jueves, enero 29, 2015

No está todo perdido [YeHyun] Cap. 7

Capítulo 7


Quiero aclarar que en mi fic las edades correspondientes de Kyuhyun son 25 y Yesung 29
No recuerdo la última vez que publique algo de este fic. Mis disculpas por la demora.


Hace 21 años 


Pensó que tal vez el salir a un lugar diferente con su pareja e hijo de 5 años sería una buena idea, ya que un día familiar en domingo les relajaría de tantos problemas que habían venido progresivamente, de los cuales ni un respiro de ellos ha tenido…
Sí, pensó que sería un día de relajo y en paz, lo pensó, grave error; ahora se encontraba en un momento realmente incómodo, en ese momento en el que miradas electrizantes se cruzan con evidentes ganas de asesinarse mutuamente, el olor a peligro ronda el ambiente, lo paradójico de no saber cómo precisamente llegaron a encontrarse las dos personas que por asuntos absurdos se odian a muerte y pensar que “¿demasiado tarde para un cena en casa?”

“¿Qué haces aquí?” –Dijo con total frialdad su pareja mientras con ruego en los ojos le pedía que no siguiera y que olvidará la presencia de aquella persona para poder irse, cosa que al parecer no capto o sólo ignoró- “¿Ahora quieres arruinarme el día?”

“Ja” –Dijo con ironía- “Créeme que no tengo tiempo para preocuparme de tu vida y si por cosas de la vida he tenido que verte la cara, créeme no estoy agradecido” –Escupió verbalmente con aversión-

“Entonces desaparece, me estropeas la vista” –Dijo su pareja sin inmutarse a las provocaciones que el otro lanzará, no, nunca lo hacía y mucho menos lo haría hoy-

Oh no, esto empeoraba y el tiempo no ayudaba que digamos, cabe decir que desde que conoció al que ahora es su esposo, se enteró de una tal rivalidad la cual no tomó importancia, con el tiempo se dio cuenta de que no era algo superfluo, luego se enteró de la causa, algo estúpida y absurda, pero que supo sobretodo querer a Jaejoong con todo y “problemas sociales”.

Alejando su perspectiva visual de ambos individuos, a unos cuantos metros nada más, se encontraba una persona conocida, que por situaciones como esta conoció no de la mejor manera pero eso no influyo en nada para que ambos seres sean el lado pacífico entre tanto revuelo y hasta amigos.

Dio por perdido tratar de separar a ambos, al fin de cuentas nunca lo logra, después de todo Jaejoong y Heechul sólo ladran no muerden; tomó de la mano a su pequeño hijo y camino con él hasta una banca, se sentó para luego liberar un suspiró de derrota.

“Appa ¿Pod qué pelead?” –Su inocente voz lo sacó de sus pensamientos-

Casi lo olvidaba, el pequeño Boo ya puede hablar y no sólo eso sino que puede entender lo que sucede a su alrededor, algo que a su edad es sorprendente y complicado debido a las circunstancias.

“No está peleando, sólo…” –No supo que decirle- “Intercambia palabras convexas con su amigo” –Y para que su pequeño se la creyera, terminó la oración con una sonrisa-

No volvió a hacer preguntas y se quedó calladito, algo que agradeció, por el bien de Jaejoong y de su hijo si no quería que se viera afectado por su comportamiento.

“Pensé que los detendrías” –Dijo una voz acercándose al lugar en donde se encontraban- “Tiempo sin verte, YunHo” –Dijo la pareja de Heechul, un amigo que hizo por cosas del destino-

Le sonrió pues era verdad, hace mucho no sé veían y las únicas veces que se encontraban eran cuando algo como lo que presenciaban delante de sus narices ocurría. Que irónica es la vida, mientras sus esposos se matan de todas las maneras ellos andan en paz

“¿Es tu hijo?” -Dijo mirando al pequeño Boo- “No lo veía desde que tenía ¿dos? Si no me equivocó” –El niño los ignoraba por completo pues estaba entretenido jugando con un carrito, el cual adoraba-

“Así es” –Le desordenó el cabello al niño, ver al producto de su amor le provocaba infinidad de sentimientos-

“Te presentó a la razón de mi existir” –Tomó el mano del pequeño detrás suyo, que a simple vista se veía tímido, pues sus sonrosadas mejillas le delataban- “Momo ¿No quieres ver a tu tío?” –YunHo río, claro que no era su tío pero sabía que si Heechul o Jaejoong se enteraban del nombre, alguien moriría, es seguro-

“¿Te gusta el nombre Momo?” –El niño aproximadamente de 3 años asintió detrás de su padre- “A mi hijo le gusta que le digan Boo” –Dijo sin dejar de mirarlo, lo que avergonzaba al niño-

“Hoy es su cumpleaños y tenemos planeado celebrarlo en casa” –Miró a su esposo que ahora estaba sentado junto a Jaejoong diciéndose que cosas sabe dios, mas al juzgar por sus ojos chispeantes no era nada bueno- “Pero creo que demoraremos un poco” -Sonrió- “Si las circunstancias fueran otras, me gustaría que tu hijo y el mío se volvieran amigos” –Tomó en brazos a su hijo y este se aferró a su cuello, pareciera que lloraría mas ese no era el caso, pues sus ojos de por si son iluminados y atrayentes- “Por ser tímido no tiene más amigos que sus peluches y me gustaría que sociabilizara”

“Pues aquí tiene a un fiel amigo” –Sentó al pequeño Boo cerca al lado de Hangeng para que se hiciera notar su presencia- “Dile algo”

“Hola” –Como buen niño obedeció a su papá e hizo lo que este le pidió, mas el otro niño que volteo a ver de quien se trataba, se sonrojo más y se aferró mas a su padre escondiendo su rostro del otro- “Me tiedne miedo” –Dijo mirando a su padre como si ello fuera insultante-

“Es tímido solo eso, Boo” –Volvió a desordenarle el cabello- “Es su cumpleaños ¿No quieres saludarlo?”

El niño se quedó pensando, en si saludar al altanero niño que lo ignoró o si no hacerlo. En esos momentos un gritó alertó a los adultos, haciendo que girasen a ver el lugar del bullicio. Jamás pensó que en verdad pelearon en todo el sentido de la palabra.
Ahora si son completos amigos
Pensó irónicamente.

“¿Qué hacemos? No podemos dejar a los niños solos” –Dijo con ansiedad de ir y llevarse a Heechul y su hijo de una vez-

“Boo, cuida solo por un momento al Momo ¿sí?” –LE indico con señas a Hangeng para que acercará a su hijo con el suyo- “Quédate aquí ¿Entendido? No te muevas. Sé buen hyung y cuida de tu nuevo dongsaeng” –Le dio un beso en la frente y seguido de Hangeng fueron a separar a ese par de exhibicionistas-

Cuando sus padres se fueron, el silencio se hizo presente entre ambos niños, Boo miró a Momo, quién tenía una bufanda grande que le cubría parte del rostro como su boca y algo de nariz, y eso dejaba expuestas sus mejillas que por increíble que pareciera seguían rojas, lo que llegó a pensar a Boo que estaba enfermo, pues de ese color se ponía cuando se enfermaba por jugar descalzo, aunque no era ningún resfriado ni nada por el estilo sino que Momo de por si tiene es pálido y si se sonrojara aunque sea un poquito se notaba a leguas.

“Me odias” –Dijo Boo rompiendo el hielo que se formó entre ambos, lo que negó Momo levemente- “¡¿Ed ratón te comió ad ledgua?!” –Era seguro que si el niño decía que sí, Boo se lo creería pues él creía en tal ratón con el cual sus padres lo amenazaban vendría por su lengua si no comía sus vegetables-

El niño menor negó nuevamente escondiendo más si rostro, y aumentando de color, fue una decepción para Boo pues él quería saber cómo era el ratón para no toparse con el de ahora en adelante mas al parecer se quedaría con las ganas

“No ot veo detde qued se llevó mi dientde” –Hablo finalmente Momo sin mirarle, solo jugando con sus manos-

“¡¿Lo viste?!” –Aquello era increíble, un amigo que recién conocía sabía de la existencia de tal ratón, era como haber visto a Santa por la calle, simplemente era verosímil- “¿Tiene dientes así?” –Hizo una mueca con sus dedos en su boca simulando unos grandes dientes-

“Jon enolmes y ed chiquidto” –Dijo con mayor libertad- “Me dedjó idnero id… id me ditjo qued regresadría”

Aquello era como confesarle que los unicornios existen y que tenía uno en casa esperando por ser cabalgado por un león con sombrero, poco posible pero que en ese entonces era real para ambos.
Siguieron hablando sobre que uno tenía amigos imaginarios y que todos eran tortugas, y el otro de sus numerables peluches, que tiene uno en especial que le habla cuando sus padres no están y el otro le creía porque así es la infancia

“Todma” –Extendió su mano hasta el rostro de Momo, en ella sujetaba su carrito- “Felid cumpleadño” –Dijo alegremente, ya había hecho un amigo nuevo y por ello quiso regalarle su juguete-

“Gradcias” –Tomo el carrito y lo abrazó- “Boo Hyund”

“Sedé bued hyund y te cuidaré” –Le dijo sonriendo-

- - ♥ - -

“¿Seguro que estarás bien?” –Preguntó inquieto-

“Lo estoy… ¿Ganaría algo mintiéndote?” –Le dijo a lo que al otro no le quedo de otra que resignarse-

“Como digas Game” –Dijo resignado, no podía insistir más o conociendo a su querido amigo, saldría volando de su casa- “Entonces me voy~” –Dio unos pasos más hasta estar completamente fuera del umbral de la puerta principal-

Cerró la puerta, y camino por la sala hasta recostarse en el sillón, extrañamente en ese momento se sentía agotado, debe ser por la compañía atosigadora de Sungmin que terminó por agotarle mentalmente, hasta juraría que se le seco el cerebro…
Repentinamente rio a la nada, ¿Acaso estaba borracho que hablaba incoherencias? Que él recuerde no ha bebido nada, pero más allá de ello se sentía diferente algo así como bipolar, que a cualquier estimulo de alguna emoción reaccionaba pero exageradamente.

Dirigió su mirada al reloj de pared, observando la hora: 7pm, ya había anochecido y en todo el día, en realidad desde el miércoles, no había salido de casa y ya sentía ahogamiento, tal vez le hubiera pedido a Sungmin que lo acampanará a quién sabe dónde, sólo quería salir; sí eso era lo que necesitaba, salir.

Aunque mentalmente se encuentre algo agotado, eso no impedía que sus ganas de salir se esfumaran. Se desperezo, saliendo del sillón, se acercó a un espejo para mirarse detalladamente, no está tan mal vestido, traía puesto un pantalón que detallaba sus piernas, de color rojo vino, una camisa azul oscuro y unas zapatillas que no estaba mal, aunque sabía que de noche el frío era mayor, sólo pensaba estar fuera no mucho tiempo, por lo menos distraerse en un paseo nocturno, por lo que así salió de casa.

Se despidió de sus hijas y salió de su hogar; su rumbo era desconocido mas no le importó en absoluto, empezó a caminar y su paso se acompasó, el mirar los alrededores de la calle siempre le parecerá extraño, y es que nunca se acostumbrará al lugar, se lo dijo una vez y hoy se lo puede volver a decir nuevamente, aquel vecindario aunque de sea tranquilo, no quitaba el hecho de hacerle sentir incómodo, no era su lugar, lo sabía y por ello su aceptación no era algo que fuera cercano. Ciertamente le recordaba al lugar que una vez en su adolescencia, por causas desafortunadas, visitó, y no es por la parte de ser un vecindario cómodo para cualquier persona, sino su nexo era debido a la sensación que en él provocaba, y en especial si era de noche, y es que hubo una vez en que Kyuhyun se perdió en uno de esos barrios marginados, en donde todo valía y todo se podía, poco recuerda de cómo llego a aquel lugar, lo que mayor presencia tiene en su mente es el terror que sentía, lo débil e inseguro que llegó a experimentar en ese lugar, aunque ello haya sucedido hace años sigue presente en su mente, no de la misma intensidad pero con el mismo efecto.

Es por eso que nunca le gustará su vecindario. Sí es tanto el rechazo al lugar ¿Por qué seguir ahí? Es simple, porque nunca le comento el pequeño trauma que lo acechaba a su esposo, aunque claro oportunidades miles tuvo mas interés por decirlo ni un poco.

Luego de llegar a una concurrida calle, se sentó en una banca libre, una que pertenecía a parque, uno que poseía unas cuantas piletas, estatuas hechas de la misma hierba formando figuras descomunales y demás bancos. Inevitablemente observó a diferentes parejas sentadas a unas cuantas bancas de la suya, estas tomadas de la mano expresando con una sola mirada dirigida a su pareja lo que sentían. En más de una oportunidad tuvo la oportunidad de hacer lo mismo, incluso de  adolescente recuerda alguna vez haberlo hecho, tal vez no de la mejor manera pero lo hizo… ahora ni siquiera mostraba rastro de cariño, volvió a observarlos específicamente a la pareja a su costado, como ella lo abrazaba y… ¡Demonios! quiso no importarle pero aun así lo hacía, maldecía por estar tan sensible pues juraría que en esos momentos quería llorar y si se conocía bien sabría que seguir ahí no era buena idea, por ello se puso de pie, y dio unos pasos luego de estos le siguieron otros y así sucesivamente hasta estar caminando nuevamente, en su afán de “escapar” del lugar, no tomo en cuenta la velocidad en la que iba o quizá fue la distraído que iba pues tropezó con una señora, está lo llamó y fue recién ahí que notó su vista nublada, estaba llorando.
Como pudo se talló los ojos, dio la vuelta y ayuda a la señora a recoger sus cosas, pidiendo disculpas, alzó la mirada y pudo ver con claridad a la señora que acababa de “atropellar”

“¿Ahjumma?” –Dijo llamando la atención de la mujer-

“Joven” –Esbozó una sonrisa- “Que bueno verlo” –Dijo de la forma más tierna que puede haber- “Que pena encontrarnos así” –Una vez con sus cosas en su lugar, se supieron de pie- “Hubiera querido vernos en un lugar adecuado, joven”

“No se preocupe, me alegra verla, ahjumma”

“Que bien, mi niño. Más bien quiero volver a pedir disculpas por no haber asistido hoy a su casa, tuve algunos problemas familiares y demás”

“¿Qué?” –Su sonrisa se desvaneció- “¿Usted no estuvo en casa esta mañana?” –Juraría que ella fue la persona que acomodó todo-

“¿Qué dices?”  

Extrañamente eso le aceleró el ritmo cardiaco

“Claro que no, pensé que el señor Kim se lo había dicho”

Empezaba a entender menos, y sus latidos a intensificarse

“¿Cuándo de lo informó?” –Se atrevió a decir, tenía temor de la respuesta-

“Antes de amanecer para hoy día, sabe que yo llegó temprano a trabajar y por ello avisarles personalmente pero el señor me dio la ventaja, se encontraba despierto a esa hora y parecía llevar prisa”

“¿Qué?” –Sus ojos se nublaron nuevamente, la garganta se le dificultaba para hablar- “¿Él estaba ahí… antes de amanecer?”

“Si, pero creí que él le informaría a usted”

Ahora comprendía todo, no estaba exagerando cuando esta mañana no había encontrado parte de su ropa, mucho menos cuando el lugar estaba limpio; Jongwoon ¿se estaba burlando de él? ¿Era eso?
Sin medirlo había tomado una decisión, se despido apresuradamente de la mujer y tomó el primer taxi que encontró, le dio indicaciones a los minutos llegó al lugar indicado, bajó del taxi, le pagó al chofer y este desapareció, apretó los puños intentando darse fuerza, y finalmente camino hasta estar frente al lugar en donde trabajaba, sacó su celular, sus manos estaban temblorosas pero aun así pudo marcar su número, sabía y no sé equivocaba que él estaría trabajando aun, por ello llego al lugar, presionó el botón de “llamar” y este empezó enlazar la llamada.

Se lo colocó al oído y espero unos segundos, pensó que tal vez no contestaría pero lo hizo- “¿Aló?” –Y escuchó su característica voz, se decía a si mismo cosas como: ¿Es él, cierto?, tragó saliva antes de hablar como normalmente lo haría-

“Soy yo” –Calló unos segundos, no creía lo que estaba sucediendo- “Estoy fuera de la empresa”

Luego de hablar no escuchó nada más de su parte, lo que le preocupó, pensó que tal vez había colgado o algo peor, pero volvió a la vida cuando se dio cuenta que no era así- “¿K-Kyu?” –Entonces sí, se reafirmó a si mismo que él era Jongwoon, era su voz.

“Hace mucho frío afuera, ¡Apúrate y baja!” –Mintió, en realidad en esos momentos ni siquiera se tomaba la molestia de prestar atención al clima, sino que sus pensamientos estaban llenos de él-

Y por miedo a una negativa de su parte colgó él primero, así por lo menos no tener que escuchar sus reclamos al menos no por ahora.

- - ♥ - -

Ahí se encontraba él, esperando a su novio en el departamento de este, esperaba mucho que él haya leído su carta, aunque no dudaba de ello, sino de la reacción que haya tenido al leerla, hubiera dado lo que fuera por ver su adorable rostro, no era bueno redactando cartas pero en esta puso su empeño y por supuesto amor.

Ya hace unas horas que había llegado pero no tenía noticias de él, le había mandado unos mensajes y llamadas que no habían sido respondidas o contestadas, pero no se alarmó, en su relación solía pasar eso, tanto que llego a tolerarlo, claro que le encantaría que él alguna vez lo llamará o mensajeará como ve que hacen las demás parejas, quisiera ser por un momento como esas parejas que se extrañan tanto que a todo momento necesitan saber de la otra persona, pero sabía que con Donghae no obtendría eso, porque él no es de hacer ese tipo de cosas, menos quiere presionarlo, no como la última vez, ese corto tiempo sin verlo le atosigaba, aunque el verlo en su puerta pidiendo una explicación fue lo más adorable que él pudo hacerle, no lo mostró en el momento pero lo sentía.

Y fue que entendió que él era una de esas personas, necesitaba de él para permanecer tranquilo; había llegado a amarlo tanto que su mundo sólo era él, por ello quiere hacer todo lo que él le pida, si es necesario esperar un definitivo “Sí” lo hará, no importa el tiempo que tomé, esperará por él.

Suspiró una vez más, tomó su celular y marcó nuevamente su número, no le importase que no contestará quería que él notará que siempre pensaba en él, escuchó nuevamente a la operadora mandándole al buzón de llamadas, volvió a colgar, levantó la visto y ahí estaba al que había invocado con todo su ser, este observaba su celular.

“Hae, estás aquí”

“No me llames tanto, estuve en una reunión con el odioso de Henry y no pude contestar porque Mister Hámster no tolera las interrupciones”

“Lo siento, trataré de ya no hacerlo”

“No importa, al menos me libre de él”

“¿Leíste mi carta?” –Dijo divertido-

El otro se detuvo en seco, felizmente se encontraba de espaldas y agradecía que así lo haya predestinado el destino de lo contrario del otro pudo haber apreciado el sonrojo que le atacó.

“Tú” –Se giró a verlo cuando se normalizo un poco- “¿Cómo pues escribir algo tan vergonzoso?” –Pero le era incontenible tratar de no recordar lo que en aquel papel estaba escrito- “¿Piensas que soy un pervertido?”

“Nunca dije eso”

“Pues en tu nota no lo decía pero lo insinuaba claramente”

“No veo que parte de lo que haya escrito sea mentira”

“No depende de si es mentira o no. Sino de las indirectas”

“¿Me negarás que estos últimos tres años envés de tener una cita normal terminamos en una cama?”

Ambos labios inmediatamente se separaron para contradecirlo, pero de ellos no salió nada incoherente mejor dicho ninguna palabra, acto seguido se mordió el labio inferior avergonzándose solo pues aquel acto le daba la razón al otro.
Ante tan bello panorama las ganas de abrazarlo se incrementaron, unos cuantos pasos y estaba detrás de su novio, le rodeo con sus brazos siendo recibido sin objeción, beso su mejilla, sintiendo lo caliente de esta, sin reprimirse una sonrisa.

“P-pero te gusta ¿no?”

“Demasiado, pero también me gustaría un cita contigo” –Le susurró al oído luego besó esta-

“P-podemos tener una… cena” –Ahora los labios ajenos se deslizaban por su blanco cuello, mientras el otro inclinaba la cabeza dándole espacio-

“Me parece bien” –Dicho esto se separó del otro, le regaló una bella sonrisa, tomó su mano y lo haló hasta la cocina- “Pensé que dirías cena, por eso la preparé anticipadamente... -Se acercó a una de las cacerolas- Solo habrá que calentarla” –Lo miró con la misma sonrisa-

Sin decir más Hyuk calentó lo preparado; con una mesa ya tendida y adornada correctamente sentó a Hae en ella, obviamente sorprendiéndole al ver todo ya listo, sirvió la comida.

- - ♥ - -

¿Hizo bien?
Claro.
Era lo que se repetía pero interiormente no pensaba del mismo modo, se debatía por dentro en sí era buena idea seguir o dejar todo como esta e irse… ¿Qué es lo que hará si él actúa diferente a lo que espera? O ¿si el asunto se sale de sus manos? Y terminan peleando como siempre. Inconsciente de sus actos, mordió su labio inferior. Sí, estaba nervioso y al mismo tiempo ansioso, nervioso de que le reclame acciones pasadas, sólo habían pasado unos cuatro días desde que lo vio, en esos días lo había pasado mal, sin contar los malestares que de un momento a otro le llegaron. No les tomó importancia pues sabía que era debido a su estado anímico, como una vez lo escuchó en la televisión, dependiendo del estado espiritual estará tu cuerpo, y en su caso, estaba mal en todo el sentido de la palabra, ya hacía unos pocos minutos que se encontraba en frente del gran edificio en donde trabajaba Jongwoon digamos que él no lo visitaba seguido por eso le era algo casi nuevo venir.

Será exagerado o tal vez no, pero para Kyuhyun el gritarle lo que se merecía era lo que tenía que hacer en cuanto lo viera, aun no podía creer que prácticamente se fuera sin si quiera tener un maldito papel en las manos que diga que su matrimonio se había acabado, ¡ni siquiera eso!

Kyuhyun no era de los que perdonará tan fácilmente, menos un ‘casi engaño’ como aquel. Lo que Kyuhyun dejaba pasar por alto y por muy alto; era que su justificación no era la suficiente para ser considerada un reclamo justificable pues el solo hecho de verlo nuevamente era lo que lo impulsaba a estar ahí parado.

¿Qué es lo que esperaba? Tal vez una posible reconciliación. Claro está, no iniciada de su parte sino la de Jongwoon. Como deseaba tanto que todo fuera como antes. Peleas, sexo, reconciliación. El circulo vicioso del que tanto se había acostumbrado. La garganta se le secó de solo pensarlo. Gustoso abría sus piernas, pero este no era el caso.

¿De verdad lo pensé? Una oleada de realidad arremetió contra él. ¿Pasó por su cabeza entregarse así nada más? Oh KyuHyun ¿Qué es lo que te está sucediendo?

De eso dependía el que hoy estuviera allí. Su enojo hacia su estúpido esposo, porque de ser por cualquier otro sentimiento se sentiría indefenso, incluso dominado, bajo sus pies.

Terminó por desechar sus pensamientos al momento de ver una silueta acercarse a él, entonces supo que no había marcha atrás. Quiso no prestarle atención al terno que llevaba puesto y que tan bien le quedaba, en comparación suya él era una lagartija.

Entonces nuevamente se sintió débil ante la seriedad en sus ojos. Bueno ¿Quién de los dos se suponía debe estar molesto?

“Así que no era una broma” –Su tono revelaba la frialdad que podía llegar a tener no obstante no opacaba que en ella hubiera aún ternura.-

Exacto. Este es el hombre que ama.

“Siempre cumplo lo que digo” –Quiso mantener la compostura, pero lo cierto era que ante este lado de Jongwoon no podía. Nunca se había sentido así, no desde que era un niño, temeroso y tímido, pero ya había superado esa etapa, entonces ¿Por qué ocurría esto ahora?-

“Tu llamada parecía importante” –Retomó el curso de la conversación, a pesar de que Kyuhyun no contribuía en mucho.-

¿Importante? ¿Qué era lo importante? Ya ni recordaba su nombre. Todos sus sentidos se enfocaron en un solo objetivo. El estómago se le revolvió ¿Desde cuándo le intimidaba tanto que lo mirará así?

“Kyuhyun sabes que no me gusta que no respondas. No me hagas perder el tiempo”

¿Hacerle perder tiempo? Acaso es eso lo que siempre pensó de él ¿Qué le hacía perder tiempo? Mandó al diablo el remolino de emociones que intentaba gobernar en él, ¿Qué estaba esperando? Que Jongwoon lo abrazará y dijera que todo estaba bien, volviendo todo a la normalidad. Entonces su enojo inicial, volvió como una pastilla efervescente en agua.


“Vete a la mierda”

Continuará...