Mostrando entradas con la etiqueta #Sungmin. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta #Sungmin. Mostrar todas las entradas

lunes, diciembre 30, 2013

Me without you Cap. 4

Hoy les vengo con el sgte capítulo de mi primera adaptación :3 
A leer~


 Creo… creo tener… una idea… —Carcajeé en medio de mi pelea por aire y terminé por soltar un gran suspiro, cerrar los ojos y dejar que el sueño me tomara presa.-

Abrí mis ojos con dificultad. La luz que se filtraba por entre las cortinas era cegadora y
llenaba el cuarto de paz, tranquilidad y armonía.

Me quedé quieto en los brazos de mi novio y los recuerdos de la noche vinieron como
relámpagos en mi cabeza. Había sido maravilloso. Jongwoon, sin haber tenido experiencias con muchachos veces anteriores, había demostrado completa seguridad en sí mismo, lo que lo conducía a ser perfecto, a entregar todo, lo que lo condujo a hacerme sentir deseado, único, pero lo más importante… amado.

Suspiré inhalando el exquisito perfume que abundaba en su piel y volví a cerrar los ojos, esperando a dormir unos minutos más.
 Así que… ya despertaste —Su voz interrumpió el exquisito silencio y me sorprendió
a la vez. Me alejé centímetros de su piel y me acomodé para poder mirarlo a los ojos. Lucía espléndido, algo había en aquella mirada, algo diferente, nada malicioso si es eso lo que piensan, sino… algo que capturaba mi atención y me llenaba de cariño. Una extraña sensación de energía.-
 ¿Cómo amaneciste? —Pregunté con naturalidad, aun profundamente hundido en sus ojos oscuros.-

 Como si no pudiera ser más feliz —Susurró con ternura y besó mi mejilla. Volví a acurrucarme en su pecho, sintiendo como los latidos de su corazón ahora sonaban
serenos.-

 Espero no haber… hecho nada mal… anoche —Sonreí y estuve a punto de soltar una leve carcajada ante mi comentario. Lo escuché soltar la carcajada que yo no dejé salir y me levantó, como si fuera una pluma, para mirarme a los ojos.-

 Créeme que tengo la misma duda respecto a mí —Carcajeó y besó mis labios con
dulzura. Ambos reímos al separarnos y descubrir que había cierto interés por saber cómo había sido, más era mejor no saber y tener en mente que había sido maravilloso y a pesar de la torpeza por ser la primera vez… fue y siempre será, el recuerdo permanente, el más perfecto y de la vez… en que uno no se arrepiente jamás.-

Esa mañana mi cuerpo parecía estar más liviano que nunca, a pesar de que el cansancio aún se escondía y rondaba por algunas partes de mi cuerpo, me sentía completamente libre, feliz y seguro.

Jongwoon tiró las sábanas hacia atrás y se puso de pie. Aún seguía desnudo y… no pude evitar recorrer todo… TODO su… este… cuerpo.
 ¿En qué momento te acostumbraste a que te viera desnudo? —Carcajeé con la vista pérdida en varios… detalles. Carcajeo un momento mientras negaba la cabeza y a la vez buscaba algo en el placard.-

 ¿Qué hay de malo en el cuerpo humano? Ayer un señorito apareció desnudo frente a mí. Ahora es mi venganza por haberme quitado el aliento… o al menos… eso trato de hacer —Rio nuevamente, me lanzó una mirada traviesa y volvió a su búsqueda de alguna prenda.-

 ¿No es evidente? —Carcajeé y salí de la cama para correr hacia él, tomarlo de los brazos y apegarlo contra una pared.-

Acaricie su pecho y besé lentamente sus labios, de forma tranquila y juguetona a la vez.

Podría que volviera a suceder y no era una mala opción, más Jongwoon terminó por besar mis labios mullidamente y se separó

 ¿Sucede algo? —Investigué buscando su mirada perdida en un punto equis. Sus ojos se fijaron en los míos y suspiró. Tomó mis manos y me arrastró hacia la cama, me invitó a sentarme y sonrió.-

 Sé que todo esto… es nuevo, es emocionante, es excitante, pero… no quiero que
nuestra relación se convierta en sexo. No quiero que seamos de esas parejas cuales su
relación está basada en sexo —Sonrió y acarició levemente mi mejilla— quiero que seamos los mismos de antes y que lo que pasó anoche, no nos cambie. No niego que fue maravilloso y que en cualquier momento vuelva a pasar, pero no quiero que se transforme en un vicio.

Estaba en lo correcto. Si seguíamos así… o más bien, si yo seguía… provocándolo, nuestra relación no terminaría siendo la mejor, por lo que era mejor prevenir.
 Estás en lo cierto —Sonreí y besé sus labios de improviso.-

Sonrió y me abrazó con delicadeza, llevó una de sus manos a mi mejilla y deslizó
cariñosamente sus labios por esta.

Sus expresiones relajadas, por alguna razón, cambiaron a una seria y preocupada.
 ¿Sucede algo? —Sonreí desentendido-

 Estás… estás… estás ardiendo —Posó la misma mano en mi frente, seguramente
midiendo la temperatura— Kyu… tienes fiebre —Me informó con la voz alarmada.-


— ¿Fiebre? —Musité con la voz confundida, no tenía señales de algún resfriado.

Llevé mi mano derecha hasta mi rostro y tomé mi temperatura. A decir verdad, mi piel se sentía a una temperatura elevada. 
 No tengo fiebre —Negué. No quería que eso arruinara mis planes para el día.-

 Sí, si tienes —Sonrió tomando mi rostro entre sus manos y besó suavemente mis
labios— así que quiero que te abrigues y te acuestes en este instante —Se alejó de mi rostro y volvió a su placard en busca de ropa.-

 Jongwoon, no seas exagerado, estoy bien ¿Ok? Solo que aún estoy acalorado —Sonreí pretendiendo ser travieso.-

 Pequeño, prefiero a que te cuides un día, a que empeores y tengamos que quedarnos encerrados el resto del verano —Buscó su ropa interior, jeans y una polera a rayas.-

 Tenía planes para hoy —Me quejé, de verdad no quería quedarme encerrado.-

 Mañana… —Se puso el pantalón y antes de seguir vistiéndose, caminó hacia
mí, se arrodilló enfrente y llevó sus manos a mis piernas— Kyu, sabes que te amo
¿Verdad? —Sonrió con ternura. Solo asentí e hice un puchero, algo debía funcionar para salir victorioso.-

 Entonces déjame cuidarte, se lo que hago y sé que si no me haces caso, terminaras
con fiebre, vómitos y quizás con cuantos síntomas más ¿Quieres terminar así en estos
hermosos días de verano? — ¿No se rendiría? Bufé molesto y tomé mi bata, la cual aún se encontraba tirada en el suelo.-

 Iré a tomar un baño —Acomodé la prenda en mi cuerpo y me puse de pie— No me siento mal,  Jongwoon, de verdad que estoy bien, así que… no se —Lo miré por última vez y me dediqué a buscar mi ropa para el día, tomé mi shampoo, jabón y corrí hacia la ducha.

Estaba molesto, ¿Quién se creía que era?... Ok, sí, mi novio, pero de todas formas, no tiene el derecho de andar diciéndome que hacer, menos cuando sus cálculos eran errados.

Terminé por darme una ducha igual de relajadora como la de la noche anterior, eso quitaba un poco de vibras negativas de mi cuerpo y lo hacía sentir liviano, fresco y ágil.-

Salí ya vestido y con el pelo aún húmedo, la idea de exponer mi cabello al aire caliente, me repugnaba e incluso me hacía sentir sofocado.

La habitación se encontraba ordenada y vacía, supuse que Jongwoon debía de estar preparando el desayuno ya que el aire, proveniente del primer piso, el olor a pan tostado, con una suave capa a mantequilla, llamaba a mi apetito.

Dejé mis cosas en una silla y salí de la habitación trotando por los pasillos y casi
corriendo por las escaleras.

Pensé en encontrarme a Jongwoon en la cocina, sentado en la mesa y esperándome para desayunar, más en la mesa solo se encontraba un puesto acomodado y sin haberme equivocado, el vapor atravesaba la delgada tela que cubría el pan caliente en la panera.

Desentendido, me senté en la mesa y me serví un poco de té, tomé una tostada y esparcí la mantequilla sobre esta. Comencé a ingerir los alimentos en silencio y comenzaba a desesperarme la idea de que la casa estuviera vacía. Antes de terminar mi desayuno, planeaba ponerme de pie y salir en busca de mi novio, más mis ojos se fijaron en un pequeño papel doblado en la esquina del individual.

“Estaré picando leña en el patio trasero. Lamento el poco desayuno, saldremos a comprar luego”

¿Qué? ¿Por qué diablos picaba leña en verano? Hacía calor, lo que menos quería en estos momentos era… fuego.

Terminé la tostada y dejé la mitad de la taza con té. Me puse de pie y salí de la casa
en dirección al patio trasero.

Me crucé de brazos, estaba enojado ¿Qué diablos era lo que planeaba? Comenzaba a enloquecer.

Apenas escuché el sonido que provocaba el hacha cortar los anchos troncos, me dispuse a hablar y reclamar, más al dar la vuelta a la esquina de la casa, me encontré con Jongwoon y su espalda desnuda. Tragué mis palabras y me apoyé en la casa para admirar el trabajo que hacía.

Su piel lucía ligeramente brillante producto al sudor y le daba un aspecto totalmente
sensual y provocativo ¡Ni hablar de sus brazos! De esos fuertes y protectores, exponiendo sus músculos no exagerados, al momento de elevaros, sujetando el hacha entre sus manos, y bajarlos con rapidez para dejar que el tronco se dividiera en dos partes y cada una saliera disparaba en diferentes direcciones.

Mordí mi labio inferior y sonreír, era sumamente provocativo verlo trabajar de esa manera y de por sí ya había olvidado todo tipo de enojo al instante.

Dejó caer el hacha y llevó una de sus extremidades hacia su frente, de seguro para barrer el sudor.

Era mi tiempo de actuar. Corrí sigilosamente, tratando de no hacer ruido y lo atrapé
por la espalda, dándole un fuerte abrazo y aprovechando de acariciar su torso suavemente.
 ¡Kyu! —Exclamó exaltado al sentir mi presencia. Se volteó enseguida y me miró
con dulzura— ¿Por qué estás tan desabrigado? ¿Por qué traes el cabello mojado? —Enarcó una ceja y yo solo suspiré. Mejor sería ignorar su tonta preocupación, así no se iniciarían discusiones.-

 Hace calor —Sonreí— y para que te des cuenta, en la mañana solo estaba acalorado, mi temperatura ya se reguló —Tomé su mano derecha y la llevé hacia mi frente— ¿Ves?

Me miró con desconfianza y luego sonrió, rodeó mi cintura con sus brazos y besó mis labios de improviso.
 Entonces, lo lamento. No quiero que nada malo te suceda —Musitó con serenidad y
chocó su frente con la mía.-

 Lo sé, pero de vez en cuando tienes que hacerme caso, yo sé cómo andan las cosas en mi cuerpo, Jongwoon —Carcajeé con ternura. Me sentía un pequeño entre sus brazos.-

 Eso creo, así que por ser tedioso, me merezco un castigo ¿No crees? —Sonrió y
deslizó sus manos por mi espalda, hasta llegar a mis piernas y de un solo
tirón, me hizo rodear su cintura con estas.-

Los dedos de mis manos se entrelazaron detrás de su cuello y agité suavemente mi cabeza hacia un lado.
 Te ves condenadamente sexy —Susurró colando sus manos por debajo de mi remera  blanca. Solo sonreí entusiasmado.-

 Pensé que este tipo de cosas no volverían a ocurrir —Musité calmado.-

 ¿Eso dije? —Carcajeó enarcando una ceja.-

Asentí y clavé mi mirada en la suya. Ambos sonreímos, sabíamos que nada pasaría a
mayores, pero… nadie dijo que divertirse unos minutos demás, estaría mal.

Capturó mis labios con suma delicadeza y armonía. Sus besos no podían ser más azucarados y sus caricias no iban más a que simples roces, con los cuales, tarde o temprano, enloquecería de todas maneras.

Sin dar finalización al beso, sentí como su cuerpo se ponía en movimiento. Estaba
caminando y en menos de 1 minuto, la luz del sol pareció disminuir y al abrir los ojos
me encontré siendo recostada sobre una frazada de polar roja y gastada, la cual
se encontraba estirada en medio de fardos de paja y pasto. Estábamos dentro de una
casucha en mal estado, al parecer ahí guardaban herramientas y otras cosas sin uso.
Volví a mi labor sin quejas, sin excusas y devoré sus labios, ya sonrojados, sin piedad.

De a poco sus manos se arrastraban por mi piel de vertical, lo que por efecto, hizo que
la remera se fuese levantando.

Era una escena totalmente excitante y nueva. Ya no había timidez, ya no había miedo
de ser rechazado, ahora todo fluía de manera instantánea y natural.
 ¿Prendiste tu celular? ¿Por qué? —Me miró extrañado al alejarse centímetros
de mis labios.-

 No pienses que voy a contestar y dejarte —Carcajeé— Sé que pueden rastrear la llamada, solo quería enterarme de cuantas veces me han llamado —Musité sin mayor interés. Cerré los ojos, entreabrí los labios y me dispuse nuevamente a besarlo, más no recibí repuesta.-

 ¿Y cuantas eran? —Cuestionó interesado.-

 20, no es mucho —Abrí los ojos y preferí seguir la conversación, era mejor no parecer
un desesperado.-
  Cierto… Revísalo, lo que acaba de avisar tu celular no fue una llamada —Se hizo a
un lado y rodeó mi cuello con uno de sus brazos. Rodé los ojos y saqué el celular del
bolsillo de mi short con fastidio. La pantalla marcaba “1 nuevo mensaje”

Lo miré pretendiendo hacerle saber que no estaba interesado en leerlo, más sus ojos
insistentes no me dejaron opción.

Suspiré y abrí la carpeta, para mi sorpresa, no era un mensaje de mis padres, sino, de mi mejor amigo, Sungmin.

“Maldición Kyuhyun, toda la policía te está buscando. Tus padres están desesperados y ya tienen un abogado, quien se encargará de pudrir a tu novio en la cárcel. Mas te vale aparecer luego y decir que no fue más que una locura. Es por el bien de ambos. Con cariño, Sungmin”

Los nervios circularon por cada rincón de mi cuerpo a medida que mis ojos creían el
mensaje interminable.

Apreté mis ojos y agité sutilmente la cabeza. Suspiré y me levanté lo suficiente como
para poder mirarlo directamente a los ojos.

El silencio parecía ser interminable, ni uno de los dos se atrevía a soltar las primeras
palabras, por lo que no me dejaba opción que ser el primero. Entreabrí mis labios con la finalización de ordenar mis ideas y… decir algo, más no tuve tiempo.
 Estaremos bien —Susurró llevando la cálida palma derecha de su mano, hasta mi
mejilla. A pesar de que tenía impreso el nerviosismo y el miedo en sus ojos, me transmitió esa sensación de confianza y de protección.-

 Jongwoon… —Musité ahogado, no en llanto, sino… en preocupación. Todo esto era un riesgo, sobre todo para él.-

 Tranquilo, se nos ocurrirá algo… —Su mano, cual descansaba en mi mejilla, se
trasladó hasta mi nuca, zona donde hizo una suave presión, con el fin de acercar mi rostro al suyo y así poder besar mis labios apaciguadamente. Creo que había olvidado la razón de porqué estábamos escondidos en una cabaña, lejos de la ciudad, más con el corto y preciso mensaje de texto, mis pies habían vuelto a pisar tierra.-

Tenía miedo… Quizás no debí de haber armado tal escape, tal vez… hubiera sido mejor seguir con un romance oculto, viéndonos cada vez que sobraba el tiempo a escondidas.
 No quiero que nada te suceda, soy un estúpido —Arrastré mis palabras sobre sus labios. Sonrió con ternura y me rodeó con sus brazos.-

 Todo esto, todo lo que hiciste, me demuestra lo que sientes por mí… Estoy de
acuerdo con que es una verdadera locura, pero… —Sonrió— Cuando la vida resulta injusta, las locuras son necesarias —Carcajeó con nostalgia.-


Solo sonreí, sintiéndome comprendido. Tal vez no había sido tan mal idea habernos escapado.

Volví a besarlo en los labios, no de forma provocativa, ni tampoco con la intención de hacer que las cosas llegaran a otro nivel. No era más que un dulce beso, uno de esos que se entregan desde el corazón, de esos sanos y de sentimiento nato.

Para dejar la amargura a un lado y evitar caras largas, comencé a depositar pequeños, pausados y mullidos besos por todo su rostro.

Carcajeó en medio del ataqué y me recostó a su lado, se acomodó en su mismo puesto y acercó su rostro. Chocó su nariz con la mía de un lado a otro, con expresiones risueñas en el rostro, lo que provocó un alto grado de ternura y hacerme sentir un pequeño… su pequeño.
 ¿Salimos a comprar? —Musitó con energía. Si alguien podía olvidar pronto los
problemas, era Jongwoon.-

 Claro que si —Sonreí animoso. Jongwoon tenía esa habilidad de transmitir buenas vibras.

Se puso de pie y mi estiró ambas manos para hacerme más fácil la labor. Tomé mi remera y la acomodé en mí, buscamos algo de dinero y salimos por el largo camino de tierra seca en busca de alimentos


El camino fue relajado, más allá de hablar, nos preocupaba más divertirnos y jugar como niños.
 Quédate ahí —Dije varios pasos más atrás de él.-

 ¿Qué? —Carcajeó al voltearse y observar mi posición, lista para correr.-

 Date vuelta, Jongwoon —Reí al imitar una pataleta.-

Sonrió sin entender y obedeció a mis órdenes. Cuando pude apreciar su espalda, troté sin velocidad y al estar cerca, tomé de sus hombros y con impulso me colgué a su espalda.

 ¡Ja! Seguramente que te llevaré todo el camino de regreso cargado allí atrás —Carcajeó con sarcasmo mientras comenzaba a caminar.-

 Tu solo camina, burrito de carga —Reí.-

Nos divertíamos, Jongwoon corría de un lado a otro y yo no podía hacer más que gritar en un tono histérico, creyendo que en cualquier momento terminaría en el suelo.
 Genial, al fin en casa —Suspiró agotado, dejando las bolsas en la pequeña mesa del  comedor. Iba a dar opinión respecto a su comentario, más un gran dolor en la cien detuvo fugazmente mis palabras. Apreté los ojos y me tomé la cabeza con una mano. No había de que preocuparse, era solo un simple dolor de cabeza, pero era mejor prevenirlo y tomar algún calmante.— Iré a buscar algo, bajo enseguida —Le sonreí con naturalidad y subí las escaleras sin apresuro.-


Ahora… ¿Dónde diablos había dejado la caja con los remedios? Quien sabe, por lo que me tomaría varios minutos encontrarla.

La molestia se hacía cada vez más intensa y fue un alivio total al encontrar una pequeña cajita con todo tipo de medicamentos.

Caminé hacia el baño, dejé la pequeña pastilla en mi lengua y me acerqué a la llave del lavamanos para poder tragarla con un poco de agua.

Sequé mi boca y me dispuse a salir, más me llevé un gran susto al encontrarme con mi
novio en el umbral de la puerta.
 ¿Qué tomabas? —Preguntó con la curiosidad incrustada en los ojos.-

 Nada… solo… una pastilla —Sonreí y lo quité del camino para llegar nuevamente a la habitación. Sentí sus pasos detrás de mí y me estiré en la cama.-

 ¿Qué pastilla? ¿Te sientes mal? — ¿Qué se suponía que le diría? ¿Qué si? No, porque me sacaría en cara la supuesta fiebre de la mañana.-

 No… estoy bien, era solo… un… anticonceptivo —Suspiré aliviado, era una buena excusa. Me miró con desconfianza… y luego sonrió.-


 Claro —Carcajeó y se tiró en el colchón, se acomodó a mi lado y prendió la
televisión. No podía resfriarme. No y no.-

Mi corazón de bote y sentí como los puños de Jongwoon se apretaban con nerviosismo. Esto no iba por buen camino.


Continuará~

domingo, octubre 06, 2013

No esta todo perdido [YeHyun] Cap. 5

Capítulo 5

Perdonmen la demora, es extraño porque siempre que publico un capitulo me pongo manos a la obra para escribir el otro y no lo termino hasta semanas después U.u, por mi demora este capítulo me salió largo -no pensé que pasaría- y será su recompensa por haber esperado tanto C:

N/A- [Los corchetes son intervenciones mías], mención MPREG


A Leer :D


Unos cuantos 20 minutos y ya se encontraba frente al lugar, aunque sinceramente no sabía qué era lo que haría una vez dentro, pues al verlo ¿Qué pasaría? Y pensar que las posibilidades de una posible reconciliación eran lejanas, claro tenía que ser realista y anticiparse a los hechos sino ellos se le adelantaran y sería peor…

Miró una vez más el panorama del lugar, sin duda había elegido bien el lugar, y ¿Para qué mentir? Era un buena casa exageradamente grande pero preciosamente hermosa, y siendo sincero se pasó un poco al querer que sea grande, pues esta no es suficiente para solo dos personas
Nota mental: Tener hijos cuanto antes, claro si antes no muero al pedir algo así

Suspiró por las locas ideas que tenía, “Si antes no muero al pedirlo” involuntariamente una sonrisa se formó en su rostro, el imaginarse a su pequeño esposo con la misma reacción otra vez, algo así no le agradaría, es más aún recuerda la primera vez que le pidió algo así

- - ♠ - -

El irradiante sol comenzaba a colocarse en medio del firmamento, dando a entender el comienzo del mediodía, un día más para aquella pareja recién desposada que en esos momentos descansaba en el suelo de lo que iba a ser su nueva casa, tomándose un respiro después de haber colocado todas las cajas entro de la casa.

“¿Qué traes en esas cajas? ¿Tortugas marinas? ¡¿Rocas?!” –Soltó el menor que desafortunadamente le tocó ayudar a meter las cajas por lo cual quedó exhausto y que en esos momentos se encontraba esparcido por el suelo, como cualquier cosa, esperando recuperarse-

“Son solo cosas de mi infancia” –Dijo tranquilo estirándose también en el suelo, aunque no mucho ya que la mayor parte del suelo lo ocupaban las cajas no solo suyas sino también del menor-

“¿Ah? ¿Y sigues guardando ese tipo de cosas?” –Bufó el menor porque por culpa de esas benditas cajas mañana le dolería el cuerpo, esperaba que fuera algo mejor que eso, por lo menos valdría la pena haber desgastado su humanidad en llevarlas- “¿Acaso eres reciclador?”

“¿Tú no las guardas?” –Dijo para luego sentarse y buscar con la mirada al menor porque con tantas cajas no podía verlo, pensando que tal vez este se había extraviado, claro poco probable pero le encantaba la idea del buscarlo si eso ocurría- “¿Ni siquiera unos juguetes?” –Dijo con la esperanza de saber por dónde provenía su voz, así encontrarlo rápidamente-

“No” –Dijo cortantemente, perdiendo la oportunidad el mayor de encontrarlo pues con un simple sonido no era suficiente para encontrarlo-

“¿Así, por qué?” –Le dijo para que este siguiera hablando y darle una emboscada cuando este esté desprevenido, al mismo tiempo que se parada y seguía rebuscando-

“Porque no tiene sentido guardarlas ¿Para qué? Si igual se gastaran y tendrás que desecharlos… Pérdida de tiempo” –Susurró lo último, para luego cerrar los ojos buscando algo de paz y de paso un poco de su vitalidad que fue robada por traer cosas absurdas, según él, eso es lo que pensaba hacer hasta que su plan fue interrumpido por una sombra o mejor dicho un cuerpo que se encontraba encima suyo, esto provoco que abriera los ojos enseguida encontrándose con el rostro del mayor muy cerca al suyo- “¿Q-qué haces?” –Dijo con notable nerviosismo pero haciendo lo posible porque el otro no lo notara-

“¿No es obvio?” –Dijo con esa sensual voz que él tiene, tan grave y a propósito volviéndola ronca solo para flaquear al menor cosa que comenzaba a lograr- “Quiero besarte” –Dijo acercándose peligrosamente a los labios del menor, pero siendo cubierta e impedida de sus actos por una mano-

“Hey, tranquilízate, aún hay muchas cosas por hacer” –Dijo el lado razonable del más pequeño, porque su lado emocional no ha estado tan bien estos días es más en ocasiones lo traicionaba “El muy maldito” dijo para sí mismo, por el momento esperaba manejar las cosas con su lado razonable, no con el emocional- “No tengo tiempo para flojear” –Dijo muy serio en sus palabras, esperando que con eso desista el otro, al mismo tiempo que trataba de pararse-

“¿Eh? ¿Quién está flojeando?” –Dijo evitando que el menor se levantara, tomando sus muñecas y pegándolas al suelo con algo de fuerza provocando que el menor soltará un quejido, así cada una de estas a los extremos de la cabeza del menor- “Yo solo quiero pasar un rato con mi esposo” –Dijo con una sonrisa triunfante por tener al menor completamente nervioso, estremeciéndose y sonrojado bajo su ser, debía admitir que esas reacciones le encantaban, pero no podía hacerlas otra persona sino solo Kyuhyun, así se sentiría complacido de ser quien provoque esas reacciones-

Y sin darle tiempo para que reclame, porque sabía que lo haría, este era el típico juego del gato y el ratón, en donde al principio Kyuhyun es el gato para luego convertirse en un indefenso y sumiso ratón, que terminaba sometiéndose a la voluntad de Yesung el gato; comenzó a acercar su rostro al del menor sintiendo como este emanaba cierto calor debido a lo encendidas de sus mejillas, para luego acortar la poca distancia que existía entra ambas bocas, plantándole un beso que al principio comenzó como una casto, pero con el pasar del tiempo perdido en esos labios que vuelven loco al mayor fue cambiando de uno inocente para ser uno más demandante y exigente siendo correspondido también por el menor, quien se estremecía debajo del mayor sin saber cómo carajos llegó a seguirle el juego a Yesung, pues en un principio estaba dispuesto a matarlo a golpes si se atrevía a tocarlo, aunque rápidamente supo el porqué del giro inesperado de planes, su lado emocional le había ganado al razonable y ahora hacía a su voluntad al menor siendo manejado a su antojo y a beneficio del Yesung, quien ahora dejaba de lado las muñecas del menor para sujetar su cintura y de paso recorrer parte de la piel algo caliente del menor, mientras que este perdido por las infinitas sensaciones que sentía llevó sus manos a la cabeza del mayor y así juguetear con sus rebeldes cabellos, y sin darse cuenta su diestra se encontraba en la nuca del mayor profundizando -sin querer- el beso haciéndolo más fogoso y excitante para ambos, pronto el más pequeño sintió como unas manos levantaban lentamente la base de su playera para dejar libre el camino y tocar parte de su piel lechosa ya caliente, manoseando toda aquel parte sensible del menor y provocando que este involuntariamente soltará alaridos de no otra cosa más que estar excitándose, haciendo sonreír al mayor por ser quien provoque eso en su pequeño, y dejándole con ganas de seguir escuchando esos alaridos de los labios del menor, traviesamente fue llevando su izquierda por el cuerpo del menor, hasta tocar cierta parte superior sensible de él, y que en la noche de su luna de miel había descubierto que estremecía el cuerpo del menor, y así sin decoro alguno sus dedos apretaron uno de los pezones del menor, quien en reacción seguida soltó un ahogado gemido, apretando sus brazos al cuello del mayor, sintiéndose totalmente perdido, acalorado y avergonzado, por no poder ponerle un alto a su recién esposo y por no querer hacerlo él mismo.
‘Es un hecho… me violará’ pensó al no encontrar una oportunidad de escape, viendo nulas sus esperanzas de detenerlo en algún momento, pero ¡Ese maldito momento no llegaba! Y el mayor ya empezaba a desvestirse y… y… ‘Me violará, me violará, ¡Mierda, me violará!’

Tan absorto en sus mismos pensamientos se encontraba que al regresar de estos, no por voluntad propia sino por otra cosa más que llamó rápidamente su vista, observaba como Yesung dejo de desatender sus pezones –No recuerda en que momento paso- para conducir sus pequeñas pero bien jodidamente experimentadas manos hasta el borde de sus pantalones, con obvias intenciones de introducirlas ‘Mierda, mierda, mierda ¡No, no, no, no!’ pensaba no lo decía porque unos jadeos se apoderaban de sus labios impidiéndole el paso a cualquier otro sonido ‘No se detendrá ¡Maldición! ¿Qué hago? No quiero ser violado el primer día de tener casa nueva, me dolerá y ¡No quiero dejar de caminar por su culpa!, solo un milagro o el fin del mundo lo detendrán pero lo peor es que… me gusta, como… me toca’

Y entre tanto desorden desparramado en aquel piso, se empezó a escuchar una tonada muy conocida del Kyuhyun, lo que hizo que levantara su cabeza del suelo con la vista empeñada en buscar su celular ¿Tal vez un milagro? ¿Ese era su milagro? ‘¡Tiene que ser!’, con un poco de razón en la cabeza, trato de apartar al mayor pero este no le deja ni siquiera moverse

“Y-yesung, me llaman” –Dijo con la esperanza puesta en los ojos de que lo dejara aunque sea atender esa llamada, y lo más probable retendría la conversación todo el tiempo que pueda para que este ni le se ocurra tocarlo- “D-detente” –Dijo casi suplicante, aunque inmediatamente se avergonzó por sacar esas palabras con ese tono de sus labios- “Tengo que atender”

“¿Y? Solo deja que siga sonando” –Dijo sin importarle mucho si fuese el mismo papa, solo quería seguir en la que se había quedado antes de ser interrumpidos por esa tonada… ‘¿Acaso es un adulto? ¡Maldito pervertido!’-

“¡¿Ah?! Pues no puedo hacer eso” –Dijo con ilusión de que a su mente retorcida llegará la razón, que por lo visto la perdió –Si es que la tenía- hace mucho- “¿Y son mis padres, o un amigo o mi doctor diciendo que tengo una enfermedad terminal? ¡¿Ah?! Las llamadas son importantes” –Pedazo de idiota-

“¿Y yo, no soy importante?” –El menor abrió grande los ojos, no esperaba una pregunta así y mucho menos contestarla, porque… porque… ¿Por qué?- “Vamos, dilo” -¿Decir, decir qué? Sí ni Kyuhyun mismo sabía que responder-

Como mudo desde hace años, se quedó en silencio el menor de ellos, sin emitir sonido alguno, menos escuchando esa tonada que hace minutos había dejado de sonar y desviando la mirada a otro lado, otro lado el que no sea la mirada del mayor que en esos momentos ¿Le tenía miedo? No, no era eso, es más como si de lo que venga su respuesta dependieran muchas cosas.

“S-sí… Quizá sí lo eres” –Dijo en un tono muy bajo pero audible para el otro-

Quizá… quizá, una maldita palabra que no hubiera querido escuchar ¿Qué demonios significaba? Si no era ni un ni un no concreto, solo dejando más y más preguntas al aire, preguntas que en ese momento a Jongwoon no le importaba y que tampoco llegaron a su mente, pero que ahora al recordar ese hecho le hacía descubrir nuevas cosas de las que había ignorado completamente en el pasado.

Eso le basto para abrazarlo casi de impulso -¿Por qué siempre se alegraba con las migajas que el menor le daba?- no podía evitarlo, el solo escuchar esas palabras, casi tartamudeadas, con cierta falsedad y poca credibilidad en ellas –Claro que esto no lo percibió- lo hacía inmensamente feliz ¿Por qué? Porque era Kyuhyun quien las decía y eso pare Yesung valía oro.

Y volvió a besar sus labios, en el interior de su pecho los latidos se convirtieron en golpes, a punto de igualar la fuerza de un paro cardiaco, decidido a terminar lo que empezó y estaba vez parecía que ni Kyuhyun ni  nadie lo detendría, porque no pensaba hacer aun así se les cayera el techo encima.

Con desesperación se llevó cargando al menor hasta el nuevo sillón que se acaba de comprar, este aún seguía con un plástico grande cubriéndole, dejó caer al menor como si fuera una roca, provocándole quejarse al caer bruscamente por lo imprevisto de sus acciones, queriendo quejarse por lo cavernícola que puede llevar a ser, pero sus acciones fueron detenidas al ver como este se posicionaba encima suyo separando sus piernas hasta tener las suyas en medio de las del menor [*0* imagínense, Kyaa] así tener mejor comodidad, haciendo ruborizar al menor sabiendo que no saldría caminando bien después de esto, se quedó mirando a Yesung e inmediatamente mordiéndose el labios inferior por el estupendo panorama que tenía de este, de lo lujurioso que podía tener los ojos el mayor ¿Para qué seguir negándolo más? Sí quería, quería que le diera duro [omg] y lo dejará en silla de ruedas por un buen tiempo, como lo había hecho si primera vez, doloroso pero jodidamente placentero.

Y sin darse cuenta volvía a caer en los encantos del mayor perdiéndose del mundo en las caricias que este le daba, ahora se encontraba luchando por ser quien se apoderé de la boca contraria, mientras sus manos se sujetaban fuertemente al cuello del mayor y las de este manoseándole el cuerpo, levantando a su paso la estorbosa prenda que tenía puesta el menor, dejando a su libre tacto partes de su blanca piel y tentado a dejar de besar con necesidad al menor para marcar esa lechosa carne expuesta que lo llamaba a gritos, pero los exigentes labios del menor se lo impedían, reteniéndole los impulsos y al mismo tiempo excitándolo más a querer violar ese cuerpo.

‘Ahora sí estás perdido, Kyuhyun. Y aunque el mundo se contamine de Zombies –Influencia de videojuegos- no creo tener las intenciones de parar, al menos que –Sonido del timbre- Eso suceda… ¿Quién demonios es? –Enojado por la interrupción- ¿Y por qué interrumpe…? –Analizando su situación- Esperen esto es bueno ¿no?’

A escuchar que los timbrados se hacían más constantes y hasta cierto punto insistente, ambos se separaron, uno con una sonrisa de oreja a oreja por haberse librado del “ataque de la tortuga pervertida” y el otro dando un gran y sonoro suspiró con unas tremendas ganas de matar al que esté detrás esa puerta, su aura se convertía en una de asesino, cosa que le dio unos escalofríos al menor lo que supuso era por la brisa que corría y chocaba con su piel, se miró y notó que tenía la ropa puesta desordenada dejando ver parte de su cuerpo y notando que casi es arrancada de su cuerpo por completo, frunció el ceño al verse como cualquier cosa menos un humano, tenía ganas de lanzarle un golpe a Yesung en esa cabezota que tiene, pero sus pensamientos fueron interrumpidos nuevamente por los timbrazos de afuera, pronto se acomodó la ropa lo más decentemente que pudo para recibir con los brazos abiertos a su salvador, no importaba si fuera el cartero, lechero o panadero se lo agradecería. Abrió la puerta encontrándose con un muchacho que conocía perfectamente y al cual le sorprendió su visita.

“¿Min Hyung?” –Se encontraba frente suyo su amigo de tiempos inmemorables- “¿Qué haces aquí?” –Dijo asimilando su llegada, para nada esperaba pero en cierta forma precisa-

El mencionado le quedo mirando al menor, notando que este traía la ropa algo desordenada, y con las mejillas levemente sonrojadas, el cabello como si una gallina estuviera rascando en ella buscando algún maíz, desvió su mirada por encima del hombro del menor y vio a un Yesung, a unos cuantos metros lejos de ellos, quien lo miraba con intenciones de querer ahorcarlo, o eso presentía el conejo, sin saber por qué. Ladeó la cabeza y sin quedarse con la duda, pregunto…

“¿Interrumpí algo?” –Dijo inocentemente Sungmin, mirando a ambos alternativamente-

“¡No!” –Dijo con vergüenza el menor-
“¡Sí!” –Dijo enojado el mayor-

Ambos habían hablado o gritado al mismo tiempo, confundiendo más al ser que en esos momentos entraba, pues no se iba a quedar afuera, ¿no? Para algo vino, inmediatamente el conejo hizo un puchero dándole a entender al menor de ellos que sus monosílabos lo tenía confundido.

“¡Por supuesto que no interrumpiste nada!” –Dijo el menor un poco alterado de ser contradicho por Yesung quien se encontraba detrás de su espalda a unos metros –Gracias a dios- lejos de él- “¿Q-qué haces aquí?” –Le dijo mientras cerraba la puerta y al hacer esto, se miró ocasionalmente en el espejo largo junto a la puerta, notando que su aspecto no era el mejor y entendiendo por qué Sungmin dijo aquello-

“Primero que nada ¿Por qué no contestaste mis llamadas?” –Dijo algo enojado por ser evitado, esto provocó que sin querer se ruborizada al recordar la razón- “Kyuhyun si vas a ignorarme por… hacer eso… entonces me hubieras mandado un msn  y me hubiera ahorrado la caminata” –Se cruzó de brazos-“Te recuerdo que fuiste tú quien me dijo que viniera la otra vez ¿Recuerdas? Cuando te emborrachaste, tal vez por eso no recuerdas tus promesas”

Kyuhyun quedó confundido, ¿Había dicho eso? Sinceramente no lo recuerda, tal vez debió ser cuando Sungmin lo llevó a un bar el cual recién acababan de inaugurar a celebrar antes de que este se case, y uuh~ Claro que recuerda haber bebido tanto que ni sus piernas le funcionaban tanto que el conejo se tuvo que hacer cargo de él como un saco de papas, tal vez al estar ebrio le habló a Sungmin una sarta de cosas cursis sobre el amor y esas cosas y claro este no se quedó atrás recomendándole esto y aquello, cosa que no quiere recordar por su integridad personal, y lo más probable es que en una de ellas le haya dicho que él sería el primero en ir a su nueva casa cuando este esté casado con Yesung, claro que eso fue hace mucho y no lo recuerda pero al parecer el conejo sí.

“¿Así? Kyuhyun dijo eso” –Dijo detrás de ellos Yesung quien estaba siendo olvidado su persona, claro que al escuchar lo dicho por Sungmin no le agradó para, pues tendría al  conejo rosa rondando a Kyuhyun y tendría que detener sus ganas de correr a Sungmin de su casa y lanzarse a Kyuhyun ‘Aunque no estaría mal…’ pensó-

“Así es, pero al parecer alguien se olvidó por completo” –Dijo frunciendo el ceño, molesto con el Game por ser así, solo cuando le convenía, pronto desvió su mirada del menor para ver ampliamente su alrededor, y debe decir que era grande el lugar, claro que no se podía apreciar muy bien por no estar adecuadamente acomodado, pero estaba seguro que cuando lo estuviera se vería genial el lugar- “Wouh~ Es grande, pero ¿No creen que es demasiado? Digo solo son dos personas con semejante casa, creo que hasta se podría escuchar un eco si grito” –Dijo Min con unas tremendas ganas de probar su tesis-

“¡Ni se te ocurra!” –Dijo ya más centrado el menor, no iba a permitir que Sungmin lo hiciera sin antes haberlo hecho el mismo, es más también tuyo la misma idea, por eso tenía que ser el primero en probar la tesis- “Hacer eso es cosa de niños” –Si claro, él mismo tenía los mismos pensamientos, pero era obvio que no se lo iba a decir, además quien sabe se le perdone querer hacerlo, pues él era el menor entre los tres ¿no?-

“Siempre aguafiestas” –Dijo mirando molesto al menor, siempre era así y al parecer no iba a cambiar, ignorando la mirada asesina del menor comenzó a caminar, admirando el lugar- “Pero como decía es grande y…” –Sus palabras quedaron en el aire al verse en cámara lenta cayendo al suelo-

Al parecer el pobre conejo sin darse cuenta había tropezado con una de las cajas que ya hacían regadas por el lugar, y este ni enterado de su existencia, por otro lado Yesung se acercó a auxiliarlo con la esperanza de evitar que cayera pero reacciono demasiado tarde, Min ya se encontraba comiendo polvo, en cuanto al menor miraba la escena muy impactado y de inmediato burlándose por la caída del conejo, y es que cayó de forma muy graciosa, que incluso Yesung tuvo que disimular seriedad pero al ver de reojo al menor que no se contenía la risa, flaqueaba en mantener ese perfil serio mientras ayudaba a levantar a Sungmin del suelo.

“¿E-estás bien?” –Trataba de no reír, pues siendo el mayor entre ellos tenía que hacerlo- “Si quieres te traeré algo de agua” –Fue lo primero que pensó-

“Creo que estoy bien” –Dijo Min sentándose en una de las cajas, que estaba al lado de la que había caído- “¡Ya, deja de reírte!” –Dijo apuntando su dedo índice al menor que ahora estaba arrodillado en el suelo, sujetándose el estómago con ambas manos- “Me dolió, idiota-Kyu y tú te ríes” –Dijo enfadado de lo poco sensible que podía a llegar a ser Kyuhyun-

“Si estuvieras a mi lado viendo como caías harías lo mismo” –Dijo para tirarse al suelo y revolcarse de la risa-

“¡Hey! Kyuhyun ya basta, no es nada gracioso ¿Y si te hubiera pasado a ti?” –Dijo Yesung que recién llegaba con el vaso con agua para Sungmin-

“Es un maldito, no sé cómo lo puedes soportar y ahora aún más que te casaste con eso” –Dijo con evidente enojo apuntado a Kyuhyun, quien los ignoraba completamente perdido entre risas, retorciéndose del dolor en su pancita de tanto reír-

Yesung solo suspiró viendo que en un futuro si se caía podría pasarle lo mismo que a Sungmin, tal vez esta se caería de un puente y el menor solo atinaría a reír, seguía siendo inmaduro y lo sabía, pero tenía las esperanzas de que cambiaría aun si los demás dicen lo contrario, solo quedaba esperar ¿no?

“¿Te lastimaste?” –Dijo el mayor con intenciones de desenterrar de entre las cajas un botiquín que estaba seguro traía por algún lado, el conejo señalo su rodilla que tenía unos raspones y al parecer le dolía, inmediatamente maldiciéndose por no haberse puesto pantalones y tener short-

No le quedó de otra más que abrir uno, dos y hasta tres cajas para encontrar lo que buscaba, hasta que dio con el dichoso botiquín, la abrió y saco de este alcohol, algodón y unos curitas, miró al conejo diciéndole un “Este te dolerá” y recibiendo “Con cuidadito, por favor” -Suspiró- se sentó en el suelo, frente al conejo que estaba encima de una caja, y se dispuso a comenzar a curar.

“Solo piensa en otra cosa, o distráete con algo, así no notarás que el alcohol te toca” –Le recomendó Yesung, antes de tocar con el alcohol la herido del conejo- “Si quieres entretente rompiendo los juegos de Kyuhyun” –Dijo señalando las cajas que había abierto, estaba seguro que mientras buscaba el botiquín vio sus videojuegos en una de ellas-

Rápidamente una sonrisa de venganza se formó en el conejo, y con rapidez se dispuso a tomar la caja, antes de que Kyuhyun lo hiciera pues este al escuchar lo que dijo el mayor dejó de reí –Al parecer no los ignoraba del todo- y se paró del suelo dispuesto a impedir esa masacre, al acercarse Sungmin tenía una caja pequeña entre sus manos.

“¡No lo hagas! O te mataré” –Dijo el menor cerca de ellos, Sungmin solo le saco la lengua mientras abría la caja-

“Pues veremos quien mata a quien primero” –Dijo abriendo la caja, Kyuhyun ya veía perdido sus preciados juegos, porque Min cumplía con lo que decía- “¿Eh?” –Dijo con un puchero, cosa que llamó la atención del Kyuhyun- “¿Qué es esto?” –Dijo Min al ver el interior de la caja, Yesung se asomó a ver que era y sonrió al ver que no eran los dichosos juegos esos, pero no lo iba a decir menos al menor-

“¿Qué, que es?” –Dijo el menor rápidamente llegando hasta donde Min y siendo un gran alivio al ver que no eran sus preciados tesoros- “Son las tonterías de Yesung, de su infancia” –Dijo al ver que eran cosas de niños- “Puedes romperlas” –Dijo sin importarle, con un gran alivio, debe decir-

“¡Hey!” –Dijo el reproche Yesung, quien aprovechando lo despistado que era Sungmin y sin que este se diera cuenta empezó a limpiar la herida- “Si quieres échales una vista”

“Kyuhyun ¿No quieres ver?” –Dijo pues suponía que este quisiera ver cómo era la infancia de su esposo ¿no?, eso supuso-

“No, es patético” –Dijo sin importarle lo frío de su comentario, en realidad ni se dio cuenta, Sungmin hizo un puchero ante poco sensible que era, y justo con el hombre que decía amar e ignorándolo el mismo empezó a ver el contenido de la caja-

A decir verdad a Sungmin, le gustaba lo relacionado con lo lindo, dulce, tierno, angelical, y esas cosas por lo que tener en sus manos algo así le agradaba.

“Oh, Hyung ¿Eres tú?” –Dijo mostrándole una foto a Yesung de seguro de cuando era un niño, el mayor asintió siguiendo con su labor e impresionándose a la misma vez que de lo despistado que podía ser Sungmin- “Eras tan mono” –Dijo con una voz chillona, cosa que inmediatamente percibió Kyuhyun a decir verdad le picaba el bichito de la curiosidad por ver cómo era Yesung de niño-

Así que disimuladamente se fue acercando a Sungmin, claro que en sus manos traía una caja para justificar el acercamiento, Ja lo tenía todo planeado, por algo no era Cho Kyuhyun, y decir que estaba apilando las cajas para que nadie volviera a caer, así que dejó la caja que traía encima a una que estaba al lado de Sungmin y así acercarse para ver aunque sea algo.

“Sabía que querías ver” –Dijo de pronto Sungmin, quitándole de la vista la foto que tenía en sus manos- “Admítelo, Kyuhyun, quieres ver esta foto” –Dijo flameando la que tenía en sus manos-

“Por supuesto que no, solo vine a juntar las cajas, para que no vuelvas a caerte, hyung” –Dijo sin perder la cordura o el perfil que tenía de “No me interesa tu foto” que mantenía en ese momento-

“¿Así? Entonces ve a apilar los que están por allá” –Le dijo Yesung quien se había parado frente suyo ya que había terminado con Sungmin y ni este se había dado cuenta, vaya que le sorprende lo insensible que ese ese conejo rosado andante-

Kyuhyun iba a decir algo, pero eso sería admitirlo y no lo haría así que con los ojos molestos encima de Yesung se dirigió hasta las demás cajas, si le reprochaba sería descubierto y no era conveniente, esto solo hizo reía al mayor por lo sensible que a veces se vuelve Kyuhyun.

“Hyung ¿No me digas que piensan tener hijos?” –Soltó de la nada Sungmin, quien al analizar el porqué de la gran casa y que este guardaba sus recuerdo de infancia, concluyo en niños… Sí Sungmin cuando no sé daba cuenta concluía inteligentemente-

Al escuchar aquello, Yesung lo miró sorprendido en realidad aún no pensaba en eso, claro que lo pensó pero era muy prematuro tocar el tema ¿no?, en cuanto a Kyuhyun detuvo sus pasos para girar y mirar a Sungmin con cara de “¿Qué carajos dijiste?”, Min los mirada alternativamente

“¿Dije algo que no debía?” –Dijo inocentemente Min-

“No, en realidad no, pero si inesperado” –Dijo calmado Yesung, en cambio Kyuhyun no lo estaba- “Aunque no lo descartó” –Dijo el mayor cruzándose de brazos-

“¿Qué? ¡No, no, no y no!” –Dijo el menor pues estaba hablando de SU cuerpo, era él quien tendría 9 meses a un criatura deformándole el cuerpo y NO- “Nada de eso, ni lo pienses” –Dijo sin evitar ruborizarse-

“¿Ah? ¿Por qué no?” –Dijo Yesung mirándolo al instante-

“P-porque NO” –Nervioso por la mirada del mayor encima suyo- “y-y ¡ni se te ocurra tocarme!” –Dijo molesto por verlo como una máquina de reproducción-

“¿Crees que por qué lo dices no lo haré?” –Dijo retadoramente- “Además ¿Qué tiene de malo? Quiero, sí, tener hijos contigo ¿Es malo?”

“S-sí porque es mi c-cuerpo, ¡idiota!” –Dijo algo intimidado por la mirada del mayor- “Ni creas que dejaré que me toques, pervertido” –Dijo el menor para desaparecer del lugar, yendo al segundo piso, dejando indignado a Yesung-

Así Sungmin quedo ignorado otra vez, y luego de unos minutos Yesung despidió a Sungmin, que más que visita agradable fue inesperada pero no sé podía quejar al menos conocí un poco más al mejor amigo de su esposo y eso era algo; después de eso Kyuhyun no le permitió tocarlo, así como dijo, cada vez que intentaba algo era impedido por el menor, Yesung pensaba que iba a ser así por un tiempo, uno muy largo, por lo que desistió sabía que tarde o temprano al menor le darían ganas de ser tocado, y vaya que llegó, no esperó que fuera a los 5 días después, tan ansioso por ser suyo -Sonrió- pero no podía quejarse claro que le advirtió que tenía que usar  preservativo cada vez que tenían intimidad, algo de lo que tuvo que acoplarse si quería tener al menor, y sin más reparos así fue.

- - ♣ - -

Hace unos minutos que había entrado al lugar, y mientras lo hacía recordaba aquella fecha, algo divertido debe decir, Kyuhyun era un cofre de misterios el cual no quiere ser descubierto…

Prefirió entrar sin llamar la atención del menor, era mejor así ¿no?, al estar dentro, sin saber por qué pero se encontraba en la cocina, algo le decía que iba a encontrar lo que en ese momento está bien, el lavadero repleto de patos, vasos y cubiertos ¿Es que aún no aprende a vivir solo? Por alguna razón algo le decía que iba a encontrar el lugar así, por lo que no le sorprendió en lo más absoluto, ya está acostumbrado, dispuesto a ir al segundo piso, recoger alguna que otra ropa suya, la necesaria, sus intentos se esfumaron por sentir un remordimiento, sabía que su esposito era tan inmaduro que esa pila de patos sucios iba a aumentar, no había que ser adivino para saberlo.

A los minutos se encontraba lavando los platos, cubiertos y ollas, y siendo raro, esta vez no lo hizo por obligación sino porque el menor nunca lo haría y eso le desconcertaba a cierto punto; luego de terminar con cientos de platos –no eran tantos muchos solo exagera- subió al segundo piso en dirección a su habitación, obviamente compartida con Kyuhyun, entrado enseguida en ella, en esos momentos el cierre de la puerta hizo un sonoro sonido cosa que no perturbó el sueño del menor, situaciones así, Yesung agradecía que su esposo tuviera tan pesado el sueño, aunque no siempre le agradó en momentos así no podía quejarse, suspiró aliviado y se dispuso a empacar ropa, solo lo necesaria, dispuesto a salirse de la habitación, sin darse cuenta aplastó uno de los juguetes de sus adoradas hijas, provocando que el pollo de goma soltara un chillido, rápidamente giró su vista a la cama, esperando que eso no despertará a Kyuhyun, lo único que sí cometió en Kyuhyun fue que se revolviera en la cama.

El alma casi abandona su cuerpo del susto, sus ojos aun miraban al menor para asegurarse de que este no volviera a moverse, cosa que no volvió a hacer y aun así sus ojos seguían perpetuos en el rostro de Kyu, asombrándose, como la primera vez, con su hermosura innata, no recuerda cuando mucho menos como pero se encontraba dándole un beso en los labios a Kyuhyun, rozando sus labios, a los segundos sintiendo movimientos provenientes del menor, Yesung se alejó.

“Uhmm… Mario, salva a la princesa” –Dijo dándole la espalda al mayor-

Ladeo la cabeza, signo de confusión ¿Qué significaba eso? ¿Quién es Mario? Sacudió la cabeza como si así sus absurdas preguntas desaparecieran, se levantó del suelo, pues la impresión hizo que cayera sentado al piso, y con maleta en mano salió de ahí.


Continuará~