndose de lado a lado. Los minutos parecían siglos en pasar a medida que esperaban los ansiosos resultados. Desvió su mirada de la péndola para ver después el calendario. Era el día 16 de mayo de 2008, fecha que cambiaría su vida por la deducción del Dr. Choi. Suspiró profundamente mientras apretaba más su agarre contra la mano de su esposo. En esos momentos se necesitaban mutuamente ya que decidiría si él podría tener hijos o no a causa de lo ocurrido hace tres semanas atrás.

KyuHyun se sobresaltó al percatarse que la puerta principal se había abierto. Su mirada se concentró al Dr. Choi quien éste no tenía buen aspecto con papeles en mano; los resultados del laboratorio. No era necesario mentir, él estaba más que nervioso, estaba frenético por lo que le iban a decir, ya no soportaba mucho la presión.

Sin palabra alguna, el Dr. Choi se sienta suspirando en su escritorio. Lanza los papeles en su escritorio como si fuera algo sin valor para después juntar ambas manos y su babilla acomodar contra ellas.

Con dificultad, KyuHyun traga saliva cuando ve que lentamente el doctor de pelo Castaño empieza hablar: —No les puedo mentir señores Kim—empezó a decir—, pero lo que sufrió el Señor  Cho fue un aborto espontáneo…

Ambas personas jadearon ante lo dicho. Sus manos se apretaron aún más— ¿KyuHyun podrá tener hijos después de esto?—pregunto osadamente Kim.

Siwon los vio por unos instantes. Sentía lastima por ellos y lo peor de todo es que toda esa situación no estaba en su alcance, no podía hacer nada, el cuerpo de KyuHyun era demasiado débil como para mantener a un niño. Apretó los puños mientras dijo secamente: —Jongwoon, el jamás podrá tener hijos—espetó—. El cuerpo de KyuHyun no es apto para que una nueva vida se desarrolle, no aguantaría, es por eso, que abortó al bebé que tenía en su vientre—el ginecólogo se levantó de su escritorio lentamente. Tan sólo ver a KyuHyun a punto de sollozar lo hacía sentir tan débil. Parte de su trabajo era ese, no siempre había un jardín de rosas cuando daban los resultados del laboratorio. Abrió la puerta y estaba listo para irse sin antes decir: —. Lo lamento…

Kim Jongwoon observó a su esposo detenidamente. Él no se había movido o dicho algo después de lo ocurrido. Con delicadeza, lo abrazo fuertemente mientras su mano le acaricia el cabello. Cho no protestó ni hizo nada al momento que Jongwoon hiciera eso. Sin embargo, no duro mucho tiempo para que KyuHyun empezara a llorar dentro de la oficina de Siwon.

(En la actualidad)

-En serio Kyu, eso me preocupa mucho— dijo Donghae en el teléfono—Últimamente has estado muy cansado durante estos días—su tono de voz se volvió más fuerte— ¡Hasta has comido más de lo normal! ¡Y lo peor que cosas raras! ¡¿No viste mi reacción cuando vi que te comías las rarezas que HeeChul le llama comida cuando fuimos a su cumpleaños? ¡Fue espantoso!

KyuHyun reía alegremente ante el comentario. A veces DongHae podía exagerar las cosas. Él estaba en su casa solo. Habían pasado seis años después de la desagradable noticia que Siwon le había comentado. Esa herida que estuvo en su corazón ya había sanado hace ya tiempo atrás. Jongwoon, su esposo, en ese momento estaba trabajando en su oficina. Él trabajaba de abogado y era muy exitoso lo que hacía. KyuHyun se dedicaba a ser maestro de medio tiempo ya que a consecuencia de la fama de su esposo le ha dado mucha fortuna causando que él no trabajara tanto.

-¡No bromees así, Hae!—musitó Cho en el teléfono mientras limpiaba la casa—. Sé que te preocupas por mí, pero estoy bien…

-¡Eso si no me la creo!—comentó DongHae— ¿Acaso ya no puedo preocuparme por mi Propio Hermano?—grito— ¡Tuviste la necesidad de comer la comida de HeeChul! ¡Hasta Hangeng, su esposo, no es tan arriesgado con eso!

Antes de que KyuHyun pudiera hablar, una vocecita la interrumpió: — ¡Debes ir con mi papi, tío Kyu!—escuchó

KyuHyun se percató de quien era la voz, era de su sobrino, antes de que pudiera decir algo, la interrumpieron de nuevo: — ¡Nuestro papi ve a las personas embarazadas, tontito!—dijo otra voz de una niña pequeña: — ¡No me digas tontito!

-Ya niños…—dijo KyuHyun a sus sobrinas—No se peleen

-¡Sulli empezó, Tío Kyu!—alegó el niño.

-¡No es verdad!—grito la acusada.

-Oigan niños…—dijo el pelinegro— ¿Por qué no le alegan a su papi Siwon sobre ese asunto mientras yo termino hablar con su Omma?

-¡De acuerdo…!—gritaron ambos. KyuHyun suspiró mientras oía como él le daban el teléfono a su Omma— ¡Pero Sulli tuvo la culpa!—escuchó a lo lejos—Lo siento…—dijo DongHae ya dominante del teléfono—Me lo arrebataron atrevidamente al escuchar que estabas enfermo—bufó—. Debería dejar de gritar tanto…

-No te preocupes—comentó Kyu—Me encanta hablar con Sulli y Henry cuando se da la oportunidad…

Hace seis años atrás, nacieron los mellizos no idénticos, Sulli, la peli castaño, y Henry, el peli castaño también. Sus nombres tienen algún significado dentro de la familia. Siwon y DongHae, al momento de ponerles los nombres a sus hijos, decidieron bautizarle a la peli castaño Sulli a honor a la difunta madre de Choi al tener parecidas facciones a las de su madre. Al otro le llamaron Henry ya que ese era el nombre que KyuHyun le pondría a Su bebe si hubiera sido varón y a pesar tenía tremendas facciones a su Omma y a KyuHyun, pero Choi y Cho, con el permiso de Kyu, le bautizaron con ese nombre.

-Jaja, ya lo creo—dijo Hae—Bueno Kyu, es hora de irme…los niños quieren que los lleve al parque

KyuHyun sonrió melancólicamente al escuchar eso. A pesar que ya lo había superado, aún le dolía el hecho que no era padre como su hermano para ser ese tipo de cosas con niños. Él también podía llevar a sus sobrinos al parque como lo hace DongHae, pero no se sentía igual; siempre se sentía un dolor de tristeza, quiera que no…ellos no eran sus hijos.

-Claro…—contestó—Nos vemos en tu casa más tarde junto con Jongwoon.

-¡Está bien! ¡Cuídate demasiado Kyu!—dijo el Pez— ¡Adiós!—colgó

-Adiós…—susurró.

Kyu bajo la cabeza al momento de colgar. Se sentía temeroso en esos momentos. Todas las cosas que le estaban pasando eran los mismos síntomas cuando estuvo embarazado por primera vez. Y si estaba embarazado, tenía mucho miedo a que su cuerpo no aguantaría. No quería pensar en esa posibilidad, no quería que ocurriera por segunda vez ese trauma. Pero lo peor de todo era que nada era seguro, si estaba enfermo o si en verdad estaba embarazado. Su primer bebé que perdió tan solo estuvo con ella dieciséis días. ¿Ahora qué hacer? No le había comentado nada a Jongwoon, pero él tal vez tenía leves sospechas sobre su estadía. Suspiró mientras se encaminaba hacía el buzón. Para estar seguro, mando a que le hicieran pruebas en el laboratorio secretamente para ver si estaba embarazado y el poseía la ansiedad que algo le mandaran el día de hoy.

Al momento de estar parado frente a su buzón sintió una gran pesadez en su cuerpo. Sentía nerviosismo que no dejaba que su cuerpo se moviera. ¿Y si la carta estaba ahí? ¿Esperaría a que llegara su esposo para abrirla? Oh Dios que debía hacer…tantas preguntas pocas acciones. Tragó saliva mientras su mano temblorosa abría el buzón. Gimió al ver una carta que decía su nombre. La vio detalladamente cuando se percató que era del laboratorio. Empezó a respirar cortadamente mientras la veía como si fuera algo extraño. Por segunda vez, una carta dependería el cambio en su vida. Podría ser que dijera que fuera 'negativo' o 'positivo' en la prueba. Debía enfrentarlo, pero su miedo era que diera positivo, ya que eso significaría que muy pronto, vería ese bebé ser abortado naturalmente. Por años, le pidió a Dios que le diera un hijo, aunque sea por milagro. A pesar que se lo ha pedido año tras año no ha tenido respuesta…hasta ahora.


Aun temblando… KyuHyun abrió la carta con dificultad. Extendió el papel para leer los resultados de la prueba de embarazo sea…


Me without you Cap. 5


Aquí vengo con el capítulo cinco de esta primera adaptación :3 y pronto publicaré una nueva adaptación Mpreg, esperenla y disfruten de este capítulo :3



Se tardó en dejar algún programa en definitivo, incluso carcajeaba solo ante sus 
indecisiones, mientras yo… trataba de ubicar toda mi atención en él, en medio de una lucha contra el dolor punzante que se generaba en mi cien, cual parecía expandirse por todo mi cráneo.

Estaba concentrado en la serie animada que pasaban por un canal educativo sobre tortugas y creí que había despojado toda clase de atención en mí, por lo que en el momento en que el dolor atacó intensamente mi cabeza, tuve la posibilidad se apretar mis ojos y quejarme a través de muecas.

— ¿Estás bien? —Susurró cuando menos lo esperaba. Había estado carcajeando hacía ya bastante rato. Abrí mis ojos mecánicamente al sentir su melodiosa voz y atiné a sonreír mientras creaba alguna vaga respuesta.-

— Si —Suspiré e intenté no quejarme cuando mis palabras retumbaron con pensar dentro de mi cabeza.

— ¿Seguro? Te noto inquieto desde hace unos minutos atrás —Se acomodó de lado y apoyó su rostro en la palma de su mano.

— No insistas, estoy bien —Cerré los ojos y me acurruqué en su pecho— tengo un poco de sueño —El perfume impregnado en toda la zona de su cuello, de a poco comenzaba a surtir su efecto y sorprendentemente llegaba a ser un natural calmante. Lo sentí carcajear y deshizo su posición para luego rodear mi cuello con uno de sus brazos y ayudar a que cayera en un profundo sueño.

Mi cuerpo, a los pocos segundos, se sentía liviano, casi podía llegar a creer que caía suave como una pluma por los aires. Bastante extraña sensación… la cual se desvanecía con lentitud y algo nuevo se apoderaba de mi cuerpo. Calor.

Me ahogaba en medio del sueño, del cual parecía imposible despertar. Mi respiración se agitaba constantemente bajo el ardiente fuego que recorría con velocidad mi cuerpo y la horrenda desesperación provocaba de a poco un nudo tormentoso nudo en mi garganta.

Mis ojos se abrieron de par en par y aún ahogado me senté de golpe en la cama para recuperar aire.

— Kyuhyun… —Sentí la voz preocupada de mi novio detrás de mí.

Antes de prestarle atención, me dediqué a recuperar todo el aire perdido en la pesadilla y al momento, en que todo el calor, que aún quedaba disperso por mi cuerpo, se transformó en un frío tajante. Dejé caer mi cuerpo adolorido en el colchón y con suma rapidez tomé las frazadas para cubrir mi cuerpo, cual experimentaba una serie de horribles sensaciones.

Con dificultad pude observar a Jongwoon, que se encontraba arrodillado en el suelo, y apoyado de antebrazos en un borde de la cama

— Tuve una pesadilla… ¿Por qué hace tanto frio? —Me quejé con la voz débil. Incluso, hasta mi garganta parecía estar afectada. ¿Qué diablos era lo que estaba sucediendo?-

— Tienes fiebre, Kyuhyun —Clavó sus ojos en los míos, seguramente de forma acusadora. Seguiría insistiendo en lo del resfriado.-

— No es cierto —Me defendí y para demostrarle que no estaba en lo cierto, estiré 
valientemente las sábanas hacia atrás, dejando que el hielo cortara mi piel.

Bufó y de un salto se puso de pie, tomó las sábanas y volvió a cubrir mi cuerpo, que 
de a poco, comenzaba a tiritar

— Ya deja de fingir que estás bien —Sentí el ardor de sus palabras. Estaba enojado.
Sin decir más y dejándome con las palabras en la boca, palabras con las cuales seguiría negando, se acercó hasta el velador. Había una toalla y un recipiente de metal brillante con un poco de agua. Supuse que era lo que pasaba y decidí acotar a su nuevo reglamento.-

Relajé mi cuerpo en el acolchado y me dediqué a esperar que la toalla húmeda se reposara en mi frente, con la tarea de bajar la temperatura en exceso.

— No seas testarudo —Acomodó el paño en mi frente y me estremecí al sentir una gota de agua resbalar por mi cien— quizás ahora tu resfriado empeore, pero como dices negro, cuando digo blanco, tendrás que obedecer todo lo que te diga, no quiero reclamos ¿Entendido? —Sabía muy bien que estaba molesto… y lo entendía. Solía ser muy orgulloso y debía de dejar aquel defecto a un lado.-

— Lo lamento —Susurré y cerré los ojos, dejándome vencer por la debilidad en que mi 
anatomía permanecía.-

— Es enserio, Kyuhyun, no quiero que esto empeore. Solo quiero que sea un simple 
resfriado y que mañana o pasado, podamos a salir a jugar por ahí —Sonrió risueño, dejando el mal genio de lado.-

— Está bien —Musité sin abrir mis ojos, la luz brillante de la habitación me incomodaba 
y hacía que mi cabeza quisiera explotar. Luego de un largo e interminable, pero dulce,
silencio, sentí su apacible voz.-

— Te amo —Musitó cerca de mí. Besó mi mejilla y se acomodó a mi lado.-

— Igual yo —Susurré sin ánimos y me acomodé para volver a caer en un sueño.-


Pasó una semana desde que la fiebre se había hecho presente en mi cuerpo y al parecer, no tenía ni las más mínimas intenciones en despedirse de él.

— Esto ya es demasiado —La preocupación se le notaba por todos lados, su forma de 
actuar, de mirar de hablar.

— Jongwoon, me ha sucedido veces anteriores y es igual —Mentira, pero debía hacer algo para tranquilizarlo.-

— Me preocupas —Sentí como me tomaba en brazos y me dejaba en un sillón que había traído hasta la habitación, así podría cambiar sábanas y hacer el aseo que cualquier madre haría por su hijo.-

— Tranquilo —Mi voz débil, no hacía más que empeorar la situación y lograba que Jongwoon se quejara de tan solo verme.-

— No estoy tranquilo, Kyuhyun. No me queda otra opción que llamar a un médico. No
es lindo verte así como estás, necesito que te recuperes —Su voz se aceleraba de a poco y terminaba ahogándose en sus palabras. Mis ojos se abrieron como platos al escuchar que planeaba llamar a un médico. No era buena idea, podría hacer que nos descubrieran.-


— No… no es lo mejor que podrías hacer —Comenté mientras luchaba arduamente para mantener mis ojos abiertos.-

— ¿Y qué es lo mejor que podría hacer? ¿Quedarme de brazos cruzamos, mientras tu
resfriado aumenta? Estás loco si crees que no haré nada al respecto —Se adelantó a decir, antes de que yo prosiguiera negándome a su ayuda.-

— Jongwoon, sabes muy bien que… pueden llegar a descubrirnos —Me quejé dejando que mis párpados se cerraran. Era inútil hacer un esfuerzo más.-

— Es solo un doctor, no puede hacer mucho Jongwoon —Mi cuerpo, a pesar de lo débil que estaba, dio un salto al sentir repentinamente las heladas manos de Donghae sobre las mías.-

Abrí mis ojos y ahí estaba, arrodillado frente a mí, con los ojos brillantes y expectantes, 
esperando alguna respuesta positiva de mi parte.

— Los doctores pueden hacer mucho —Argumenté sin sentido. Temía que Jongwoon saliera vencedor del debate, mi estado provocaba un pobre uso de diccionario y no tenía las palabras adecuadas para rebatir.-

— No, no pueden. Kyuhyun, ya deja de ser testarudo y hazme caso de una vez por 
todas. —Su voz terminó por hacer eco en la habitación y a los segundos sentí sus labios en mi frente, depositando un cálido beso.

— Esperemos unos días más y… —Me acomodé para mirarlo a gusto— si el resfriado se mantiene igual, te prometo que yo misma llamo a un médico —Suspiré y cerré nuevamente los ojos.

No dijo nada. Al parecer prefería eso a que seguir insistiendo para nada.
Acarició mi cabello y me tomó, como una pluma, en brazos para llevarme de vuelta a la cama y abrigarme bajo las brazadas

Cinco días pasaron exactamente y seguía en el mismo estado deplorable ¿Qué era lo que sucedía conmigo? Ya debía de estar de buena salud, cantando y saltando por el hermoso campo.

Algo andaba mal.
Suspiré agotado de la fiebre admirando el hermoso día que se translucía a través del visillo limpio colgado en la ventana, parecía ser una burla.

— ¿Cuántos días mas quieres esperar, Kyuhyun? —Una helada voz apareció en la 
habitación. Estaba molesto. Giré mi cabeza con cuidado y fijé mis ojos débiles en los suyos enfadados.- ¿Quieres esperar a que te pase algo realmente grave? ¿No es cierto? —Seguía hablando en el mismo tono frío, cruzado de brazos y piernas, apoyado en el umbral de la puerta.-

— Jongwoon… ya estoy mejor —Susurré. Mi garganta ardía.-

— Que mentiroso eres… —Negó con la cabeza en desaprobación y desvió sus ojos de 
los míos para fijarlos, como punto final, en el suelo.

El silencio que nos rodeaba era tenso y no había muchas opciones. Debía de aceptar la visita de un médico

— ¿Sabes? —Interrumpió el silencio, con la misma voz seca y amarga que traía desde 
que se había levantado— ya no seguiré haciéndote caso, llamaré a un doctor ahora mismo —Suspiró con pesadez y caminó con paso firme hasta el teléfono que yacía quieto y polvoriento en un mueble antiguo.-

— ¡Jongwoon! —Gemí apretando los ojos. ¡No quería un médico!-

— Ya basta Kyuhyun —Musitó sin importancia mientras marcaba un número— tienes suerte de tener un novio que conozca al mejor médico aquí.

Bufé con dificultad y me volteé en la cama. Aunque darle la espalda no le detendría, era una manera de hacerle saber que estaba enfadada con él.

— No me interesa que te enfades conmigo, pequeño —Que tramposo, a pesar de que lo decía con sarcasmo, sonaba totalmente sensual para mis oídos, aún más cuando agregaba la palabra “Pequeño” — Créeme que a mí, en estos momentos, me interesa que te mejores pronto y que luego salgamos a caminar, tomados de la mano y quien sabe por ahí si te doy una sorpresa, tu sabes —Sentía el tono travieso que empleaba y a decir verdad, le resultaba.

Me giré de un salto, sin pensar en la terrible molestia que causaban las sábanas y la ropa sobre mi piel.

— ¿Qué quieres decir con eso? —Arqueé una ceja al verlo con una sonrisa juguetona en los labios, mientras sostenía el teléfono en su oreja izquierda.-

— No lo sé, tú sabes —Me guiñó un ojo y suspiró.

Okey, me convenía que me curara pronto de este apestoso resfriado.
Sonreí y dejé que mi cuerpo debilitado, descansara tranquilo en el colchón. Carcajeó y supe que debí de haberle hecho entender que me rendía.

Las risas cesaron y entendí que habían atendido la llamada.

— ¿Doctor Lee? —Preguntó y me dio la espalda— Habla con Kim Jongwoon… necesito una atención urgente, me gustaría saber cuándo está usted disponible… ¿Esta misma tarde?  —Maldición— ¡Perfecto!... sí, si, como a las cuatro estaría bien… —Terminó por darle la dirección y unas muy afectuosas gracias. Se volteó de un salto y colgó la llamada.-

— Ya se, viene a las cuatro —Rodé mis ojos y suspiré abatido.-

— Si, te recomendará algunos medicamentos y eso es todo. Soy un completo estúpido  al haberte obedecido y no haber llamado antes —Carcajeó y golpeó suavemente su frente con su mano derecha.-

— Es que tengo un gran poder sobre ti y las cosas se hacen como yo digo —Suspiré con una sonrisa en los labios.-

— Quizás —Carcajeo y en segundos nos quedamos en silencio, mirándonos directamente a los ojos. Mordió su labio inferior y sonrió— creo que comienzo a desesperarme, extraño devorar tus labios —Musitó-

Sonreí débil. Era cierto, desde que el resfriado había comenzado, habíamos quedado en no tener mucho contacto físico… después de todo, no queríamos terminar los dos resfriados, siendo dos personas inútiles en una cama.

— Creo que… necesito a ese médico ahora mismo —Carcajeé. Rio y se acercó, midió mi temperatura y sin más remedio, terminó por posar una fría toalla húmeda en mi frente.-


El reloj que colgaba en una de las paredes de la habitación, marcó la hora exacta en la que el médico dijo que se presentaría… y con una sorprendente puntualidad, unos cuantos golpes en la puerta principal, hicieron eco por toda la casa de madera.

— Debe ser él —Jongwoon saltó de un golpe y sin más que decir, salió disparado de la 
habitación. Mientras esperaba la aparición de mi novio junto al profesional, resé en todos los idiomas, rogando a que no fuese nada grave y no me viera obligado a regresar a la ciudad.

— Kyuhyun, el doctor Lee ya está aquí —Anunció la suave voz de Jongwoon-

Abrí mis ojos y con lentitud me fui acomodando en el acolchado hasta quedar apoyado en el respaldo. Ahí estaba. Un hombre alto y maceteado, de tez morena pálida y con una escasa barba blanca… al igual que su cabello

— Buenos días —Musité seria. Su aspecto me daba escalofríos.-

— Buenos días —Sonrió y dejó salir ese aspecto que todos los doctores ocultaban,
ternura. Tomó una silla y se acercó hasta sentarse a mi lado. Posó el maletín sobre la 
cama y sacó todo tipo de instrumento que necesitaría-

Luego de una corta revisión, retiró el estetoscopio de sus oídos y los volvió a guardar 
en el maletín. De este mismo, sacó una cajita rectangular y la dejó en el velador junto a un gotario.

— Y… ¿Qué es lo que tiene? —Cuestionó Jongwoon al notar que el trabajo del hombre ya había finalizado.-

— Es solo un simple resfriado —Se puso de pie, mientras yo clavé mis ojos asesinos en los de Jongwoon. ¡Había sido para nada! —Pero hicieron bien en llamarme, es un resfrío común, pero que debe ser tratado —Me sonrió victorioso. Okey, si tenía razón— este jarabe ira regulando su estado, en un par de días te recuperarás —Me sonrió con ánimo.-

— Muchas gracias —Sonrió estirándole una mano, la cual el doctor aceptó gustoso.-

— Una duda —Musitó antes de retirarse de la habitación— ¿Dónde están sus padres? Por  lo que veo, llevas con fiebre varios días… —Me miró con extrañeza y sentí latir a mi
corazón con fuerza. Eso se llamaba nerviosismo-


Miré a Donghae con nerviosismo y tragué saliva esperando a que algo alumbrara en mi cabeza.


— Salieron… —Solté la primera palabra coherente que se me vino a la mente— salieron, ellos… se fueron de vacaciones por unos días —Era buen actor, debía de hacerle creer con una simple sonrisa.-

Aun así, después de haber parecido la chica más honesta del mundo, me miró desconfiado.

— ¿Salieron? Pareciera que no están seguros de aquello —Clavó una mirada acusadora en mí y por inercia temblé. ¿Por qué nos cuestionaba? Ese tipo de cosas no eran su incumbencia.-

— ¿Cómo no podríamos estar seguros? Son nuestros padres… ¿Qué hay de extraño en que salgan de viaje en vacaciones de verano? —Tomé el valor necesario para enfrentarlo. Con eso debía de callarse. Se quedó en silencio y giró sobre sus talones para mirar a Jongwoon, quien se encontraba serio, seguramente ayudándome con el teatro.-

— Si usted tiene desconfianza, podría llamarlos, no hay problema —Soltó tal como si
estuviera molesto. No sabía que se traía entre manos, pero me sonó a Su madre. Mantuvo el silencio, me miró una vez más y suspiró.-

— No, no tienen para que llamarlos… —Se encogió de hombros y me sonrió amistoso—  después de todo… están de vacaciones —Volvió a sonreír con inocencia. No sé cuál era la razón de que me causara tanta desconfianza.- Cuídate Kyuhyun y recuerda beber el jarabe dos veces al día, una en la mañana y otra en la noche. Son 15 gotas —Con la última sonrisa agitó una mano con lentitud y salió de la habitación.-

Jongwoon salió caminando detrás de él y apenas escuché la puerta principal abrirse, corrí hacia la ventana para observar que era lo que sucedía.

Los vi conversar y durante la corta charla el rostro de Jongwoon se ponía cada vez más serio y frío. No era una buena señal… más terminaron por despedirte con un apretón de manos y sonrisas.

Jongwoon se quedó de brazos cruzados en el portal de la casa, seguramente con la excusa de ver partir al médico, más yo estaba seguro de que aprovechaba de refrescarse de la suave y tibia brisa que aparentaba estar en el día de hoy. Después de todo… la mayoría de los días se había quedado a mi lado atendiendo mi resfriado.

El doctor Lee se subió a su lujoso auto negro y emprendió viaje por la ruta de arena
seca que se hundía bajo los verdes árboles al frente de la casa.

Sin nada más, volví a la cama y aproveché de humedecer una vez más la toalla para dejarla reposar en mi frente ardiendo.

Los pasos de Jongwoon se escuchaban pesados en la escalera y en segundos apareció en la habitación con el rostro marcado por la preocupación.

— ¿Sucede algo? Tienes una cara terrible —Carcajeé acomodándome en la cama.-

— Y tú deberías tenerla también —Me miró afligido— tiene sospechas, Kyu.

Dejé los ánimos a un lado y esperé a que el silencio inundara la habitación.

— Lo sé —Musité frío— ¿Te dijo algo más? Pensé que luego de nuestro teatro debería 
de habérselo tragado todo —Volví a sentarme en la cama, para así tomar un aspecto.-

— También lo creí, pero… mencionó algo sobre nuestro escape, Kyu —Sentí como 
vibraba su voz y mi corazón se detuvo ante el miedo.-

— ¿Qué… que quieres decir con eso? —Susurré con la voz cortada. Sabía que algo no andaba bien.-

— No lo dijo tan concretamente —Se sentó a los pies de la cama— pero quiso mencionar algo, sobre una pareja de aquí, alrededor de los 17 años, que se habría escapado, somos nosotros —Musitó serio y clavó sus ojos con los míos.-

— Te dije que era una pésima idea llamarlo —Dejé que se me escapara ese tono enrabiado  que pocas veces solía usar.-

— ¡¿Y que querías que hiciera?! ¿Qué terminaras con algún problema grave? ¿Acaso 
no sabes que la fiebre es peligrosa incluso mortal? —Su tono de voz comenzaba a elevarse. Por cierto lado tenía la razón y yo por otro… también.-

— Pero Jongwoon —Me quejé con debilidad y sentí mis ojos empañarse sin sentido— Ahora nos van a describir… esto no tiene nada de bueno —Sollocé.-

— Prefiero ir mil veces a la cárcel, antes de que te suceda algo —Me miró tal como 
si tuviera rencor, pero sabía muy bien que no era nada más que rabia y frustración.-

— ¡No digas estupideces! —Grité. Sí, grité— ¡Era solo un estúpido resfriado! ¡Nada grave podría haberme sucedido!

— ¡Claro que sí! —Se puso de pie de un salto y me miró enojado— ¿Acaso no escuchaste al médico? ¡Podría haberse convertido en algo serio!

Esto era increíble. Nunca nos habíamos peleado y nunca estuvo en mis planes, ni mucho menos con gritos… ¡Ya ahora estábamos discutiendo por una estúpida razón!

— Ya cállate, tú no tienes idea —Gemí y dejé caer mi cuerpo en el colchón. Era mejor
dormir y dejar que todo fluyera como debía de ser.

— Créeme que se mucho, Kyuhyun —El nivel de su voz había bajado, más aún así sentía su enojo correr en ella— iré por… —Suspiró— iré a tomar algo de aire afuera, si necesitas algo… solo golpea la ventana.

Un silencio frío y desolador se apoderó de la habitación y al segundo me di cuenta de que ya estaba solo.

Me quedé despierto todo el rato, analizando la situación en la que nos encontrábamos. Seguía pensando lo mismo “Las cosas no van por buen camino” y no hay nada más que hacer…

Un completo extraño, que ya estaba al tanto sobre el escape de dos jóvenes, sabía nuestra localización y eso nos jugaba en contra. Ahora solo nos quedaba rogar que se quedara en silencio. Me dediqué a mirar mi celular apagado, que descansaba en el velador. Cuantas llamadas pérdidas debería de tener, cuantos mensajes y notas ahogadas, esperando a que dé señales de vida, pero no… no iba a contestar, no iba a darles una esperanza. Todo esto era culpa de esas dos personas que me criaron en un mundo lleno de codicia y ambición, frías sin sentimientos y sin saber lo que era amar.

Limpié enseguida una lágrima que se deslizaba por mi nariz, era inútil llorar por un mundo tan frívolo como en el que vivía y a decir verdad, mes sentía completamente llena viviendo junto a Jongwoon.

Estaba atestado y me sentía inútil. Los días pasaban y yo seguía con el cuerpo pegado a la cama, pero aún así… el remedio parecía causar efecto y mis ánimos y síntomas mejoraban notoriamente.

Era día jueves por la mañana y el sol brillaba con toda su intensidad. Mi cuerpo estaba inquieto bajo las sábanas, rogando salir de aquella habitación. Sensación la cual no había experimentado desde que la fiebre se había apoderado de mí.

Medí mi temperatura y al parecer se encontraba normal. ¡Genial!

De un salto, me puse de pie y busqué ropa en el placard. Sabía que tampoco podría andar desabrigada por la vida, así que un jeans y una polera de mangas tres cuartos estaría a la perfección.

Aproveché el hecho de que Donghae estuviera Jugando Basquet en el jardín Trasero y corrí hacia el baño para darme una corta ducha. Sequé mi cabello y cara, dejándolo despejado de cualquier síntoma de resfriado. Ya parecía como nuevo, sin ojeras, sin la voz ronca y sin que mi cuerpo se quejara con cada roce de la ropa.

Corrí por las escaleras y salí con desesperación de la casa. ¡Aire! Por fin.
En silencio, caminé hacia mi novio y le di una gran sorpresa al abrazarlo por la espalda.

Como era de esperar, dio un salto y dejó caer la pelota por entre las plantas.

— ¡Kyuhyun! —Se volteó y sonrió entre un suspiro— ¿Qué hace usted aquí mocoso? —Sonrió con los ojos brillantes.-

— ¿Qué no ves? Me siento de maravilla el día de hoy —Rodeé su cuello con mis brazos y lo miré a los ojos. Habíamos dejado de hacer eso hace tiempo.-

— Eso parece… luces espléndido —Sonrió posando sus cálidas manos en mi cintura.

— Dios… —Cerré mis ojos dejando que el suave y tibio viento tocara mi piel y me hiciera sentir vivo nuevamente— extrañaba el aire limpio —Carcajeé y abrí mis ojos para encontrarme con los suyos.-

— Y yo extrañaba poder verte tan animado como el día de hoy. El jarabe que te dieron es muy efectivo —Sonrió y besó mi mejilla.-

— ¿Solo un beso en la mejilla y nada mas? Esperaba algo más apasionado —Enarqué una ceja y alejé mis brazos de él para poder cruzarlos sobre mi vientre. Sonrió y tomó mi rostro entre sus manos. Con una lentitud impresionantemente tortuosa, acercó sus labios a los míos.


Se podría decir que me estremecí por completo al sentir la suave piel de sus labios hacer un mínimo contacto con los míos. Ese cosquilleo en mi vientre apareció nuevamente y me desesperé por completo, necesitaba sus dulces labios, ese jugo acaramelado que solía entregarme en cada beso, pero no, preferí permanecer quieta y esperar a que él terminara la tarea

Suspiré sonoramente sobre sus labios y finalmente, los suyos hicieron presión en los míos 
con suma delicadeza y ternura. Fueron creando un ritmo lento, calmado, apacible y hermoso 
en verdad.