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jueves, enero 29, 2015

No está todo perdido [YeHyun] Cap. 7

Capítulo 7


Quiero aclarar que en mi fic las edades correspondientes de Kyuhyun son 25 y Yesung 29
No recuerdo la última vez que publique algo de este fic. Mis disculpas por la demora.


Hace 21 años 


Pensó que tal vez el salir a un lugar diferente con su pareja e hijo de 5 años sería una buena idea, ya que un día familiar en domingo les relajaría de tantos problemas que habían venido progresivamente, de los cuales ni un respiro de ellos ha tenido…
Sí, pensó que sería un día de relajo y en paz, lo pensó, grave error; ahora se encontraba en un momento realmente incómodo, en ese momento en el que miradas electrizantes se cruzan con evidentes ganas de asesinarse mutuamente, el olor a peligro ronda el ambiente, lo paradójico de no saber cómo precisamente llegaron a encontrarse las dos personas que por asuntos absurdos se odian a muerte y pensar que “¿demasiado tarde para un cena en casa?”

“¿Qué haces aquí?” –Dijo con total frialdad su pareja mientras con ruego en los ojos le pedía que no siguiera y que olvidará la presencia de aquella persona para poder irse, cosa que al parecer no capto o sólo ignoró- “¿Ahora quieres arruinarme el día?”

“Ja” –Dijo con ironía- “Créeme que no tengo tiempo para preocuparme de tu vida y si por cosas de la vida he tenido que verte la cara, créeme no estoy agradecido” –Escupió verbalmente con aversión-

“Entonces desaparece, me estropeas la vista” –Dijo su pareja sin inmutarse a las provocaciones que el otro lanzará, no, nunca lo hacía y mucho menos lo haría hoy-

Oh no, esto empeoraba y el tiempo no ayudaba que digamos, cabe decir que desde que conoció al que ahora es su esposo, se enteró de una tal rivalidad la cual no tomó importancia, con el tiempo se dio cuenta de que no era algo superfluo, luego se enteró de la causa, algo estúpida y absurda, pero que supo sobretodo querer a Jaejoong con todo y “problemas sociales”.

Alejando su perspectiva visual de ambos individuos, a unos cuantos metros nada más, se encontraba una persona conocida, que por situaciones como esta conoció no de la mejor manera pero eso no influyo en nada para que ambos seres sean el lado pacífico entre tanto revuelo y hasta amigos.

Dio por perdido tratar de separar a ambos, al fin de cuentas nunca lo logra, después de todo Jaejoong y Heechul sólo ladran no muerden; tomó de la mano a su pequeño hijo y camino con él hasta una banca, se sentó para luego liberar un suspiró de derrota.

“Appa ¿Pod qué pelead?” –Su inocente voz lo sacó de sus pensamientos-

Casi lo olvidaba, el pequeño Boo ya puede hablar y no sólo eso sino que puede entender lo que sucede a su alrededor, algo que a su edad es sorprendente y complicado debido a las circunstancias.

“No está peleando, sólo…” –No supo que decirle- “Intercambia palabras convexas con su amigo” –Y para que su pequeño se la creyera, terminó la oración con una sonrisa-

No volvió a hacer preguntas y se quedó calladito, algo que agradeció, por el bien de Jaejoong y de su hijo si no quería que se viera afectado por su comportamiento.

“Pensé que los detendrías” –Dijo una voz acercándose al lugar en donde se encontraban- “Tiempo sin verte, YunHo” –Dijo la pareja de Heechul, un amigo que hizo por cosas del destino-

Le sonrió pues era verdad, hace mucho no sé veían y las únicas veces que se encontraban eran cuando algo como lo que presenciaban delante de sus narices ocurría. Que irónica es la vida, mientras sus esposos se matan de todas las maneras ellos andan en paz

“¿Es tu hijo?” -Dijo mirando al pequeño Boo- “No lo veía desde que tenía ¿dos? Si no me equivocó” –El niño los ignoraba por completo pues estaba entretenido jugando con un carrito, el cual adoraba-

“Así es” –Le desordenó el cabello al niño, ver al producto de su amor le provocaba infinidad de sentimientos-

“Te presentó a la razón de mi existir” –Tomó el mano del pequeño detrás suyo, que a simple vista se veía tímido, pues sus sonrosadas mejillas le delataban- “Momo ¿No quieres ver a tu tío?” –YunHo río, claro que no era su tío pero sabía que si Heechul o Jaejoong se enteraban del nombre, alguien moriría, es seguro-

“¿Te gusta el nombre Momo?” –El niño aproximadamente de 3 años asintió detrás de su padre- “A mi hijo le gusta que le digan Boo” –Dijo sin dejar de mirarlo, lo que avergonzaba al niño-

“Hoy es su cumpleaños y tenemos planeado celebrarlo en casa” –Miró a su esposo que ahora estaba sentado junto a Jaejoong diciéndose que cosas sabe dios, mas al juzgar por sus ojos chispeantes no era nada bueno- “Pero creo que demoraremos un poco” -Sonrió- “Si las circunstancias fueran otras, me gustaría que tu hijo y el mío se volvieran amigos” –Tomó en brazos a su hijo y este se aferró a su cuello, pareciera que lloraría mas ese no era el caso, pues sus ojos de por si son iluminados y atrayentes- “Por ser tímido no tiene más amigos que sus peluches y me gustaría que sociabilizara”

“Pues aquí tiene a un fiel amigo” –Sentó al pequeño Boo cerca al lado de Hangeng para que se hiciera notar su presencia- “Dile algo”

“Hola” –Como buen niño obedeció a su papá e hizo lo que este le pidió, mas el otro niño que volteo a ver de quien se trataba, se sonrojo más y se aferró mas a su padre escondiendo su rostro del otro- “Me tiedne miedo” –Dijo mirando a su padre como si ello fuera insultante-

“Es tímido solo eso, Boo” –Volvió a desordenarle el cabello- “Es su cumpleaños ¿No quieres saludarlo?”

El niño se quedó pensando, en si saludar al altanero niño que lo ignoró o si no hacerlo. En esos momentos un gritó alertó a los adultos, haciendo que girasen a ver el lugar del bullicio. Jamás pensó que en verdad pelearon en todo el sentido de la palabra.
Ahora si son completos amigos
Pensó irónicamente.

“¿Qué hacemos? No podemos dejar a los niños solos” –Dijo con ansiedad de ir y llevarse a Heechul y su hijo de una vez-

“Boo, cuida solo por un momento al Momo ¿sí?” –LE indico con señas a Hangeng para que acercará a su hijo con el suyo- “Quédate aquí ¿Entendido? No te muevas. Sé buen hyung y cuida de tu nuevo dongsaeng” –Le dio un beso en la frente y seguido de Hangeng fueron a separar a ese par de exhibicionistas-

Cuando sus padres se fueron, el silencio se hizo presente entre ambos niños, Boo miró a Momo, quién tenía una bufanda grande que le cubría parte del rostro como su boca y algo de nariz, y eso dejaba expuestas sus mejillas que por increíble que pareciera seguían rojas, lo que llegó a pensar a Boo que estaba enfermo, pues de ese color se ponía cuando se enfermaba por jugar descalzo, aunque no era ningún resfriado ni nada por el estilo sino que Momo de por si tiene es pálido y si se sonrojara aunque sea un poquito se notaba a leguas.

“Me odias” –Dijo Boo rompiendo el hielo que se formó entre ambos, lo que negó Momo levemente- “¡¿Ed ratón te comió ad ledgua?!” –Era seguro que si el niño decía que sí, Boo se lo creería pues él creía en tal ratón con el cual sus padres lo amenazaban vendría por su lengua si no comía sus vegetables-

El niño menor negó nuevamente escondiendo más si rostro, y aumentando de color, fue una decepción para Boo pues él quería saber cómo era el ratón para no toparse con el de ahora en adelante mas al parecer se quedaría con las ganas

“No ot veo detde qued se llevó mi dientde” –Hablo finalmente Momo sin mirarle, solo jugando con sus manos-

“¡¿Lo viste?!” –Aquello era increíble, un amigo que recién conocía sabía de la existencia de tal ratón, era como haber visto a Santa por la calle, simplemente era verosímil- “¿Tiene dientes así?” –Hizo una mueca con sus dedos en su boca simulando unos grandes dientes-

“Jon enolmes y ed chiquidto” –Dijo con mayor libertad- “Me dedjó idnero id… id me ditjo qued regresadría”

Aquello era como confesarle que los unicornios existen y que tenía uno en casa esperando por ser cabalgado por un león con sombrero, poco posible pero que en ese entonces era real para ambos.
Siguieron hablando sobre que uno tenía amigos imaginarios y que todos eran tortugas, y el otro de sus numerables peluches, que tiene uno en especial que le habla cuando sus padres no están y el otro le creía porque así es la infancia

“Todma” –Extendió su mano hasta el rostro de Momo, en ella sujetaba su carrito- “Felid cumpleadño” –Dijo alegremente, ya había hecho un amigo nuevo y por ello quiso regalarle su juguete-

“Gradcias” –Tomo el carrito y lo abrazó- “Boo Hyund”

“Sedé bued hyund y te cuidaré” –Le dijo sonriendo-

- - ♥ - -

“¿Seguro que estarás bien?” –Preguntó inquieto-

“Lo estoy… ¿Ganaría algo mintiéndote?” –Le dijo a lo que al otro no le quedo de otra que resignarse-

“Como digas Game” –Dijo resignado, no podía insistir más o conociendo a su querido amigo, saldría volando de su casa- “Entonces me voy~” –Dio unos pasos más hasta estar completamente fuera del umbral de la puerta principal-

Cerró la puerta, y camino por la sala hasta recostarse en el sillón, extrañamente en ese momento se sentía agotado, debe ser por la compañía atosigadora de Sungmin que terminó por agotarle mentalmente, hasta juraría que se le seco el cerebro…
Repentinamente rio a la nada, ¿Acaso estaba borracho que hablaba incoherencias? Que él recuerde no ha bebido nada, pero más allá de ello se sentía diferente algo así como bipolar, que a cualquier estimulo de alguna emoción reaccionaba pero exageradamente.

Dirigió su mirada al reloj de pared, observando la hora: 7pm, ya había anochecido y en todo el día, en realidad desde el miércoles, no había salido de casa y ya sentía ahogamiento, tal vez le hubiera pedido a Sungmin que lo acampanará a quién sabe dónde, sólo quería salir; sí eso era lo que necesitaba, salir.

Aunque mentalmente se encuentre algo agotado, eso no impedía que sus ganas de salir se esfumaran. Se desperezo, saliendo del sillón, se acercó a un espejo para mirarse detalladamente, no está tan mal vestido, traía puesto un pantalón que detallaba sus piernas, de color rojo vino, una camisa azul oscuro y unas zapatillas que no estaba mal, aunque sabía que de noche el frío era mayor, sólo pensaba estar fuera no mucho tiempo, por lo menos distraerse en un paseo nocturno, por lo que así salió de casa.

Se despidió de sus hijas y salió de su hogar; su rumbo era desconocido mas no le importó en absoluto, empezó a caminar y su paso se acompasó, el mirar los alrededores de la calle siempre le parecerá extraño, y es que nunca se acostumbrará al lugar, se lo dijo una vez y hoy se lo puede volver a decir nuevamente, aquel vecindario aunque de sea tranquilo, no quitaba el hecho de hacerle sentir incómodo, no era su lugar, lo sabía y por ello su aceptación no era algo que fuera cercano. Ciertamente le recordaba al lugar que una vez en su adolescencia, por causas desafortunadas, visitó, y no es por la parte de ser un vecindario cómodo para cualquier persona, sino su nexo era debido a la sensación que en él provocaba, y en especial si era de noche, y es que hubo una vez en que Kyuhyun se perdió en uno de esos barrios marginados, en donde todo valía y todo se podía, poco recuerda de cómo llego a aquel lugar, lo que mayor presencia tiene en su mente es el terror que sentía, lo débil e inseguro que llegó a experimentar en ese lugar, aunque ello haya sucedido hace años sigue presente en su mente, no de la misma intensidad pero con el mismo efecto.

Es por eso que nunca le gustará su vecindario. Sí es tanto el rechazo al lugar ¿Por qué seguir ahí? Es simple, porque nunca le comento el pequeño trauma que lo acechaba a su esposo, aunque claro oportunidades miles tuvo mas interés por decirlo ni un poco.

Luego de llegar a una concurrida calle, se sentó en una banca libre, una que pertenecía a parque, uno que poseía unas cuantas piletas, estatuas hechas de la misma hierba formando figuras descomunales y demás bancos. Inevitablemente observó a diferentes parejas sentadas a unas cuantas bancas de la suya, estas tomadas de la mano expresando con una sola mirada dirigida a su pareja lo que sentían. En más de una oportunidad tuvo la oportunidad de hacer lo mismo, incluso de  adolescente recuerda alguna vez haberlo hecho, tal vez no de la mejor manera pero lo hizo… ahora ni siquiera mostraba rastro de cariño, volvió a observarlos específicamente a la pareja a su costado, como ella lo abrazaba y… ¡Demonios! quiso no importarle pero aun así lo hacía, maldecía por estar tan sensible pues juraría que en esos momentos quería llorar y si se conocía bien sabría que seguir ahí no era buena idea, por ello se puso de pie, y dio unos pasos luego de estos le siguieron otros y así sucesivamente hasta estar caminando nuevamente, en su afán de “escapar” del lugar, no tomo en cuenta la velocidad en la que iba o quizá fue la distraído que iba pues tropezó con una señora, está lo llamó y fue recién ahí que notó su vista nublada, estaba llorando.
Como pudo se talló los ojos, dio la vuelta y ayuda a la señora a recoger sus cosas, pidiendo disculpas, alzó la mirada y pudo ver con claridad a la señora que acababa de “atropellar”

“¿Ahjumma?” –Dijo llamando la atención de la mujer-

“Joven” –Esbozó una sonrisa- “Que bueno verlo” –Dijo de la forma más tierna que puede haber- “Que pena encontrarnos así” –Una vez con sus cosas en su lugar, se supieron de pie- “Hubiera querido vernos en un lugar adecuado, joven”

“No se preocupe, me alegra verla, ahjumma”

“Que bien, mi niño. Más bien quiero volver a pedir disculpas por no haber asistido hoy a su casa, tuve algunos problemas familiares y demás”

“¿Qué?” –Su sonrisa se desvaneció- “¿Usted no estuvo en casa esta mañana?” –Juraría que ella fue la persona que acomodó todo-

“¿Qué dices?”  

Extrañamente eso le aceleró el ritmo cardiaco

“Claro que no, pensé que el señor Kim se lo había dicho”

Empezaba a entender menos, y sus latidos a intensificarse

“¿Cuándo de lo informó?” –Se atrevió a decir, tenía temor de la respuesta-

“Antes de amanecer para hoy día, sabe que yo llegó temprano a trabajar y por ello avisarles personalmente pero el señor me dio la ventaja, se encontraba despierto a esa hora y parecía llevar prisa”

“¿Qué?” –Sus ojos se nublaron nuevamente, la garganta se le dificultaba para hablar- “¿Él estaba ahí… antes de amanecer?”

“Si, pero creí que él le informaría a usted”

Ahora comprendía todo, no estaba exagerando cuando esta mañana no había encontrado parte de su ropa, mucho menos cuando el lugar estaba limpio; Jongwoon ¿se estaba burlando de él? ¿Era eso?
Sin medirlo había tomado una decisión, se despido apresuradamente de la mujer y tomó el primer taxi que encontró, le dio indicaciones a los minutos llegó al lugar indicado, bajó del taxi, le pagó al chofer y este desapareció, apretó los puños intentando darse fuerza, y finalmente camino hasta estar frente al lugar en donde trabajaba, sacó su celular, sus manos estaban temblorosas pero aun así pudo marcar su número, sabía y no sé equivocaba que él estaría trabajando aun, por ello llego al lugar, presionó el botón de “llamar” y este empezó enlazar la llamada.

Se lo colocó al oído y espero unos segundos, pensó que tal vez no contestaría pero lo hizo- “¿Aló?” –Y escuchó su característica voz, se decía a si mismo cosas como: ¿Es él, cierto?, tragó saliva antes de hablar como normalmente lo haría-

“Soy yo” –Calló unos segundos, no creía lo que estaba sucediendo- “Estoy fuera de la empresa”

Luego de hablar no escuchó nada más de su parte, lo que le preocupó, pensó que tal vez había colgado o algo peor, pero volvió a la vida cuando se dio cuenta que no era así- “¿K-Kyu?” –Entonces sí, se reafirmó a si mismo que él era Jongwoon, era su voz.

“Hace mucho frío afuera, ¡Apúrate y baja!” –Mintió, en realidad en esos momentos ni siquiera se tomaba la molestia de prestar atención al clima, sino que sus pensamientos estaban llenos de él-

Y por miedo a una negativa de su parte colgó él primero, así por lo menos no tener que escuchar sus reclamos al menos no por ahora.

- - ♥ - -

Ahí se encontraba él, esperando a su novio en el departamento de este, esperaba mucho que él haya leído su carta, aunque no dudaba de ello, sino de la reacción que haya tenido al leerla, hubiera dado lo que fuera por ver su adorable rostro, no era bueno redactando cartas pero en esta puso su empeño y por supuesto amor.

Ya hace unas horas que había llegado pero no tenía noticias de él, le había mandado unos mensajes y llamadas que no habían sido respondidas o contestadas, pero no se alarmó, en su relación solía pasar eso, tanto que llego a tolerarlo, claro que le encantaría que él alguna vez lo llamará o mensajeará como ve que hacen las demás parejas, quisiera ser por un momento como esas parejas que se extrañan tanto que a todo momento necesitan saber de la otra persona, pero sabía que con Donghae no obtendría eso, porque él no es de hacer ese tipo de cosas, menos quiere presionarlo, no como la última vez, ese corto tiempo sin verlo le atosigaba, aunque el verlo en su puerta pidiendo una explicación fue lo más adorable que él pudo hacerle, no lo mostró en el momento pero lo sentía.

Y fue que entendió que él era una de esas personas, necesitaba de él para permanecer tranquilo; había llegado a amarlo tanto que su mundo sólo era él, por ello quiere hacer todo lo que él le pida, si es necesario esperar un definitivo “Sí” lo hará, no importa el tiempo que tomé, esperará por él.

Suspiró una vez más, tomó su celular y marcó nuevamente su número, no le importase que no contestará quería que él notará que siempre pensaba en él, escuchó nuevamente a la operadora mandándole al buzón de llamadas, volvió a colgar, levantó la visto y ahí estaba al que había invocado con todo su ser, este observaba su celular.

“Hae, estás aquí”

“No me llames tanto, estuve en una reunión con el odioso de Henry y no pude contestar porque Mister Hámster no tolera las interrupciones”

“Lo siento, trataré de ya no hacerlo”

“No importa, al menos me libre de él”

“¿Leíste mi carta?” –Dijo divertido-

El otro se detuvo en seco, felizmente se encontraba de espaldas y agradecía que así lo haya predestinado el destino de lo contrario del otro pudo haber apreciado el sonrojo que le atacó.

“Tú” –Se giró a verlo cuando se normalizo un poco- “¿Cómo pues escribir algo tan vergonzoso?” –Pero le era incontenible tratar de no recordar lo que en aquel papel estaba escrito- “¿Piensas que soy un pervertido?”

“Nunca dije eso”

“Pues en tu nota no lo decía pero lo insinuaba claramente”

“No veo que parte de lo que haya escrito sea mentira”

“No depende de si es mentira o no. Sino de las indirectas”

“¿Me negarás que estos últimos tres años envés de tener una cita normal terminamos en una cama?”

Ambos labios inmediatamente se separaron para contradecirlo, pero de ellos no salió nada incoherente mejor dicho ninguna palabra, acto seguido se mordió el labio inferior avergonzándose solo pues aquel acto le daba la razón al otro.
Ante tan bello panorama las ganas de abrazarlo se incrementaron, unos cuantos pasos y estaba detrás de su novio, le rodeo con sus brazos siendo recibido sin objeción, beso su mejilla, sintiendo lo caliente de esta, sin reprimirse una sonrisa.

“P-pero te gusta ¿no?”

“Demasiado, pero también me gustaría un cita contigo” –Le susurró al oído luego besó esta-

“P-podemos tener una… cena” –Ahora los labios ajenos se deslizaban por su blanco cuello, mientras el otro inclinaba la cabeza dándole espacio-

“Me parece bien” –Dicho esto se separó del otro, le regaló una bella sonrisa, tomó su mano y lo haló hasta la cocina- “Pensé que dirías cena, por eso la preparé anticipadamente... -Se acercó a una de las cacerolas- Solo habrá que calentarla” –Lo miró con la misma sonrisa-

Sin decir más Hyuk calentó lo preparado; con una mesa ya tendida y adornada correctamente sentó a Hae en ella, obviamente sorprendiéndole al ver todo ya listo, sirvió la comida.

- - ♥ - -

¿Hizo bien?
Claro.
Era lo que se repetía pero interiormente no pensaba del mismo modo, se debatía por dentro en sí era buena idea seguir o dejar todo como esta e irse… ¿Qué es lo que hará si él actúa diferente a lo que espera? O ¿si el asunto se sale de sus manos? Y terminan peleando como siempre. Inconsciente de sus actos, mordió su labio inferior. Sí, estaba nervioso y al mismo tiempo ansioso, nervioso de que le reclame acciones pasadas, sólo habían pasado unos cuatro días desde que lo vio, en esos días lo había pasado mal, sin contar los malestares que de un momento a otro le llegaron. No les tomó importancia pues sabía que era debido a su estado anímico, como una vez lo escuchó en la televisión, dependiendo del estado espiritual estará tu cuerpo, y en su caso, estaba mal en todo el sentido de la palabra, ya hacía unos pocos minutos que se encontraba en frente del gran edificio en donde trabajaba Jongwoon digamos que él no lo visitaba seguido por eso le era algo casi nuevo venir.

Será exagerado o tal vez no, pero para Kyuhyun el gritarle lo que se merecía era lo que tenía que hacer en cuanto lo viera, aun no podía creer que prácticamente se fuera sin si quiera tener un maldito papel en las manos que diga que su matrimonio se había acabado, ¡ni siquiera eso!

Kyuhyun no era de los que perdonará tan fácilmente, menos un ‘casi engaño’ como aquel. Lo que Kyuhyun dejaba pasar por alto y por muy alto; era que su justificación no era la suficiente para ser considerada un reclamo justificable pues el solo hecho de verlo nuevamente era lo que lo impulsaba a estar ahí parado.

¿Qué es lo que esperaba? Tal vez una posible reconciliación. Claro está, no iniciada de su parte sino la de Jongwoon. Como deseaba tanto que todo fuera como antes. Peleas, sexo, reconciliación. El circulo vicioso del que tanto se había acostumbrado. La garganta se le secó de solo pensarlo. Gustoso abría sus piernas, pero este no era el caso.

¿De verdad lo pensé? Una oleada de realidad arremetió contra él. ¿Pasó por su cabeza entregarse así nada más? Oh KyuHyun ¿Qué es lo que te está sucediendo?

De eso dependía el que hoy estuviera allí. Su enojo hacia su estúpido esposo, porque de ser por cualquier otro sentimiento se sentiría indefenso, incluso dominado, bajo sus pies.

Terminó por desechar sus pensamientos al momento de ver una silueta acercarse a él, entonces supo que no había marcha atrás. Quiso no prestarle atención al terno que llevaba puesto y que tan bien le quedaba, en comparación suya él era una lagartija.

Entonces nuevamente se sintió débil ante la seriedad en sus ojos. Bueno ¿Quién de los dos se suponía debe estar molesto?

“Así que no era una broma” –Su tono revelaba la frialdad que podía llegar a tener no obstante no opacaba que en ella hubiera aún ternura.-

Exacto. Este es el hombre que ama.

“Siempre cumplo lo que digo” –Quiso mantener la compostura, pero lo cierto era que ante este lado de Jongwoon no podía. Nunca se había sentido así, no desde que era un niño, temeroso y tímido, pero ya había superado esa etapa, entonces ¿Por qué ocurría esto ahora?-

“Tu llamada parecía importante” –Retomó el curso de la conversación, a pesar de que Kyuhyun no contribuía en mucho.-

¿Importante? ¿Qué era lo importante? Ya ni recordaba su nombre. Todos sus sentidos se enfocaron en un solo objetivo. El estómago se le revolvió ¿Desde cuándo le intimidaba tanto que lo mirará así?

“Kyuhyun sabes que no me gusta que no respondas. No me hagas perder el tiempo”

¿Hacerle perder tiempo? Acaso es eso lo que siempre pensó de él ¿Qué le hacía perder tiempo? Mandó al diablo el remolino de emociones que intentaba gobernar en él, ¿Qué estaba esperando? Que Jongwoon lo abrazará y dijera que todo estaba bien, volviendo todo a la normalidad. Entonces su enojo inicial, volvió como una pastilla efervescente en agua.


“Vete a la mierda”

Continuará...

martes, marzo 18, 2014

Me without you Cap. 8 [Final]



Y el final llegó, espero que les haya gustado este fic adaptado.


Después de quedar seco en cuanto a lágrimas llamé a mi hermana para que me ayudara con las maletas, la cual se mostró sorprendida de que lo hiciera, de seguro creería que me negaría y que seguiría con mi rebelde actitud. Pensé que quizás si notaban un cambio en mí, podría haber una probabilidad de que ellos cambiaran su injusta decisión.

Necesitamos cuatro maletas para guardar toda mi ropa y dos bolsos para llevar mis 
necesidades extras.
Mi habitación comenzaba a notarse vacía, los muebles ya no se encontraban repletos de cuadernos y cosas por el estilo, más en uno, una fotografía de Jongwoon y yo daba vida al triste cuarto donde había ahogado todas mis amarguras durante los últimos días. Caminé con pesar hacia la foto y tomé el portarretratos de metal en mis manos. Sin esperar más de dos segundos una lágrima calló sobre el cristal y sollocé al saber y al mirar mi vida hacia el futuro… el ya no estaría ahí, ya nunca más sentiría uno de sus abrazos, sus besos, ni tampoco su voz. Todo esto era un infierno.

Sentí los pasos de mi hermana aproximarse hacia mí, por lo qué sequé mis lágrimas y me volteé de manera veloz, escondiendo la fotografía en mi espalda.

— ¿Qué escondes ahí? —Me clavó una mirada sospechosa.-

— Nada, solo una foto —Si lo piensan, era ridículo que siguiera manteniendo la foto oculta cuando estaba diciéndole la verdad, pero simplemente, no quería que la viera. Sabía en el fondo, que ni una adorable foto, cambiaría su opinión.-

— ¿Puedo verla? —Alzó las cejas y me miró expectante a través de los cristales de sus
anteojos.-

— No ¿Para qué? ¿Para qué sientas lástima de mí? No quiero dar pena y tampoco quiero hacerte saber, ni hacerte sentir mal por lo que estás destruyendo en estos momentos. Si me disculpas… tengo que seguir ordenando cosas —La esquivé y caminé hacia mis maletas, guardé el portarretrato entre las prendas de ropa y al término, cerré la valija asegurándola con un candado.-

Eran alrededor de las 1 de la madrugada y toda la casa seguía en pie. Sentía un dolor 
profundo en el pecho al ver las caras de mis padres, no habitaba ni una expresión de 
amargura, de tristeza, de hecho… era lo contrario, supuse que sentían satisfacción al
saber que ellos habían ganado la batalla y que finalizaban la guerra mandando a la oveja negra de la familia lejos de casa, deshaciéndose fácil y cobardemente de sus problemas.

Para serles honesto, no estaba triste por dejarlos tampoco, no habían influido mucho en mi vida, no más que desayunos fríos y cenas silenciosas. Prácticamente mi infancia la viví con una niñera de artos años, persona a la que aún extraño y desearía tener a mi lado en estos momentos. De seguro tendría un buen consejo.

Los recuerdos iban y volvían como relámpagos a mi cabeza, por lo que preferí deshacerme de toda mi ropa, abrigarme con mi pijama y hundirme bajo las sábanas. Quizás dormir disminuiría el dolor y la pena que sentía.

Mis ojos se abrieron a las 7 de la madrugada producto a la chillona melodía de mi 
despertador y prácticamente, con lo tarde que me había quedado dormida, más lo difícil que fue caer en sueño profundo, dormí tan solo dos tres horas. ¿Algo podía ser peor? A que sí, solo esperen el momento en el que me suba al avión y después de horas me encuentre en un continente diferente.

Me levanté con el rostro de un zombi y me metí a la ducha. Al salir, ni siquiera me preocupé de arreglar mi cabello, de ocultar las orejas y borrar todo tipo de facción en mi cara que demostrara lo infeliz que era. Si me iban a llevar lejos, quería que supieran que era en lo que me habían convertido. La persona más amargada e infeliz que pisara la tierra.


Bajé las escaleras con el corazón en la mano, mis maletas se encontraban junto a la puerta y mi hermana leía su agenda sentada en un sillón. Al notar mi presencia sonrió y se puso de pie. ¿Por qué sonreía? ¿No notaba que esto era tan parecido a un funeral para mí?

— ¿Estás lista? —Tomó su cartera y la colgó en su hombro derecho.-

— No, aún tengo que desayunar —Dije cortante mientras mantenía un fuerte contacto visual. Acaba de notar mi estado anímico.-

— No te preocupes, desayunaremos algo en el avión, estamos atrasadas —Musitó dejando la sonrisa a un lado y tomando su única maleta.-


¿No era suficiente llevarme con el corazón destrozado? No, también con el estómago rugiendo. Suspiré al ver mis nulas opciones y traté de tomar con torpeza mis cuatro pesadas maletas, más mis dos bolsos.

Por lo menos, una persona tenía conciencia en el hogar. Francis, el mayor domo que estuvo ahí desde mi nacimiento. Me subí al auto tal como si fuese el día de mi ejecución y para ser honesta, no había mucha diferencia, mis padres y mi hermana acababan con mi vida.

— ¿Por dónde vive? —Me preguntó deteniéndose en la primera esquina.-

— Es al otro lado de esta comuna —Suspiré con los ojos ya empañados. Volver a ver la casa Jongwoon sería la gota que derramaría el vaso.-

No alcancé ni a pestañear cuando el vehículo se estacionó frente a la casa de Jongwoon y mis piernas temblaron, mi corazón parecía caerse en pedazos y mis ojos derramaron lágrimas.

Me bajé sin mirar a mi hermana y con el sobre blanco en las manos. Al estar frente a la 
puerta, di tres golpes atemorizados y esperé. Su Madre no tardó en recibirme con una sonrisa, la cual se esfumó al ver mi lóbrego rostro.

— Kyuhyun… —Musitó preocupada tomando mi rostro— ¿Te encuentras bien? -Solo negué con la cabeza y apreté los ojos, dejando que las lágrimas empaparan mi rostro.- Quieres ver a Jongwoon, espera unos segundos… —Me soltó y se giró para ir en busca de mí… ¿Novio? Más no podía permitirlo, no sería capaz de mirarlo a los ojos y decirle que era lo que estaba sucediendo.-

— No… —Sollocé y tomé delicadamente de su brazo— Por favor… necesito que le entregue este sobre y que le diga todo lo que lo amo —Mi voz colgaba de un hilo y empeoraba al ver el rostro desentendido de ella— fue… maravilloso el haber compartido con usted y con su familia, son un verdadero ejemplo. Tiene que saber que usted fue como una segunda madre para mí —Terminé por abrazarla momentáneamente y correr hacia el auto antes de que cayera al suelo envuelta en llanto. Sentí como me llamaba y fue peor cuando me quedé con la vista
pegada en la ventana y su imagen en la puerta se iba desvaneciendo de a poco. Esto era… el fin.-

— Ya… vas a estar bien —Sentí como mi hermana hacía un torpe e inútil esfuerzo por 
consolarme, lo que me provocaba solo más rabia.-

Llegamos al aeropuerto en pocos minutos y sentí ganas de morir al ver a mis padres 
saludándonos a lo lejos con una sonrisa en el rostro. ¿Cómo podían?

— Se retrasaron —Comentó mi madre, rodeando mi espalda con uno de sus brazos. Más solo hizo el intento y me alejé con brusquedad.-

— Me atrasé en el baño —Me excusó mi hermana y miré hacia alrededor— ¿El avión ya está por despegar?

— En unos cuantos minutos, deben irse preparando —Respondió mi padre, escondiendo sus manos en los bolsillos y respirando hondo. No hallaba la hora en la que el alta voz llamara a los pasajeros del vuelo 39 a abordar el avión, quería dejar a mis padres de una sola vez y borrar como pudiese sus caras hipócritas.-

— ¿Vamos? —Me sacó mi hermana de mis pensamientos llenos de odio e ira hacia mis padres. Asentí y el corazón bombeó sangre con rapidez, haciéndome entrar en una arritmia desesperante.-

— Cuídate —Sentí como mi madre volvía a abrazarme. No me hice a un lado solo por 
educación, pero aún así no respondí sus saludos. Ignoré todas sus palabras y me puse en camino hacia el portal por donde abordaría el avión. Sentí a mi hermana ir detrás de mí, llamándome la atención y diciéndome que iba por el lado equivocado, la verdad era que no estaba en el mejor estado para orientarme. Me di media vuelta con desgano y caminé detrás de ella. Si, si parecía una escalaba.

Pasé nuevamente por al lado de mis padres, los cuales prefirieron no decir nada y saborear su dulce victoria.
A lo lejos pude ver sobre un portal un mensaje sobre una pantalla pasando una y otra vez: 

“Vuelo 39. Inglaterra, Londres” Es ahí justamente donde iniciaría mi nueva vida y donde
dejaría atrás lo que había valido realmente la pena durante todos mis años de existencia, el amor.

Los pasos se hacían eternos y creí estar loca al escuchar la voz de Jongwoon llamar mi nombre una y otra vez. Apreté mis ojos, tratando de borrarla de mi cabeza, solo estaba causándome más daño, pero los sonidos se volvían intensos y reales.

— ¡Kyuhyun! —Su voz retumbó en mi cabeza y una mano detuvo mi andar. Mi corazón de paralizó por completo y me giré creyendo que solo sería una ilusión.-

Mis ojos se llenaron de lágrimas y salté sobre él abrazándolo, mientras explotaba en llanto.

— Kyuhyun, mi vida… ¿En que estabas pensando? —Sollozó alejándome de él, tomando mi rostro entre sus manos y obligándome a verlo a los ojos.-

— Jongwoon… —Sollocé ahogado en llanto mientras no podía creer que lo tuviera en frente a mí— Jongwoon… Jongwoon, mis padres… me obligan a viajar a Inglaterra… yo… yo no sé qué hacer, todo… se escapó de mis manos, todo se desvaneció —Gemí mientras trataba de recuperar la respiración.-

— ¡Kyuhyun! ¡¿Dónde rayos estás?! —Escuché la voz de mi hermana a unos pocos pasos. No tardó en segundos en aparecer— ¿Qué haces? —Me miró desconcertada y luego guio su vista a Jongwoon. Ni siquiera le prestamos atención, tenía que escuchar que era lo que él me decía.-

— Kyu —Sollozó tomando de mis manos— Kyu, por favor… no puedes irte a Inglaterra,
lo eres… simplemente todo para mí, te has convertido en mi vida, yo… no sé qué haría sin ti, eres la luz, el aire… no puedo permitir que te vayas, no puedo permitir que te alejen de mí y que todo acabe aquí. Te amo, te amo de verdad y soy capaz de hacer lo que fuese para que te quedes junto a mí, por favor mi amor… no te vayas… —Las lágrimas caían repetidamente de sus ojos, tal como las mías resbalaban por mis mejillas.-

Lo abracé y refugié mi rostro en su pecho, sintiendo como sus latidos se agitaban… escuchando los últimos latidos de amor.-

— Perdóname… —Sollocé y me alejé— si me quedo, seguiré haciéndote infeliz, mis padres nunca entenderán lo que es amar… no puedo quedarme Jongwoon… no puedo seguir haciéndonos daño —Musité con frialdad. Mis palabras eran tan sinceras, como lo que sentía dentro.-

— Pero… —Sollozó tomándome de una mano al ver que me alejaba.-

— No… no… lo hagas más difícil —Gemí alejando mi mano de él.-

— ¡Aléjate de él si no quieres que llame a la policía! —Exclamó mi madre apareciendo
en la despedida. La miré con odio y le di la espalda a Jongwoon para atravesar el portal.-

— No, Kyuhyun… —Escuché hablar a mi hermana y detener mi paso— No puedo llevarte a Inglaterra, no sabiendo el daño que te causaría. -Me giré desconcertado y la miré a los ojos. Sonrió levemente y me abrazó con fuerzas.- Es un gran chico, no puedes dejarlo ir —Carcajeó entre sollozos. No pude hacer más que sonreír y dejar que me invadieran todas las emociones que se incrustaban en mi corazón.-

— ¡¿Qué?! —Exclamó mi madre, deshaciendo el abrazo que formaba con mí hermana mayor—  ¡No puedes hacerme esto Ahra! ¡Quedamos en que te llevarías a Kyuhyun a Londres!

— ¿Qué tan cruel puedes llegar a ser? —Escupió mi hermana con fervor y me sentí 
querido y entendido por primera vez al ver una lágrima rodar por su rostro.- ¡Míralo! 
—Gritó en un susurro.

— ¡Suficiente! —Exclamó mi padre interrumpiendo el drama, tal como siempre lo hacía. Sentí un temor asqueroso al escucharlo hablar. Todo dependía de él. Clavó su mirada en mí y sonrió.- ¿Lo amas? —Musitó con la voz calmada.-

Asentí entre el llanto y sonreí al ver mi camino alumbrarse.

— Se la gran persona que eres —Miró a Jongwoon y asintió— te quedas, Kyuhyun —Sonrió. Con un nudo en la garganta, corrí hacia los brazos de mi padre y lo abracé con fuerzas… si comprendía. Apenas me alejé, miré a Jongwoon y sonreí con conmoción, extendió los brazos y volví a correr para alcanzar lo que creí imposible. Rodeé su cuello con mis brazos aún temblorosos y besé sus labios con sentimiento. Volví a sentirme vivo, volví a sentir a mi corazón latir, a mis sentidos despertar, a mi mundo alumbrar nuevamente y a sentirme feliz.-

— Te amo —Sollocé sobre sus labios mientras lo miraba a los ojos.-


— También te amo mi vida —Susurró y volvió a besar mis labios con esa ternura que 
solo él sabía entregar.-

Quien sabe lo que nos depare el futuro… solo sé que estando junto a esa persona especial, que te hace sentir vivo, que te hace soñar más allá de los limites, esa persona que está ahí para cada caía, quien te da los ánimos y energías para empezar con un nuevo día. Esa persona que te saca de rutina y alumbra tus días más oscuros. Quien te enseña lo que es realmente el amor y te hace descubrir lo maravilloso de estar enamorado… la vida puede llegar a ser perfecta.

Me without you Cap. 7



Actualización del MWY \*-*/ 
Una vez más lamento no haber podido actualizar, y seguido de ahora en adelante lo dudo, sólo les pediría paciencia, esta escritora es lenta u.u pero aún así la quieren jajaja



Habían pasado tres días desde entonces y no tenía la más mínima idea de Jongwoon. Me sentía desesperado y ampliamente torpe, había estado encerrado en mi habitación los tres días y sin hacer nada por averiguar cómo iban las cosas, tampoco tenía intenciones en hablar con mis padres, por lo que el camino se encontraba aún más difícil para indagar. 

Caminé de un lado a otro por toda la habitación, pensando en algo que hacer, debía de haber algo. Las posibilidades se iban reduciendo cada vez más y justo en el momento en que creí que no encontraría respuesta, el teléfono sonando al exterior de mi cuarto, me llamó. Era obvio que mis padres me habían quitado el teléfono de mi habitación, mi celular y cualquier otro aparato con el que me pudiera comunicar y para que no ocupara el teléfono de la casa, habían puesto a las dos personas a cargo del aseo, su atención en mí.

Tenía que correr un riesgo, salí de mi habitación en silencio, tomé el teléfono y con 
lo largo del cable, fue suficiente para que llegara hasta el armario del pasillo. Me senté
en el suelo y traté de cubrirme con los viejos y polvorientos abrigos que habitaban el 
oscuro armario. Sentí un nudo en mi corazón y creció aún más cuando el pitido de la llamada comenzó a sonar agudamente en mi oído derecho.

— ¿Diga? —Contestó del otro lado la suave voz de Madre.

— Señora, habla Kyu —Musité con nerviosismo. Pensé que por lo que había sucedido 
no querría hablarme.-

— ¡Niño! —Exclamó tal como si estuviese asustada— ¿Cómo estás? —Preguntó preocupada.-

— Yo… quería pedirle disculpas, todo esto… que está pasando es mi culpa, por mi culpa  Jongwoon… puede que esté en la cárcel o… —Mi voz se agudizó y supe que dentro de pocos segundos volvería a llorar.-

— Kyu… no te preocupes —Al parecer no estaba preocupada por su hijo, sino por mí— Jongwoon está bien, está aquí en casa, no sucedió nada y gracias a dios no tuvo que ir a prisión —Mis ojos se abrieron en su totalidad ¿No estaba en la cárcel? ¿Cómo es posible? Mis padres habían jurado dejarlo morir detrás de las rejas y ahora me entero de que las cosas no fueron y no son tan parecidas a como mis progenitores las habían especulado— ¿Kyuhyun? ¿Estás ahí? —La voz de ella interrumpió todos mis pensamientos interrogantes y sacudí la cabeza para salir de aquella laguna mental.-

— Lo siento… lo siento, yo… mis padres habían dicho que… —Creo que me encontraba en uno de esos estado a los que se les llama “Estado de shock”-

—Lo sé, es por eso que estaba preocupada, sé que tus padres te tienen con la idea de que Jongwoon está en la cárcel, pero estate tranquila, él está bien y desesperado por volver a verte y poderte hablar —Primera sonrisa durante tres días.-

— Es una lástima que… —Y aquí venía el llanto— que…no pueda verlo. Estoy… muriendo de a poco y no es por exagerar… de verdad que… en cualquier momento no resistiré más —Sollocé y una fría lágrima corrió por mi mejilla.-

—Ay, mi niño, no llores… te pasaré con Jongwoon… espera un minuto —Ni si quiera me quedó voz para responderle, me quedé en completo silencio esperando a que la voz de mi novio apareciera al otro lado.-

— ¡Kyu! —Lo escuché exclamar exaltado— ¡Dios! ¡Pequeño! ¿Cómo estás? —Y ahí iba 
otra vez. Se puede decir que exploté en llanto al sentir su acaramelada voz.-

— Jongwoon —Sollocé con una torpe sonrisa en los labios, mientras secaba afligida las
lágrimas que corrían por mis mejillas— Jongwoon… ¿Qué fue lo que pasó? ¿Cómo estás? ¿Qué pasó con la policía? —Tenía millones de preguntas, más Jongwoon al parecer no estaba interesado en responderlas.-

— Kyu… —Interrumpió y carcajeó suavemente— Pequeño, estoy bien ¿Si? No pasó nada, estoy en casa, lejos de la policía y sin problemas, al parecer tus padres no tienen el corazón tan de piedra —Musitó con nostalgia.-

— No, para que hayan hecho algo así… no lo sé, quizás… tienen otros planes en mente —Y eso podía ser verdad. No dejarían que Jongwoon quedara en libertad, sabiendo que cualquier día podríamos escaparnos.-

— No seas paranoico, quizás prefirieron dejar las cosas así y punto, después de todo… 
sería injusto que me metieran en la cárcel —Suspiró.-

— Puede ser… —Cerré los ojos y traté de sentir que su respiración, voz y todos sus 
sentidos estuviesen a mi lado.-

— Kyu… —Susurró.

— ¿Si? —Respondí aún con los ojos cerrados.-

— Te amo tanto —Musitó. Fue increíble lo que sentí al escucharlo decir tales palabras. Fue algo mágico, no lo sé, pero sentí como si volviera a vivir, como si mis días de depresión se hubiesen esfumado. Mis ojos se cristalizaron nuevamente, pero no de
tristeza, sino de esperanza, sabía de alguna manera que pronto volveríamos a vernos y estaríamos juntos otra vez, queriendo que fuese eterno.-

— Sabes que te amo, que te adoro, que… que eres lo más importante que tengo —Sonreí entre las lágrimas. Nos quedamos en silencio, quizás disfrutando de la cercanía, lejana, en la que estábamos… la cual… no duró mucho. Sentí los gritos de mi madre en el primer piso, anunciando que habían llegado y llamándome para que bajara a comer.- Donghae, tengo que cortar, prometo llamarte, no sé cuándo, pero lo haré, mis padres acaban de llegar. Te amo —Hablé con apuro.

— Seguro. Estaré extrañándote. Te amo —Susurró.-

Sonreí y corté la llamada. Me apresuré en enrollar en cable del teléfono y salí del armario dejando el aparato tal como estaba.

Corrí por las escaleras y llegué hasta el comedor, donde mis padres se encontraban hablando con una sorpresa inesperada.

— ¿Ahra? —Musité con los ojos abiertos. ¿Qué hacía mi hermana mayor en el comedor de la casa? Ayer estaba en Inglaterra.-

— ¡KyuHyun! —Exclamó con los brazos abiertos. ¡Dios! ¡Esto era una gran sorpresa! Al fin alguien que pudiera sacarme una sonrisa en estos días de duelo. Mi duelo.-

— ¡Ahra! —Corrí hacia sus brazos y me refugié en ellos con una sonrisa de oreja a oreja
en el rostro. ¡Como la extraña! ¡Hace un año y medio que no nos veíamos! ¡Esto era una gran sorpresa!-

— ¡Mira cómo has crecido! ¡No esperaba encontrarme con un hombre, aún venía con el concepto de encontrarme con esa carita de bebe —Carcajeó.-

— Al fin alguien que nota la diferencia, hay gente en esta casa que cree que sigo
cumpliendo 7 años cada 3 de febrero —Carcajeé y luego miré a mis padres con seriedad.-

— Ya veo —Rió— Ven, vamos a comer, hay de muchas cosas que tenemos que hablar.-

— Seguro —Sonreí y me senté en la mesa junto a mi hermana, mis dos hermanos pequeños y mis padres.-

La cena me hizo recordar a esas que teníamos cuando éramos una familia completa, cuando mi hermana mayor estaba en casa, cuando mis padres eran unidos y todo parecía ser perfecto. 

Incluso llegué a pensar que las cosas podrían llegar a cambiar.

— Kyuhyun —Musitó Ahra con una sonrisa ida en el rostro.

— ¿Si? —Sonreí.

— Hay algo que queremos decirte, yo, mamá y papá —Okay, su tono de voz no estaba gustándome, para nada— No vine desde Inglaterra por nada, tengo una… seria misión aquí —Carcajeó.-

— Que feo ¿Eh? —Carcajeé— pensé que estabas interesada en venir a vernos —Reí.

— Y estás en lo cierto, de hecho, volveremos para navidad —Sonrió.

Me quedé en completo silencio… ¿Había escuchado bien? ¿Volveremos? ¡Oh claro! Hyun Joong  y Sulli, su esposo y mi sobrinita de tres años, deben de estar en la ciudad también. En un momento creí que hablaba de mí.-

— ¿Hyun Joong y Sulli están aquí? —Sonreí y tomé un pequeño sorbo de mi coca cola.

— No. Kyu, trato de decirte que… Bueno, tus padres tomaron una decisión y… mañana nos vamos a Inglaterra. Tú y yo, Kyu —Me miró con tristeza. Todas las palabras que tenía en la boca se habían esfumado y el mundo a mi alrededor había muerto. ¡No podía ser verdad!-

Me quedé en silencio observando con detención cada rostro presente en la mesa, seguramente esperando un “¡Caíste!” más nadie expresaba ni una sola sílaba.

¡Já! Ya, ya pueden decirme que es una broma —Sonreí y volví a tomar mi refresco. A pesar de parecer como si estuviera relajada, en el fondo sentía los nervios, la rabia y toda esa cantidad de sentimientos asquerosos florecer de una sola vez.-

Lamento decirte que no es una broma —Musitó mi madre alejando su vista de mí y
ocultándola en su plato de comida.-

Ya basta de juegos… ¡No seas infantiles! —Carcajeé con la voz temblorosa y con mis  expresiones de felicidad desapareciendo— no pueden llevarme a Inglaterra, tengo toda una vida aquí, déjense de decir estupideces y digan que todo esto es una broma, no tengo todo el día para esperarlos —Me negaría rotundamente a la nueva idea. ¿Yo en Inglaterra? Empezar toda una vida de nuevo, una vida sin… Jongwoon. Por favor, tenían que decirme que no era más que una broma.-

Basta, Kyuhyun —Habló mi padre apoyando los servicios que llevaba en cada mano en la mesa— partes a Inglaterra mañana y no quiero escuchar un pero, tampoco interrogaciones ni excusas. Si ya terminaste tienes el permiso para ir a tu habitación y ordenar tus cosas, esta noche debes tenerlas lista —Volvió a concentrarse en su plato de comida.-

Nunca lo había escuchado tan firme, serio, frío y sin… sin cariño. Mi vida era un desastre. Me puse de pie con brusquedad, lo que provocó que la silla cayera hacia atrás, despertando la atención de todos.

¡BIEN! —Grité apretando mis puños— ¡Me iré a mi habitación y no para arreglar maletas! ¡Sino porque son la peor familia que existe en el mundo y no resisto seguir comiendo y compartiendo con la clase de gente que son ustedes! ¡Son unos egoístas manipuladores! ¡Los odio! ¡Los odio! —Grité con el corazón hecho pedazos. Salí corriendo del comedor y subí las escaleras lo más rápido que mis piernas lo permitieran. Apenas la puerta de mi cuarto se cerró a mis espaldas, las lágrimas aparecieron formando cascadas. ¡No podían estar hablando enserio! ¿Cómo se atrevían a hacerme algo así? ¡Claro! ¡Les encantaba, fascinaba ver mi vida arruinada! ¡Verme infeliz era lo que los satisfacían!

Las lágrimas no dejarían de escaparse de mis ojos, lo que propusieron un terrible cansancio. Me acomodé en la cama y abracé la gran tortuga de peluche verde que decoraba el acolchado. Pronto mis párpados comenzaron a pesar y me hundí en un sordo sueño.

Desperté al sentir suaves golpes en la puerta de mi habitación. La habitación se encontraba
con una luz tenue, debía de ser tarde. Miré mi reloj y las manecillas anunciaban las
10:00pm. Si, si era tarde.

Kyu… Soy Ahra ¿Podrías abrirme por favor? Necesitamos hablar —Musitó con esa
suave voz que la caracterizaba. Me senté en la cama y me quedé con la mirada fija en la puerta… Quizás si hablaba con ella podría convencerla de no viajar a Inglaterra, quizás mis padres no le contaron con detalles mi situación. Caminé con las piernas temblorosas hasta la puerta, la abrí y al mismo tiempo dejé que la luz intensa del pasillo me cegara. Me hice a un lado y caminé hasta la cama, me estiré nuevamente y cerré mis ojos.

BabyKyu —Un sobrenombre que nadie sabía— ¿Por qué estás en desacuerdo
con tus padres? Siempre quisiste ir conmigo a Inglaterra, ahora que se te pone enfrente la oportunidad la rechazas
Sentí como su cuerpo hacía presión en la esquina de mi cama. 

Abrí mis ojos y me senté para mirarla con rabia.

Tú no tienes idea ¿Verdad? Mis padres no te contaron como son realmente las cosas —Me crucé de brazos y apoyé mi espalda en respaldo de la cama.-

Solo… me dijeron que han tenido varios problemas contigo, que quieren que cambies  de actitud y un cambio brusco te haría bien —Sonrió con inocencia. Yo estaba en lo correcto, mis padres no le habían dicho nada.-

¿Es una mala actitud amar a alguien? —Susurré y sentí mis ojos cristalizarse… una vez más.-

No, para nada ¿Por qué lo preguntas? —Sus expresiones cambiaron rotundamente,
comenzaba a darse cuenta de que la idea de mis padres iba algo más a allá de mi actitud.-

Me enamoré de un chico, su nombre es Jongwoon —Sonreí con tan solo pronunciar su nombre— Es el chico más tierno que podrías llegar a conocer, me protege, me apoya, me ayuda y lo más importante… me ama —Sonreí y una lágrima corrió por mi mejilla.-

Ahora comprendo… pero… ¿Estás seguro de que te ama? —Alzó las cejas.-

Completamente seguro —Suspiré.-

Entonces… ¿Por qué tus padres te alejarían de él?

Porque la familia de Jongwoon no es el tipo de familia como la tuya, créeme que no me enorgullece, ni me considero parte de la clase de gente que son mis padres y el resto. Su familia es de esfuerzo y su situación económica no es tan buena, es por eso que mis padres le tienen tanto odio… —Apreté mi mandíbula y miré hacia un lado, tratando de calmar la ira que sentía dentro.-

Kyu, tus padres solo quieren lo mejor para ti… — ¿Qué? ¿O sea que estaba de
su lado?

¿Perdón? —Interrumpí su consejo— Entonces… puedo inferir que todos ustedes prefieren verme con un hombre que me maltrate, pero que tenga buena situación económica a que con un hombre que me ame, que me aprecie, que me cuide, pero que no tenga la misma cantidad de dinero como mis padres… —Dije con la voz seca.

No, Kyu, no es eso… es solo…

No quiero seguir discutiéndolo… —Volví a interrumpir.-

Kyuhyun, no puedo hacer nada con respecto a todo esto, yo… tengo que llevarte
conmigo a Inglaterra mañana. Para no ser tan cruel, si quieres… escríbele una carta y mañana pasamos de camino al aeropuerto a dejársela, papá y mamá no se enterarán, ellos estarán en el aeropuerto minutos antes… tendrás que serle sincera, no puedes dejarlo sin saber nada —Musitó con la voz apenada y se puso de pie— arma tus maletas… yo… estaré en mi habitación por si necesitas algo. Sin decir más, se marchó de la habitación y me dejó en un silencio aterrador y apagado. Debía hacerlo, si me iba a Inglaterra, debía dejarle las explicaciones a Jongwoon.

Kim Jongwoon:

“Lo lamento tanto, no sé cómo puede haber gente tan fría, tan cruel en este mundo.
Posiblemente no querrás saber más de mí cuando termines de leer esta carta y lo entiendo, es un hecho cobarde, pero tienes que saber que fue una decisión tomada por mis padres. 

Todo se escapó de mis manos y no hubo nada que pudiera haber hecho.
Perdón por hacer esto, pero no podía marcharme dejándote sin saber cómo son las cosas. 

Me voy, me llevan a Inglaterra tal como un esclavo, un exiliado. Gracias por haberme demostrado lo que es el amor, por haberme hecho sentir cosas inexplicables, por haberme enseñado a querer y a valorar la vida. Gracias por haberme hecho confiar en mi misma, por estar ahí en los momentos en que todo se deshacía.

Sabías escucharme cuando me quedaba en silencio, cuando me mirabas a los ojos y leías que era lo que sentía, que era lo que quería. Cuando decías que todo estaba bien, cuando no y me hacías sentir fuerte y seguro.

Fuiste y serás la persona más importante en mi vida y desearé borrar este adiós de mi mente cuando vuelva a ver tu rostro, porque sé que no es un adiós infinito.
Te amo, te amo tanto amor. Y necesito que seas feliz, por muy lejos que esté, sentiré esa sonrisa y me harás seguir adelante, tal como lo hacías.”

Con amor, Cho Kyuhyun.


La verdad, no era mucho, pero quizás era lo justo y necesario para hacerle entender lo que fue y será para mí.


Dejé el lápiz a un lado y guardé el papel en un pequeño sobre blanco. Ya no había nada más que hacer, no más que enfrentar lo que sería mi próxima vida y seguir adelante con el corazón quebrado y con la esperanza de volver a encontrarme con la persona a quien amé, amo y amaré por siempre.