jueves, octubre 10, 2013

Me Without You [Adaptación-YeHyun] Cap.2



Aqui les vengo a dejar otro capítulo de la primera adaptación que hago :3
Espero la disfruten

Capítulo 2




Jongwoon solo sonrió incomodó y volvió a fijar su vista en el plato de comida. Lo atacaron con una y otra pregunta, seguramente con el fin de hacerle saber que el no
“Encajaba” en nuestra comunidad, en nuestra familia… en SUS vidas y debió de haber estado nervioso, pero en ningún momento titubeó. Yo no podía hacer más que admirar como sus labios se movían al entonar cada palabra, sus ojos pestañear una y otra vez, y de la perfecta manera en que esbozaba una sonrisa.

— Cuéntanos, Jongwoon. ¿Qué es lo que haces? -Preguntó mi padre, acomodándose en la mesa-

Jongwoon sonrió de costado y fijó la vista en mi progenitor.

— Estoy en el último año de escuela y he comenzado a ahorrar dinero para pronto
entrar en la universidad -Se sentía orgulloso y no había porqué no-

— ¿Ahorras dinero? –Inquirió-

— Así es. Tengo un pequeño empleo, el cual me ha servido para ayudar a mi familia,
ahora todo el dinero se irá directo a los ahorros para la universidad -Carcajeó. Debía
ser incómodo que alrededor de 14 personas desconocidas tuviesen la vista fija en uno-

— Disculpa la pregunta -Se integró uno de mis primos mayores- ¿Cuánto es lo que ganas? —Eso no era de su incumbencia-

Donghae observó a todos con lentitud, ahora sí que había silencio y debió de enterarse que ese tema, el dinero, era el que más importaba.

— Lavo los trastos en un restaurante de por aquí cerca, así que por mes me pagan
unos $15.000 -Musitó con la frente en alto-

Las miradas comenzaron de ida y vuelta.

— Sé que no es mucho… -Continuó- pero… creo que si no gasto ni un centavo, tendré lo suficiente y así continuaré -Sonrió, pero a nadie le importó y la conversación prosiguió entre el resto del grupo.

Dios, no podía creer tener una familia tan fría, déspota. Nunca podré entender cuál fue el factor que me hizo ser diferentes a los demás y la verdad, era que no importaba, solo estaba agradecida de no ser un malcriado, orgulloso y juzgador.

Posé delicadamente mi mano en su pierna izquierda y di pequeños y torpes golpecitos.

— Estoy muy orgulloso de ti, Jongwoon -Le sonreí tratando de hacerle entender que no me importaba lo que pensara el resto- eres una gran persona.

Sus ojos se clavaron en los míos y sentí lo apenado que estaba. ¿Cómo podían herir sus
sentimientos de esta manera? Quizás él no tenía la misma cantidad de dinero que mis padres, que mis tíos, familiares, pero tenía valores y eso era lo que más importaba.
La cena había finalizado y la mayoría comenzaba a retirarse, hasta que finalmente, quedaron; mis padres, Jongwoon y yo.


— Ya puedes retirarte -Apareció mi madre en la sala principal- En pocos minutos serán
las once de la noche. Kyuhyun tiene que descansar -La miré con disgusto-

— Son vacaciones, mamá -Argumenté sin dejar de mirarla fijo a los ojos-

— No, no… -Interrumpió- Si es tarde y yo… yo ya debería irme -Sonrió poniéndose de
pie-

— Pero Jongwoon -Di un salto y frené su paso- No… aun no, no te vayas aún…

— Kyuhyun, es suficiente -Soltó con frialdad, mi madre-

— Buenas noches, Señora Cho, fue un gusto haber compartido con ustedes -Dirigió su vista a mi madre y se despidió con cortesía-

Tomé la mano de Jongwoon y nos dirigimos en silencio hasta la puerta. Una vez en el portal, detuve su paso acelerado

— Jongwoon… -Susurré- nos veremos mañana ¿Verdad? —Lo miré a los ojos, con los míos vidriosos, tenía una mala corazonada-

— Si… -Musitó con voz baja-

— Asegúramelo -Mis expresiones de rogación desaparecieron y fueron suplantadas por una desconfiada. Rodó los ojos y me miró agotado-

— Te llamaré mañana -Se acercó hasta posar su mano en mi cuello y acercó
pacíficamente sus labios a mi frente. Lo miré angustiado y solté su brazo para dejarlo ir.
Agitó distraídamente una mano y trotó hasta su vehículo gastado-


Esperé a que el auto se alejara y entré con la intención de correr hacia mi habitación y
distraerme con algún tipo de estupidez, más en la puerta de mi cuarto, mi padre me esperaba con el rostro endurecido.

— Hay que hablar -Musitó e ingresó a mi cuarto, se dejó caer en el sillón y yo me
quedé de pie frente a él- Tu madre y yo ya lo decidimos, Kyu  —Suspiró y agachó la vista-

— ¿Decidieron? ¿Qué decidieron? -Me crucé de brazos y enarqué una ceja-

— No volverás a ver a ese muchacho -Trasladó sus ojos desde la alfombra, hasta los
míos-

— ¡¿Qué?! -Exclamé sorprendida, pensé que había una esperanza de hacerlos cambiar de opinión- ¡No pueden hacerme esto! -Los latidos rápidos de mi corazón, una presión fuerte ejerciendo en mi pecho y los ojos comenzándose a hundirse en lágrimas, solo indicaba que explotaría en llanto-

— No hay nada más que decir -Alzó la voz ante mi actitud- ya está decidido. No lo
volverás a ver y punto. No queremos que nuestro hijo termine en una choza con un hombre que ganará el resto de su vida unos míseros pesos -Se puso de pie y comenzó a caminar hacia la puerta-

— ¡USTEDES NO TIENEN IDEA! -Grité desesperada- ¡NO PUEDEN SEPARARNOS! ¡SIMPLEMENTE NO PUEDEN! ¡Y YA ENTIENDO PORQUÉ NO LO ACEPTAN! ¡PORQUE NO ES UNA PERSONA FALSA Y LLENA DE MENTIRAS COMO USTEDES LO SON! —Sí, había explotado y había dicho de una vez lo que pensaba respecto
a mi familia. Personas que se ahogaban en mentiras. Mi padre se volteó furioso-

— ¡No queremos una basura en la familia! -Exclamó-

— ¡La única basura que hay en este lugar son ustedes! -Grité pateando fuertemente el
piso-

— ¡Estás castigado! ¡Ahora ni pienses en salir, ni con tus amigos, ni con nadie! Te quedarás encerrada en tu habitación durante dos semanas ¿Entendido? -Me apuntó con un dedo acusador-

— ¡GENIAL! -Grité entre llanto, odio, rabia y amargura- ¡Mientras más alejada de ustedes esté! ¡Mi vida es perfecta! -Corrí sin esperar más respuesta hasta mi cama y me dejé caer-


Pasos furiosos y un gran portazo dieron el final de la discusión. Ahora el único sonido
presente eran mis sollozos interminables y dolorosos.
Nadie, nadie en el mundo podría separarme de él, lo amaba y eso era lo suficiente para mantenerme junto a él, siempre.

Tenía que hacer algo, no podía quedarme de brazos cruzados… y debía de actuar ahora ya… o sino… después sería demasiado tarde.



Con la rabia latiendo agitadamente en mi corazón, tomé mi celular y tecleé rápidamente la alarma, reprogramé y dejé un horario pendiente: 3:30 de la madrugada.

Sabía muy bien lo que tenía en mente y no había manera de que me arrepintiera.
Busqué entre mi closet una de las maletas más amplias y al tener una en mano, saqué gran cantidad de ropa, sin importar que prendas fueran, solo importaba que cayera la mayor cantidad posible.

Tomé un bolso de menor tamaño para cosas básicas, al terminar de empacar todo lo esencial, dejé mi abrigo, maleta y bolso de mano, bajo la cama. Apagué la luz y me escondí bajo las suaves frazadas de mi cama vestida de pies a cabeza, no había tiempo que perder. Ahora solo quedaba que Jongwoon aceptara.

La delicada melodía de la alarma vibró bajo la cabecera, logrando que mis ojos se abrieran de par en par. Dormido, estaba conscientemente para el momento.

Tiré las sabanas hacia atrás y moldeé un bulto, con sábanas gruesas, bajo las frazadas,
lo que reemplazaría mi cuerpo.

Me abrigué y salí de la habitación pretendiendo ser silencioso y cuidadoso. Los pasillos y todo rincón, permanecían en plena oscuridad, por lo que con mayor razón debía tener cuidado. Hice un gran esfuerzo al bajar las escaleras. Era uno de esos momentos en que los escalones parecían ser interminables y debía permanecer con los dientes apretados para evitar un quejido o un jadeo de cansancio.

Al llegar frente a la puerta principal, me acerqué hacia la mesita de un lado y tomé el
lápiz y un pequeño bloc de notas para anotar:

“Gracias por enseñarme los dos tipos de mundos. Uno donde existe la frialdad, la avaricia, el dolor, donde no hay sentimientos, al que pertenecen ustedes. Y el otro donde la gente tiene corazón, donde lo importante es ser como eres, donde la gente si tiene valor. Donde pertenece mi corazón. Estaré bien y ustedes también lo estarán. No pierdan tiempo en buscar a Kyuhyun y busquen en sus interiores la clase de personas que son.
Con amor, Kyuhyun"


Desprendí la lámina y pegué el adhesivo de esta en la puerta. Giré la manilla y salí del
frío hogar.

Podía tomar mi auto, pero podría ser un camino fácil para que mis padres pudieran
localizarme, así que preferí salir del territorio y caminar por la oscura calle esperando
a que un taxi, cual no tardó en pasar.

Di la dirección y miré hacia atrás asegurándome de que el vehículo de mi padre no viniera en persecución. Me pareció un viaje interminable y las lágrimas de angustia no tardaron en aparecer. No por dejar mi hogar, ni por dejar a mis padres… si no por haber nacido con unos padres tan desgraciados. Nunca lograrían entenderme y yo por más que tratara de entrar en sus mentes y ver las cosas con sus ojos, era imposible.

El amable chofer me dejó a las afueras de la casa de Jongwoon, me ayudó con la maleta y se marchó apenas di unos cuantos pasos.

Tomé mi celular y marqué el número de mi amado, no quería interrumpir el sueño de todos.

— ¿Aló? ¿Kyuhyun? -Se preguntó extrañado-

— Jongwoon -Sollocé frente a la puerta de su casa-

— ¡Dios! Pequeño, ¿Qué sucede? -Su voz se entonó preocupada y era de esperarlo
¿Por qué lo llamaría a las 3:56 de la mañana?-

— Jongwoon… estoy en la puerta de tu casa -Musité con un nudo soportando en mi garganta, tratando de encerrarlo y no dejarlo escapar, pero cada vez era más intenso-

— ¡¿Qué?! -Exclamó sorprendido- Espera unos segundos.

Jongwoon dio fin a la llamada y guardé mi celular en el bolsillo de mi abrigo. A los cortos minutos, la puerta en frente a mí se abrió y Jongwoon no hizo más que abrazarme con preocupación.

— Kyu ¿Qué sucedió? ¿Estás bien? ¿No viniste en auto? -Miró distraído detrás de mí-
¿Te das cuenta de la hora que es? Pudo haberte sucedido algo ¿Quién te trajo? ¿Eh?
-Estaba desconcertado y eso mismo lo llevaba a un interrogatorio de mil preguntas-

— Tenemos que irnos, Jongwoon -Sollocé buscando su mirada-

Sus ojos inquietos se apaciguaron al encontrarse con los míos y tomó mi rostro entre sus
manos para llevar sus labios hasta mi frente y depositar un tierno y tranquilo beso

— ¿De qué estás hablando? -Me miró confundido y sonrió de costado, aún sin entender-

— Jongwoon, necesitamos irnos, ya. Te explicaré luego que es lo que sucede, ahora… necesito que tomes tus cosas y nos vayamos al lugar más lejos que conozcas y el menos probable para una búsqueda –Sollocé, demonios era tan vulnerable, pero era considerable sabiendo que podría estar lejos de él para siempre-

— ¡¿Te escapaste?! –Dijo sorprendido- ¿Es enserio?

— ¿Tu qué crees? -Dije nervioso, necesitábamos irnos luego, antes de que mis padres se percataran de que los había dejado-

— Dios… -Se llevó una mano a la frente y suspiró- entiendo… -Me sonrió llenándome
de confianza y me abrazó una vez más- vamos adentro, te tomarás un café mientras empaco mis cosas -Besó nuevamente mi frente y entramos a su cálido y hogareña casa-

Había tenido pocas oportunidades de visitarlo, pero los recuerdos eran maravillosos. Nunca me había sentido tan cómodo, la familia de Jongwoon era espectacular.

Me invitó a pasar a la cocina, me corrió la silla para que me sentara y se preocupó de
servirme un café a temperatura para regular lo frío que estaba la mía.

— Espérame aquí ¿Si? -Sonrió y solo asentí con la cabeza mientras soplaba torpemente
la taza con líquido ardiendo-

Jugué con la cuchara dentro de la taza una y otra vez. Nunca había tenido una decisión tan importante como esta en mi vida y no me arrepentía. Nadie podría arrebatarme al amor de mi vida.

Apresurados pasos se escucharon desde la escalera y presté atención en la puerta, esperando a que Jongwoon apareciera vestido y con una maleta en la mano, preparado para salir a un viaje sin rumbo, más me sorprendí al ver a su Madre.

— ¡Cariño! -Sonrió, pero aun así con un dejo de preocupación. Se acercó, rodeó mi cuerpo con sus cálidos brazos en un dulce abrazo y se alejó para mirarme con aprensión-

— Buenas… noches señora, lamento haberla despertado -Musité incómoda-

— ¡Ay mi niño! Sabes que puedes llamarme por mi nombre -Corrió una silla y se sentó para mirarme con los ojos de una madre preocupada. Solo sonreí y volví a jugar con la cuchara- … Cariño -Acarició mi mano reposada en la mesa- ¿Estás seguro de que es esto lo que quieres? -Me sonrió comprensiva. Solo asentí y devolví la sonrisa- Tus padres. Sabes que harán hasta lo imposible para encontrarte

— Lo sé, pero hagan lo que hagan… no pueden… no pueden alejarme de él -Sonreí con melancolía-

— Mi niño, un amor fuerte como el de tu y Jongwoon los mantendrá unidos siempre, incluso cuando ya no se soporten –Carcajeó- Cuídense -Suspiró y extendió los brazos-

Mis ojos se cubrieron de lágrimas. No quería arrebatarle a su hijo, pero era la única
salida. Amaba a su Madre, creo que si su hijo no fuera el chico de quien me había
enamorado, le habría pedido que me adoptase. Me acerqué y dejé que sus brazos protectores me rodearan. Un abrazo maternal y confiable era lo que necesitaba

— ¿Estás lista? -Escuché su voz suave aparecer con un eco en la cocina silenciosa-

Deshicimos el abrazo y su madre se puso de pie, caminó hacia uno de los cajones de la cocina y sacó un par de llaves.

— Tenlas. Son las llaves del auto de tu tío y las llaves de la casa de tu abuela, no lleves
tu vehículo -Musitó acercándose a Donghae-

Él solo sonrió y abrazo a su madre con intensidad.

— Te amo -Susurró ella-

— Igual yo -Sonrió él al alejarse-

Como desearía tener una relación así con mis padres… si la tuviera… todo esto no estaría pasando.


¿Estás listo? -Musitó mientras deshacía el abrazo-

Asentí y me puse de pie. Estaba más que preparado para enfrentarme a una nueva vida y a la que de verdad necesitaba.

Me estiró una mano y acepté gustosa. Su madre nos miró con cariño y con un dejo de tristeza, lo entendía, arrebataba de un día para otro a su hijo.

— Cuídalo, Jongwoon -Lo apuntó con una carcajada melancólica-

Ambos carcajeamos y Jongwoon me miró negando suavemente mientras arrugaba la nariz de forma graciosa. Nos despedimos una vez más de ella y salimos de la casa en silencio. A decir verdad, los dos estábamos de alguna manera nerviosos. Todo esto era arriesgado, pero él, al igual que yo, estaba dispuesto a hacer lo necesario con tal de no separarnos.

Tus estudios… -Musitó en medio de la silenciosa calle oscura y tenebrosa-

¿Qué sucede con eso? -Levanté mi vista hacia un lado para observar su perfil-

Los dejarás y… estoy preocupado -Me miró con los ojos serios y reprendedores-

Tranquilo, volveré a tomarlos. Aún no planeo como… pero ya me preocuparé de ello -Le sonreí, más el suspiró-

Omití comentarios y seguimos caminando en rumbo a la casa de su tío, la cual al parecer estaba vacía y Jongwoon sacaría el auto. No quedaba mucho camino y no me percaté cuando ya estábamos dentro de un vehículo antiguo, pero cuidado como uno nuevo.

Jongwoon puso el auto en marcha y a la vez que el motor sonó, mi corazón se aceleró junto a este. Debió de haberlo notado, por lo que acarició mi mejilla y se acercó hasta capturar mis labios con suavidad.

No tienes porqué arriesgarte así -Musitó rozando suavemente sus dedos en mi mejilla-

Nunca había estado más segura en mi vida -Le sonreí con la finalidad de entregarle
confianza-

El viaje se ponía en marcha y no tuve interés en mirar hacia atrás y recordar
el camino que dejábamos, era mucho mejor y más confortable mirar hacia delante y saber que todo estaría bien.

¿Por qué la decisión? -Preguntó en medio del silencio-

Deberías saberlo mejor que nadie -Lo miré con tristeza-

Lo sé, pero quiero saberlo con lujo y detalle -Sonrió de costado-

Mis padres… se pusieron de acuerdo en no dejarme verte nunca más… ¿Crees que lo soportaría? -Bufé recordando la discusión con mi padre- quizás hubiéramos podido vernos a escondidas, pero sería como una vez cada mil semanas… las cosas no hubieran funcionado y… no quiero perderte -Mis ojos se cubrieron de lágrimas al instante en que me imaginé una vida sin él. Sola y de seguro con la clase de gente que detestaba, altanera y pedante-

Se hundió en mis ojos y sonrió con cariño y comprensibilidad

Y yo no sabría qué hacer sin ti, no más que morir -Suspiró y no pude evitar sonreír.
Sorprendentemente, él era la única persona que me hacía sonreír desde el corazón, sentir esa sensación de cosquillosas mariposas por todo el estómago, esa sensación de elevarte en el aire y no bajar más del cielo-

Optamos por dejar el tema de lado y charlar sobre nuestro nuevo proyecto de vida. Sería difícil e iba a llevar mucho trabajo de parte de los dos, pero sabíamos que no caeríamos y lucharíamos para seguir adelante.

No había puesto atención al paisaje que nos rodeaba por un largo rato, hasta que me di cuenta que los edificios, casas y todo rastro de civilización se habían esfumado y ya
no había más que un camino de tierra detrás y frente a nosotros.

¿Hacia dónde queda la casa de tu abuela? -Musité mirando hacia los alrededores-

La profundidad del bosque daba escalofríos

No queda mucho -Carcajeó. ¿Por qué se reía?-

¿Qué es lo gracioso? -Investigué sin abandonar una sonrisa extrañada en los labios-

De que la oscuridad de la noche te da miedo, de que no te has dado cuenta de todo lo que hemos viajado y de que cada vez me voy enamorando más de ti -Sonrió dulcemente, me miró fugaz y reenvió sus ojos hacia el frente-

¿Acaso mencioné que era la persona más hermosa, tierna, cariñosa, sencilla que había conocido?

Si, si me da miedo, segundo, tienes razón, no tengo idea de donde estamos y tercero… eres adorable -Carcajeé y seguí con la vista perdida en su perfecto perfil-

Mirar hacia delante y ver como los focos del auto alumbraban el terrorífico camino de
tierra, en medio de la oscuridad absoluta, me hacía sentir en uno de esos documentales, donde el joven lleva a su pareja a una casa vieja y abandonada, lugar donde no faltan los sucesos paranormales.

El lugar de día es hermoso, así que no nos aburriremos. Por eso mi abuela prefirió
quedarse aquí, veníamos a visitarla todos los fines de semana -Musitó pacífico, de seguro recordaba viejos y buenos tiempos-

¿Ya no vienen? –Curioseé-

Ya no tan seguido desde… que falleció -Me miró y sonrió apenado.-

Oh… yo… lo lamento -Sentí que no debía de haber husmeado mucho-

No te preocupes, ella sigue estando con nosotros –Suspiró- los humanos somos
egoístas, sabemos que la persona descansa en plena paz y está en el más grande paraíso, pero preferimos tenerla a nuestro lado -comentó-

Tienes razón -Le sonreí.-

Entre charla y charla, la casa por fin apareció y yo creyendo en que sería una casa
abandonada, como la de las películas, me encontré con una hermosa casa pintada de avellana, con ventanas de madera barnizada y un balcón para salir a tomar el sol y sentarse en una banca de madera.

Es hermosa -Susurré aun observándola a través de la ventana-

Mis tíos vienen a mantenerla, no quieren que se derrumbe, no un recuerdo como este… -Sonrió emocionado de volver y se bajó del auto en busca de las maletas-

Lo acompañé y me vi ansioso de entrar pronto. Creo que me sorprendí al entrar, todo tan ordenando, todo tan limpio y tan bien decorado… ya no daba miedo, era muy parecido a visitar una casita de muñecas.-

Es muy acogedor -Sonreí dejando las maletas en el suelo-

Lo es –Carcajeó- Es por eso que adoro venir aquí. Con Ryeowook venimos a veces y
recordamos esos años en que éramos unos bebes. No preguntes por Leeteuk, está muy “ocupado” con su vida atareada en la ciudad -Rio. Me había comentado veces anteriores que Leeteuk era una de esas personas que trabajan duro-

Ven, sígueme -Dejó los recuerdos a un lado y se encaminó por las escaleras, por
donde seguí su paso acelerado-

Era un segundo piso pequeño, tres habitaciones y nada más… y a decir verdad, sobraba espacio

Esta es la pieza de mis padres, dormiremos aquí -Dijo frente a una puerta mientras
buscaba la llave correcta en el llavero-

La puerta se abrió y al prender la luz me encontré con una cómoda cama de dos
plazas, veladores a cada lado y un gran armario.

Desempaca tus cosas, vengo enseguida a ayudarte, iré a revisar la despensa, debe
de haber algunos alimentos, mañana saldremos a comprar si es que nos faltan cosas -Besó mi frente y salió corriendo-

A decir verdad, estaba cansado y prefería omitir el paso de guardar las cosas. Prefería
meterme entre las sábanas y dormir. Abrí mi maleta y busqué mi pijama. Al no existir frío al interior de la casa, quité mi abrigo, mi chaleco y mi polera, seguí con mis zapatos y mi pantalón… Dejé todo tirado en una esquina, mañana ordenaría.

Estaremos bien, si falta al… —La voz de Jongwoon apareció en la habitación y se
cortó en segundos-

Me giré y analicé su imagen. Permanecía estático en el umbral de la puerta, con los ojos fijos en todo mi cuerpo… claro, estaba en ropa interior. Me sentí nervioso… nunca había dejado que nadie me viera en el estado en que estaba y era extraño que él lo hiciera.

P-perdón… -Musitó nervioso y noté sus mejillas más rosadas de lo común- yo… yo…
grítame cuando estés listo —Sonrió incómodo y desapareció.-

Creo que me había ganado la lotería con Jongwoon. Era todo un caballero y nunca había querido aprovecharse de mí, más bien, era sumamente delicado y cuidadoso en cuanto a eso.
Terminé de vestirme y lo llamé tal como él dijo.

Lo lamento -Me sonrió nervioso al entrar- No sabía que estabas… cambiándote.

Está bien, no te preocupes —Carcajeé estirando las sábanas hacia atrás, quería descansar ¡ya!

¿No vas a ordenar? -Arqueó una ceja-

Mañana lo hago, tengo sueño -Me quejé como un niño pequeño-

Está bien –Sonrió- Kyu -Expandió la sonrisa-

¿Si? -Me acomodé bajo las sábanas-

¿Podrías taparte los ojos? quisiera cambiarme y no quiero bajar -Rio-

Claro -Acompañé su risa y cubrí mi rostro con el cobertor-

Era un adolescente y siempre había tenido cierta curiosidad por el cuerpo de Jongwoon, por lo que descubrí mis ojos con cuidado y sonreí travieso al observarlo.

Estaba en lo cierto, su cuerpo había sido tallado por ángeles. Sus piernas moldeadas a la perfección, su torso descubierto era un deleite para mis ojos y su… ¡Dios! Volví a cubrir todo mi rostro y esperé a que Jongwoon anunciara que estaba listo.

Se metió bajo las sábanas y enseguida se acercó hasta rodear mi cuello con uno de sus brazos.

Siempre he soñado con… abrir los ojos una mañana y verte dormir a mi lado -Suspiró
acariciando mi mejilla. Me quedé mirando sus ojos, era lo más maravilloso que me podía haber pasado en la vida-

Te amo -Susurré-

También yo -Tomó de mi mentón y me acercó lentamente hasta sus labios, para
capturarlos con suma delicadeza y ternura. Me llenó de tranquilidad y cariño. Sus labios nunca habían sabido más dulces que esa noche y no podía evitar dejarme llevar por el exquisito compás que sus labios creaban-

Buenas noches -Susurró con los ojos cerrados-


Buenas noches, Jongwoon -Sonreí y me acomodé en su pecho para quedarme dormido con la hermosa melodía de su corazón.


Continuará~

miércoles, octubre 09, 2013

Me without you [Adaptación-YeHyun]

¿Como están mis unnies? :D
Hoy les vengo a dejar una adaptación de la cual espero les guste tanto como a mí :3



Capítulo Nº1



Me arrastró por todo el parque, sin dejar de presionar intensamente mi débil y frágil
brazo derecho, con su mano izquierda.

— Anda, camina -Me tironeó una vez más y no pude evitar soltar un quejido entre el
llanto-

Giré el rostro y traté de encontrar señales de él, más no había más que un camino amplio y vacío detrás de nosotras. Volví a explotar en llanto.

Soltó de mi brazo en el momento en que nos encontramos paradas frente al auto.
Me senté en el asiento trasero y observé por la ventana. Apreté mis dientes, evitando dejar escapar un grito, cuando lo vi aparecer a lo lejos. Corría como nunca antes lo había visto correr y agitaba inútilmente una mano haciendo señas.

Posé mis manos en la ventana y las deslicé al perder su imagen cuando mi madre puso en marcha el vehículo.

Llegamos a casa y como era de esperar, lo primero en hacer mi madre, fue en tomarme del mismo brazo y llevarme hasta la oficina de mi padre.

Despegó sus ojos del inmenso libro que sostenía en sus manos cuando las puertas de madera barnizada, con pequeñas ventanas de vidrio, se abrieron de par en par.

— Kyuhyun... -Susurró al verme-

Era de esperar que mis ojos rojos e hinchados le dieran a conocer los antecedentes.

— ¡Otra vez! Younghwan, ¡Otra vez! -Exclamó mi madre alzando los brazos y dejándolos caer al segundo- Yo ya no sé qué hacer con este jovencito, Younghwan, no hay remedio -Ocultó su rostro amargado bajo sus manos temblorosas-

— ¿Qué sucedió, Kyuhyun? -Los ojos penetrantes de mi padre, no me dejaban más opción que decir la verdad, aun así… la confianza era mayor-

Opté por agachar mi rostro, no quería hablar del tema, no quería recordarlo, ya había pasado por este tipo de situaciones y sabía muy bien que ahora era diferente, que las cosas habían empeorado.

— Mírame a los ojos, Kyuhyun, y dime que es lo que pasó -Autoritario, pero sin indicios
de reprensión-

Con cuidado, llevé mi rostro a lo alto y lo miré cuidadosamente.

— Salí… y… Jongwoon y yo nos juntamos… nos vimos en el parque, padre -Musité la verdad y una lágrima corrió por mi mejilla-

Suspiró y retiró sus lentes de lectura, los dejó a un lado y posó sus manos encima del
escritorio para entrelazar los dedos.

— Hemos discutido este tema varias veces, Kyuhyun. Sabes muy bien que es lo que tu madre y yo opinamos respecto a ese muchacho -Si, lo sabía muy bien. ¡No hacían más que juzgarlo! ¿Y por qué? ¿Por qué su situación económica no era la misma de nosotros? ¡Al diablo con esas *******!

— Ustedes no lo conocen -Miré a mi madre de reojo y volví a mirar a mi padre.-

— No necesitamos más información que la que ya tenemos, es el hijo de un hombre
que busca trabajo día a día, sin futuro -Comentó mi madre. Era de esperarlo-

— ¡¿Y eso a mí que?! -Exclamé, ya había aguantado esto por mucho tiempo, era imposible seguir reteniéndolo en la boca— ¡Yo lo amo!

— ¡Ha! -Rio irónica- ¿Tú lo amas? ¡Por favor! ¡Solo tienes 17 años! No sabes nada
sobre el amor -Reprochó mi madre, con los ojos ardiendo en lágrimas-

— ¡Se lo que es el amor, madre! ¡Eres tú la que no tiene idea sobre lo que es amar! Y
ustedes dos son el ejemplo perfecto… ¡No ríen, no se miran, no conversan de otra cosa que no sea el dinero, no se tocan! ¡Nunca están juntos! -Sollocé y en ni un momento dejé caer mi rostro. Nunca había enfrentado a mi madre de esa manera y se sentía completamente extraño y… peligroso— Él es un buen hombre, padre —Busqué los ojos de mi progenitor y tragué saliva con los nervios de punta-

— Es un buen muchacho, ¡lo es! -Exclamó mi madre frustrada y creí imposible que
cambiara tan repentinamente de opinión- Pero no la clase de joven que tú necesitas, Kyuhyun, métetelo bien en la cabeza. ¿Qué hay del futuro? ¿Acaso planeas casarte con él, tener diez hijos y sin ni un centavo? ¿Es eso lo que quieres? ¿No tener nada? -Sus ojos comenzaban a empañarse, pero sus sentimientos, era lo que menos me importaban en estos momentos-

— ¡Dinero, dinero, dinero! –Exclamé- ¡Es lo único que les importa!

— Así que… ¿Lo amas, Kyu? -Musitó mi padre con tranquilidad y se acomodó en su
gran asiento de cuero negro-

— Lo amo, papá, lo amo -Sentí caer nuevamente las lágrimas y corrí hacia él para abrazarlo y refugiarme en sus brazos-

— Será mejor que vayas a dormir, pensaré que es lo que podemos hacer -Me alejó
delicadamente de él y besó mi frente-

Solo asentí y salí corriendo de la oficina. Corrí por la gran escalera derecha de la casa, y sin detener el paso llegué a mi habitación.

Cerré la puerta y no dudé en caminar hasta mi cama y hundirme entre los suaves cojines que la decoraban. Llorar era mi única escapatoria, por ahora.
Se dice que el dinero, lo material, puede llegar a hacerte muy feliz… y de hecho lo hacía, con mis padres y el resto de mi familia, pero no conmigo. El dinero no compra el amor y por lo que tenía entendido, nadie de mi familia se casaba por amor, sino por el bienestar económico.

Ese tipo de cosas ya habían pasado de moda, eso era antes, cuando el trabajo de un esposo era servirle a su marido y depender de él, pero mis padres nunca lo entenderían.

Tres golpes en la puerta interrumpieron mi llanto y sequé en segundos mi rostro con mis
manos. Mi madre entró y cerró la puerta, aún no la miraba, pero debí suponer que ella al sentir sus elegantes tacones golpear la delicada madera flotante.

La sentí sentarse en la cama y planeé guardar silencio. Se merecía que la ignorara después de haber humillado a Jongwoon en el parque.

— Tu padre a decido invitar a ese joven a la cena de mañana, así podremos juzgarlo bien ¿No crees? -Estaba tranquila y eso no era posible cuando hablaba sobre él-

Dejé de darle la espalda y me senté en la cama.

— Mañana es la cena familiar, vienen todos —La miré a los ojos y traté de descifrar que era lo que se traía entre manos-

— Así es. Será perfecto para que todos lo puedan conocer -Me sonrió-

— Está bien… -Susurré- Mamá… si solo le dieras…

— Mañana -Me interrumpió- mañana, al final de la cena, hablaremos ¿Entendido? -Se puso de pie y se acercó hasta besar mi frente, se alejó y se retiró de mi habitación. No creo que él quisiera venir a una cena donde el único tema que importaba era la economía, el trabajo, las empresas y grandes toneladas de dinero que ganaban día a día… pero prefería a que estuviera presente y diera a conocer la maravillosa persona que era...


Apenas mi madre me dejó a solas, estiré una mano hacia uno de los veladores y tomé el teléfono con temor… ¿Era realmente buena idea? Quizás sí, quizás no… pero nada perdía con intentarlo.

— ¿Aló? -Contestaron del otro lado. Su madre-

— Señora, soy yo, Kyuhyun. ¿Está Jongwoon en casa? -Aún era tiempo de arrepentirse, aún podía colgar-

— ¡Oh, cariño, eres tú! Sí, espera unos segundos -Adoraba hablar con ella, tan humilde, tan sincera, tan cariñosa… como desearía tener una madre así-

— Gracias –Susurré-

Escuché como dejaba el auricular a un lado y sus delicados pasos alejarse.

— ¡Jongwoon! ¡Kyuhyun está al teléfono! -Sonreí al escuchar su voz lejana llamar a mi novio-

En pocos segundos, se escucharon, a lo lejos, unos grandes pasos apresurados. La intensidad del sonido cada vez iba creciendo y pronto sentí cuando el auricular fue alzado.

— Hola -Incluso, por teléfono, su voz sonaba dulce y cariñosa-

— Jongwoon -Volví a sonreír, esta vez, por inercia-

— ¿Cómo te fue? …Ya sabes… tus padres… -Cuestionó incómodo-

— Ya sabes. Quería pedirte una disculpa… todo lo que dijo mi madre… -Suspiré- Ella no te conoce, Jongwoon.

— No te preocupes, está bien -Era increíble la manera de hacerme sentir seguro-

— Donghae… me preguntaba si… si tu… ¿Si tu quisieras cenar mañana por la noche aquí? Mis padres quieren… que te presentes formalmente -Estaba nervioso, sí. La respuesta más obvia era un no-

— ¿Ellos lo propusieron? -Entendía su reacción de sorpresa-

— Así es. Jongwoon, no tienes que venir si te incomoda, lo entiendo -No quería seguir
esperando una respuesta negativa-

— Estaré ahí -Extrañamente, su voz sonó entusiasmada-

— ¿Hablas enserio? -Sonreí sin poder creerlo- Pensé que dirías que no, ¡Esto es fabuloso!  Mi familia entera podrá conocerte -Y ahora los ánimos volvían a mi cuerpo-

— No te preocupes, haría lo imposible para poder estar contigo sin algo… o alguien
que lo impida. Te amo -Sentí un gran vuelco en mi corazón y se sentía hermoso al saber que era de alegría, felicidad…y…amor-

Su grado de ternura, de caballero, de sensibilidad, nadie podría compararlo

— Igual yo -Carcajeé con timidez y mordí mi labio inferior-

— Entonces… ¿Nos vemos mañana? -Con ánimos. Así me gustaba-

— Si, a las ocho -Enredé y desenredé mi dedo en el cable espiral del teléfono, aún
con la sonrisa estúpida de enamorado pegada en el rostro-

— Entonces… ya tengo que ir preparándome, tengo que encontrar algo decente que
ponerme, quiero causar una buena impresión —Carcajeó nervioso, no estaba bromeando-

— Solo se tú mismo, te adorarán. Ya verás -Musité con sinceridad. Adoraba su forma de ser y no estaba en mis planes que cambiara para impresionar a mis estúpidos padres-

— Eso espero. Ya… debo irme, de verdad quiero lucir bien. Te amo -Volvió a dejarme
con el corazón en la boca y bailé en sus palabras-

— También… te amo -Musité deseando mirarlo a los ojos y sonrojarme al inundarme en ellos-

— Adiós -Y seguido de eso, un pitido entrecortado-

Los nervios, y a la misma vez, las ganas de verlo, comenzaban a comerme el estómago.
Entrelacé los dedos de mis manos para rogarle a dios que todo saliera a la perfección.

Al día siguiente me levanté temprano, con la idea de organizar todo y mantenerme al tanto de los planes de mis padres.
Eran las 7:49 minutos… Ya no quedaba mucho tiempo y mi familia de a poco se veía completa dentro del gran comedor.

A pesar de que este tipo de cenas, me tenían conectada con mis tíos, primos, etc. Las
odiaba. Se creían dueños del mundo y no tenían idea lo poca cosa que eran. Se jactaban de los increíbles vehículos que compraban… ¡Hasta los más pequeños hablaban de sus graciosos viajes! Y se sentía extraño ser la única persona en la casa que no pensara de la misma manera… pero nunca me arrepentiría de ser como soy.
Todos habían llegado y solo faltaba un invitado y el más importante, Jongwoon.

— ¿Segura que tu noviecito vendrá? —Carcajeó con desinterés, uno de mis primos-

— Si, si vendrá —Le sonreí con ironía. Tenía plena confianza en que el llegaría, tarde o
temprano. Segundos, minutos y nada-

— Kyu, no podemos seguir esperando. Es hora de sentarse en la mesa. Hemos esperado lo suficiente 
—La voz fría y endurecida de mi madre, me frustró-

— Mamá, si solo esperamos unos segund… -Y mi rogativa fue interrumpida por el melodioso timbre- Debe ser él -Sonreí y me puse de pie para correr hacia la puerta-

Giré la manilla dorada y abrí la puerta. Ahí estaba… y no podía creer lo que veían mis ojos. Vestía de terno negro, camisa blanca y bien plancha, su corbata negra acomodada con elegancia… podía pasar como un magnate más, pero más que eso… sus maravillosos ojos azabache oscuros parecían destellar un marrón pálido y casi invisible. Su piel me obligaba a elevar mi mano en el aire y acariciarla suavemente. Sus labios, lucían con ese tierno rosa pálido y con ese aire siempre presente a dulzura.

Su cabello, como siempre rebelde y bailando entre el viento cálido de la noche, suave
y sedoso.

— Hola -Saludó dejando a mi exposición su hermosa dentadura- Te traje esto -Estiró
un hermoso ramo de flores blancas-

— Jongwoon… son… son hermosas -Musité sin dejar de mirar el ramo entre mis manos, eran realmente preciosas- Muchas gracias -Y levanté la vista, para volver a perderme en sus ojos-

Tomé de su mano y lo hice entrar por primera vez a mi hogar.

—Jongwoon Wao… -Susurró sin dejar de mirar hacia todos lados- es maravillosa.

— Tu lo eres más -Carcajeé ruborizado y sentí los nervios recorrer mi piel en el momento en que entrelacé sus dedos con los míos-

Caminamos hacia el comedor… y una vez dentro, todas las miradas presentes se clavaron en nosotros.

— Familia -Musité sonriente- él es Kim Jongwoon -Y me sentí orgullosa al saber que él era mi pareja-

Debieron de haber quedado impresionados al verlo tan elegante, de seguro esperaban a que llegara un muchacho con pantalones rotos, una camisa manchada y con aspecto desconfiante.

— Es un gusto poder al fin conocerlos -Musitó Jongwoon y me sorprendió que lo hiciera-

— Igual para nosotros, Jongwoon. Ven, vamos a sentarnos -Indicó mi padre con amabilidad-

La cena comenzó y sentía que toda la atención estaba centrada en Jongwoon. La curiosidad por conocerlo abundaba por toneladas en cada mirada presente y sabía que tarde o temprano, comenzaría a molestarle.

—…Y cuéntame, Jongwoon —Carraspeó uno de mis tíos al termino de beber un largo sorbo de champaña— ¿A qué se dedican tus padres? -Y aquí vamos-

Jongwoon levantó la vista y sonrió.

— Mi madre está dedicando tiempo a cuidar a mi hermano menos de 3 años y mi padre trabaja en una construcción -Musitó sin dudar ni un momento de lo que decía-

— ¡Ah! O sea… Es Ingeniero, ¿Arquitecto? —Lo miró expectante y todos clavaron las miradas en él.

— No, tiene un empleo de maestro en la construcción, por ahora —Sonrió y bebió un
suave trago de su bebida dulce para refrescar su garganta-


— Oh… -Los ojos de cada persona bajaron a sus platos y siguieron comiendo, era obvio que no les interesaba-



Continuará~

domingo, octubre 06, 2013

No esta todo perdido [YeHyun] Cap. 5

Capítulo 5

Perdonmen la demora, es extraño porque siempre que publico un capitulo me pongo manos a la obra para escribir el otro y no lo termino hasta semanas después U.u, por mi demora este capítulo me salió largo -no pensé que pasaría- y será su recompensa por haber esperado tanto C:

N/A- [Los corchetes son intervenciones mías], mención MPREG


A Leer :D


Unos cuantos 20 minutos y ya se encontraba frente al lugar, aunque sinceramente no sabía qué era lo que haría una vez dentro, pues al verlo ¿Qué pasaría? Y pensar que las posibilidades de una posible reconciliación eran lejanas, claro tenía que ser realista y anticiparse a los hechos sino ellos se le adelantaran y sería peor…

Miró una vez más el panorama del lugar, sin duda había elegido bien el lugar, y ¿Para qué mentir? Era un buena casa exageradamente grande pero preciosamente hermosa, y siendo sincero se pasó un poco al querer que sea grande, pues esta no es suficiente para solo dos personas
Nota mental: Tener hijos cuanto antes, claro si antes no muero al pedir algo así

Suspiró por las locas ideas que tenía, “Si antes no muero al pedirlo” involuntariamente una sonrisa se formó en su rostro, el imaginarse a su pequeño esposo con la misma reacción otra vez, algo así no le agradaría, es más aún recuerda la primera vez que le pidió algo así

- - ♠ - -

El irradiante sol comenzaba a colocarse en medio del firmamento, dando a entender el comienzo del mediodía, un día más para aquella pareja recién desposada que en esos momentos descansaba en el suelo de lo que iba a ser su nueva casa, tomándose un respiro después de haber colocado todas las cajas entro de la casa.

“¿Qué traes en esas cajas? ¿Tortugas marinas? ¡¿Rocas?!” –Soltó el menor que desafortunadamente le tocó ayudar a meter las cajas por lo cual quedó exhausto y que en esos momentos se encontraba esparcido por el suelo, como cualquier cosa, esperando recuperarse-

“Son solo cosas de mi infancia” –Dijo tranquilo estirándose también en el suelo, aunque no mucho ya que la mayor parte del suelo lo ocupaban las cajas no solo suyas sino también del menor-

“¿Ah? ¿Y sigues guardando ese tipo de cosas?” –Bufó el menor porque por culpa de esas benditas cajas mañana le dolería el cuerpo, esperaba que fuera algo mejor que eso, por lo menos valdría la pena haber desgastado su humanidad en llevarlas- “¿Acaso eres reciclador?”

“¿Tú no las guardas?” –Dijo para luego sentarse y buscar con la mirada al menor porque con tantas cajas no podía verlo, pensando que tal vez este se había extraviado, claro poco probable pero le encantaba la idea del buscarlo si eso ocurría- “¿Ni siquiera unos juguetes?” –Dijo con la esperanza de saber por dónde provenía su voz, así encontrarlo rápidamente-

“No” –Dijo cortantemente, perdiendo la oportunidad el mayor de encontrarlo pues con un simple sonido no era suficiente para encontrarlo-

“¿Así, por qué?” –Le dijo para que este siguiera hablando y darle una emboscada cuando este esté desprevenido, al mismo tiempo que se parada y seguía rebuscando-

“Porque no tiene sentido guardarlas ¿Para qué? Si igual se gastaran y tendrás que desecharlos… Pérdida de tiempo” –Susurró lo último, para luego cerrar los ojos buscando algo de paz y de paso un poco de su vitalidad que fue robada por traer cosas absurdas, según él, eso es lo que pensaba hacer hasta que su plan fue interrumpido por una sombra o mejor dicho un cuerpo que se encontraba encima suyo, esto provoco que abriera los ojos enseguida encontrándose con el rostro del mayor muy cerca al suyo- “¿Q-qué haces?” –Dijo con notable nerviosismo pero haciendo lo posible porque el otro no lo notara-

“¿No es obvio?” –Dijo con esa sensual voz que él tiene, tan grave y a propósito volviéndola ronca solo para flaquear al menor cosa que comenzaba a lograr- “Quiero besarte” –Dijo acercándose peligrosamente a los labios del menor, pero siendo cubierta e impedida de sus actos por una mano-

“Hey, tranquilízate, aún hay muchas cosas por hacer” –Dijo el lado razonable del más pequeño, porque su lado emocional no ha estado tan bien estos días es más en ocasiones lo traicionaba “El muy maldito” dijo para sí mismo, por el momento esperaba manejar las cosas con su lado razonable, no con el emocional- “No tengo tiempo para flojear” –Dijo muy serio en sus palabras, esperando que con eso desista el otro, al mismo tiempo que trataba de pararse-

“¿Eh? ¿Quién está flojeando?” –Dijo evitando que el menor se levantara, tomando sus muñecas y pegándolas al suelo con algo de fuerza provocando que el menor soltará un quejido, así cada una de estas a los extremos de la cabeza del menor- “Yo solo quiero pasar un rato con mi esposo” –Dijo con una sonrisa triunfante por tener al menor completamente nervioso, estremeciéndose y sonrojado bajo su ser, debía admitir que esas reacciones le encantaban, pero no podía hacerlas otra persona sino solo Kyuhyun, así se sentiría complacido de ser quien provoque esas reacciones-

Y sin darle tiempo para que reclame, porque sabía que lo haría, este era el típico juego del gato y el ratón, en donde al principio Kyuhyun es el gato para luego convertirse en un indefenso y sumiso ratón, que terminaba sometiéndose a la voluntad de Yesung el gato; comenzó a acercar su rostro al del menor sintiendo como este emanaba cierto calor debido a lo encendidas de sus mejillas, para luego acortar la poca distancia que existía entra ambas bocas, plantándole un beso que al principio comenzó como una casto, pero con el pasar del tiempo perdido en esos labios que vuelven loco al mayor fue cambiando de uno inocente para ser uno más demandante y exigente siendo correspondido también por el menor, quien se estremecía debajo del mayor sin saber cómo carajos llegó a seguirle el juego a Yesung, pues en un principio estaba dispuesto a matarlo a golpes si se atrevía a tocarlo, aunque rápidamente supo el porqué del giro inesperado de planes, su lado emocional le había ganado al razonable y ahora hacía a su voluntad al menor siendo manejado a su antojo y a beneficio del Yesung, quien ahora dejaba de lado las muñecas del menor para sujetar su cintura y de paso recorrer parte de la piel algo caliente del menor, mientras que este perdido por las infinitas sensaciones que sentía llevó sus manos a la cabeza del mayor y así juguetear con sus rebeldes cabellos, y sin darse cuenta su diestra se encontraba en la nuca del mayor profundizando -sin querer- el beso haciéndolo más fogoso y excitante para ambos, pronto el más pequeño sintió como unas manos levantaban lentamente la base de su playera para dejar libre el camino y tocar parte de su piel lechosa ya caliente, manoseando toda aquel parte sensible del menor y provocando que este involuntariamente soltará alaridos de no otra cosa más que estar excitándose, haciendo sonreír al mayor por ser quien provoque eso en su pequeño, y dejándole con ganas de seguir escuchando esos alaridos de los labios del menor, traviesamente fue llevando su izquierda por el cuerpo del menor, hasta tocar cierta parte superior sensible de él, y que en la noche de su luna de miel había descubierto que estremecía el cuerpo del menor, y así sin decoro alguno sus dedos apretaron uno de los pezones del menor, quien en reacción seguida soltó un ahogado gemido, apretando sus brazos al cuello del mayor, sintiéndose totalmente perdido, acalorado y avergonzado, por no poder ponerle un alto a su recién esposo y por no querer hacerlo él mismo.
‘Es un hecho… me violará’ pensó al no encontrar una oportunidad de escape, viendo nulas sus esperanzas de detenerlo en algún momento, pero ¡Ese maldito momento no llegaba! Y el mayor ya empezaba a desvestirse y… y… ‘Me violará, me violará, ¡Mierda, me violará!’

Tan absorto en sus mismos pensamientos se encontraba que al regresar de estos, no por voluntad propia sino por otra cosa más que llamó rápidamente su vista, observaba como Yesung dejo de desatender sus pezones –No recuerda en que momento paso- para conducir sus pequeñas pero bien jodidamente experimentadas manos hasta el borde de sus pantalones, con obvias intenciones de introducirlas ‘Mierda, mierda, mierda ¡No, no, no, no!’ pensaba no lo decía porque unos jadeos se apoderaban de sus labios impidiéndole el paso a cualquier otro sonido ‘No se detendrá ¡Maldición! ¿Qué hago? No quiero ser violado el primer día de tener casa nueva, me dolerá y ¡No quiero dejar de caminar por su culpa!, solo un milagro o el fin del mundo lo detendrán pero lo peor es que… me gusta, como… me toca’

Y entre tanto desorden desparramado en aquel piso, se empezó a escuchar una tonada muy conocida del Kyuhyun, lo que hizo que levantara su cabeza del suelo con la vista empeñada en buscar su celular ¿Tal vez un milagro? ¿Ese era su milagro? ‘¡Tiene que ser!’, con un poco de razón en la cabeza, trato de apartar al mayor pero este no le deja ni siquiera moverse

“Y-yesung, me llaman” –Dijo con la esperanza puesta en los ojos de que lo dejara aunque sea atender esa llamada, y lo más probable retendría la conversación todo el tiempo que pueda para que este ni le se ocurra tocarlo- “D-detente” –Dijo casi suplicante, aunque inmediatamente se avergonzó por sacar esas palabras con ese tono de sus labios- “Tengo que atender”

“¿Y? Solo deja que siga sonando” –Dijo sin importarle mucho si fuese el mismo papa, solo quería seguir en la que se había quedado antes de ser interrumpidos por esa tonada… ‘¿Acaso es un adulto? ¡Maldito pervertido!’-

“¡¿Ah?! Pues no puedo hacer eso” –Dijo con ilusión de que a su mente retorcida llegará la razón, que por lo visto la perdió –Si es que la tenía- hace mucho- “¿Y son mis padres, o un amigo o mi doctor diciendo que tengo una enfermedad terminal? ¡¿Ah?! Las llamadas son importantes” –Pedazo de idiota-

“¿Y yo, no soy importante?” –El menor abrió grande los ojos, no esperaba una pregunta así y mucho menos contestarla, porque… porque… ¿Por qué?- “Vamos, dilo” -¿Decir, decir qué? Sí ni Kyuhyun mismo sabía que responder-

Como mudo desde hace años, se quedó en silencio el menor de ellos, sin emitir sonido alguno, menos escuchando esa tonada que hace minutos había dejado de sonar y desviando la mirada a otro lado, otro lado el que no sea la mirada del mayor que en esos momentos ¿Le tenía miedo? No, no era eso, es más como si de lo que venga su respuesta dependieran muchas cosas.

“S-sí… Quizá sí lo eres” –Dijo en un tono muy bajo pero audible para el otro-

Quizá… quizá, una maldita palabra que no hubiera querido escuchar ¿Qué demonios significaba? Si no era ni un ni un no concreto, solo dejando más y más preguntas al aire, preguntas que en ese momento a Jongwoon no le importaba y que tampoco llegaron a su mente, pero que ahora al recordar ese hecho le hacía descubrir nuevas cosas de las que había ignorado completamente en el pasado.

Eso le basto para abrazarlo casi de impulso -¿Por qué siempre se alegraba con las migajas que el menor le daba?- no podía evitarlo, el solo escuchar esas palabras, casi tartamudeadas, con cierta falsedad y poca credibilidad en ellas –Claro que esto no lo percibió- lo hacía inmensamente feliz ¿Por qué? Porque era Kyuhyun quien las decía y eso pare Yesung valía oro.

Y volvió a besar sus labios, en el interior de su pecho los latidos se convirtieron en golpes, a punto de igualar la fuerza de un paro cardiaco, decidido a terminar lo que empezó y estaba vez parecía que ni Kyuhyun ni  nadie lo detendría, porque no pensaba hacer aun así se les cayera el techo encima.

Con desesperación se llevó cargando al menor hasta el nuevo sillón que se acaba de comprar, este aún seguía con un plástico grande cubriéndole, dejó caer al menor como si fuera una roca, provocándole quejarse al caer bruscamente por lo imprevisto de sus acciones, queriendo quejarse por lo cavernícola que puede llevar a ser, pero sus acciones fueron detenidas al ver como este se posicionaba encima suyo separando sus piernas hasta tener las suyas en medio de las del menor [*0* imagínense, Kyaa] así tener mejor comodidad, haciendo ruborizar al menor sabiendo que no saldría caminando bien después de esto, se quedó mirando a Yesung e inmediatamente mordiéndose el labios inferior por el estupendo panorama que tenía de este, de lo lujurioso que podía tener los ojos el mayor ¿Para qué seguir negándolo más? Sí quería, quería que le diera duro [omg] y lo dejará en silla de ruedas por un buen tiempo, como lo había hecho si primera vez, doloroso pero jodidamente placentero.

Y sin darse cuenta volvía a caer en los encantos del mayor perdiéndose del mundo en las caricias que este le daba, ahora se encontraba luchando por ser quien se apoderé de la boca contraria, mientras sus manos se sujetaban fuertemente al cuello del mayor y las de este manoseándole el cuerpo, levantando a su paso la estorbosa prenda que tenía puesta el menor, dejando a su libre tacto partes de su blanca piel y tentado a dejar de besar con necesidad al menor para marcar esa lechosa carne expuesta que lo llamaba a gritos, pero los exigentes labios del menor se lo impedían, reteniéndole los impulsos y al mismo tiempo excitándolo más a querer violar ese cuerpo.

‘Ahora sí estás perdido, Kyuhyun. Y aunque el mundo se contamine de Zombies –Influencia de videojuegos- no creo tener las intenciones de parar, al menos que –Sonido del timbre- Eso suceda… ¿Quién demonios es? –Enojado por la interrupción- ¿Y por qué interrumpe…? –Analizando su situación- Esperen esto es bueno ¿no?’

A escuchar que los timbrados se hacían más constantes y hasta cierto punto insistente, ambos se separaron, uno con una sonrisa de oreja a oreja por haberse librado del “ataque de la tortuga pervertida” y el otro dando un gran y sonoro suspiró con unas tremendas ganas de matar al que esté detrás esa puerta, su aura se convertía en una de asesino, cosa que le dio unos escalofríos al menor lo que supuso era por la brisa que corría y chocaba con su piel, se miró y notó que tenía la ropa puesta desordenada dejando ver parte de su cuerpo y notando que casi es arrancada de su cuerpo por completo, frunció el ceño al verse como cualquier cosa menos un humano, tenía ganas de lanzarle un golpe a Yesung en esa cabezota que tiene, pero sus pensamientos fueron interrumpidos nuevamente por los timbrazos de afuera, pronto se acomodó la ropa lo más decentemente que pudo para recibir con los brazos abiertos a su salvador, no importaba si fuera el cartero, lechero o panadero se lo agradecería. Abrió la puerta encontrándose con un muchacho que conocía perfectamente y al cual le sorprendió su visita.

“¿Min Hyung?” –Se encontraba frente suyo su amigo de tiempos inmemorables- “¿Qué haces aquí?” –Dijo asimilando su llegada, para nada esperaba pero en cierta forma precisa-

El mencionado le quedo mirando al menor, notando que este traía la ropa algo desordenada, y con las mejillas levemente sonrojadas, el cabello como si una gallina estuviera rascando en ella buscando algún maíz, desvió su mirada por encima del hombro del menor y vio a un Yesung, a unos cuantos metros lejos de ellos, quien lo miraba con intenciones de querer ahorcarlo, o eso presentía el conejo, sin saber por qué. Ladeó la cabeza y sin quedarse con la duda, pregunto…

“¿Interrumpí algo?” –Dijo inocentemente Sungmin, mirando a ambos alternativamente-

“¡No!” –Dijo con vergüenza el menor-
“¡Sí!” –Dijo enojado el mayor-

Ambos habían hablado o gritado al mismo tiempo, confundiendo más al ser que en esos momentos entraba, pues no se iba a quedar afuera, ¿no? Para algo vino, inmediatamente el conejo hizo un puchero dándole a entender al menor de ellos que sus monosílabos lo tenía confundido.

“¡Por supuesto que no interrumpiste nada!” –Dijo el menor un poco alterado de ser contradicho por Yesung quien se encontraba detrás de su espalda a unos metros –Gracias a dios- lejos de él- “¿Q-qué haces aquí?” –Le dijo mientras cerraba la puerta y al hacer esto, se miró ocasionalmente en el espejo largo junto a la puerta, notando que su aspecto no era el mejor y entendiendo por qué Sungmin dijo aquello-

“Primero que nada ¿Por qué no contestaste mis llamadas?” –Dijo algo enojado por ser evitado, esto provocó que sin querer se ruborizada al recordar la razón- “Kyuhyun si vas a ignorarme por… hacer eso… entonces me hubieras mandado un msn  y me hubiera ahorrado la caminata” –Se cruzó de brazos-“Te recuerdo que fuiste tú quien me dijo que viniera la otra vez ¿Recuerdas? Cuando te emborrachaste, tal vez por eso no recuerdas tus promesas”

Kyuhyun quedó confundido, ¿Había dicho eso? Sinceramente no lo recuerda, tal vez debió ser cuando Sungmin lo llevó a un bar el cual recién acababan de inaugurar a celebrar antes de que este se case, y uuh~ Claro que recuerda haber bebido tanto que ni sus piernas le funcionaban tanto que el conejo se tuvo que hacer cargo de él como un saco de papas, tal vez al estar ebrio le habló a Sungmin una sarta de cosas cursis sobre el amor y esas cosas y claro este no se quedó atrás recomendándole esto y aquello, cosa que no quiere recordar por su integridad personal, y lo más probable es que en una de ellas le haya dicho que él sería el primero en ir a su nueva casa cuando este esté casado con Yesung, claro que eso fue hace mucho y no lo recuerda pero al parecer el conejo sí.

“¿Así? Kyuhyun dijo eso” –Dijo detrás de ellos Yesung quien estaba siendo olvidado su persona, claro que al escuchar lo dicho por Sungmin no le agradó para, pues tendría al  conejo rosa rondando a Kyuhyun y tendría que detener sus ganas de correr a Sungmin de su casa y lanzarse a Kyuhyun ‘Aunque no estaría mal…’ pensó-

“Así es, pero al parecer alguien se olvidó por completo” –Dijo frunciendo el ceño, molesto con el Game por ser así, solo cuando le convenía, pronto desvió su mirada del menor para ver ampliamente su alrededor, y debe decir que era grande el lugar, claro que no se podía apreciar muy bien por no estar adecuadamente acomodado, pero estaba seguro que cuando lo estuviera se vería genial el lugar- “Wouh~ Es grande, pero ¿No creen que es demasiado? Digo solo son dos personas con semejante casa, creo que hasta se podría escuchar un eco si grito” –Dijo Min con unas tremendas ganas de probar su tesis-

“¡Ni se te ocurra!” –Dijo ya más centrado el menor, no iba a permitir que Sungmin lo hiciera sin antes haberlo hecho el mismo, es más también tuyo la misma idea, por eso tenía que ser el primero en probar la tesis- “Hacer eso es cosa de niños” –Si claro, él mismo tenía los mismos pensamientos, pero era obvio que no se lo iba a decir, además quien sabe se le perdone querer hacerlo, pues él era el menor entre los tres ¿no?-

“Siempre aguafiestas” –Dijo mirando molesto al menor, siempre era así y al parecer no iba a cambiar, ignorando la mirada asesina del menor comenzó a caminar, admirando el lugar- “Pero como decía es grande y…” –Sus palabras quedaron en el aire al verse en cámara lenta cayendo al suelo-

Al parecer el pobre conejo sin darse cuenta había tropezado con una de las cajas que ya hacían regadas por el lugar, y este ni enterado de su existencia, por otro lado Yesung se acercó a auxiliarlo con la esperanza de evitar que cayera pero reacciono demasiado tarde, Min ya se encontraba comiendo polvo, en cuanto al menor miraba la escena muy impactado y de inmediato burlándose por la caída del conejo, y es que cayó de forma muy graciosa, que incluso Yesung tuvo que disimular seriedad pero al ver de reojo al menor que no se contenía la risa, flaqueaba en mantener ese perfil serio mientras ayudaba a levantar a Sungmin del suelo.

“¿E-estás bien?” –Trataba de no reír, pues siendo el mayor entre ellos tenía que hacerlo- “Si quieres te traeré algo de agua” –Fue lo primero que pensó-

“Creo que estoy bien” –Dijo Min sentándose en una de las cajas, que estaba al lado de la que había caído- “¡Ya, deja de reírte!” –Dijo apuntando su dedo índice al menor que ahora estaba arrodillado en el suelo, sujetándose el estómago con ambas manos- “Me dolió, idiota-Kyu y tú te ríes” –Dijo enfadado de lo poco sensible que podía a llegar a ser Kyuhyun-

“Si estuvieras a mi lado viendo como caías harías lo mismo” –Dijo para tirarse al suelo y revolcarse de la risa-

“¡Hey! Kyuhyun ya basta, no es nada gracioso ¿Y si te hubiera pasado a ti?” –Dijo Yesung que recién llegaba con el vaso con agua para Sungmin-

“Es un maldito, no sé cómo lo puedes soportar y ahora aún más que te casaste con eso” –Dijo con evidente enojo apuntado a Kyuhyun, quien los ignoraba completamente perdido entre risas, retorciéndose del dolor en su pancita de tanto reír-

Yesung solo suspiró viendo que en un futuro si se caía podría pasarle lo mismo que a Sungmin, tal vez esta se caería de un puente y el menor solo atinaría a reír, seguía siendo inmaduro y lo sabía, pero tenía las esperanzas de que cambiaría aun si los demás dicen lo contrario, solo quedaba esperar ¿no?

“¿Te lastimaste?” –Dijo el mayor con intenciones de desenterrar de entre las cajas un botiquín que estaba seguro traía por algún lado, el conejo señalo su rodilla que tenía unos raspones y al parecer le dolía, inmediatamente maldiciéndose por no haberse puesto pantalones y tener short-

No le quedó de otra más que abrir uno, dos y hasta tres cajas para encontrar lo que buscaba, hasta que dio con el dichoso botiquín, la abrió y saco de este alcohol, algodón y unos curitas, miró al conejo diciéndole un “Este te dolerá” y recibiendo “Con cuidadito, por favor” -Suspiró- se sentó en el suelo, frente al conejo que estaba encima de una caja, y se dispuso a comenzar a curar.

“Solo piensa en otra cosa, o distráete con algo, así no notarás que el alcohol te toca” –Le recomendó Yesung, antes de tocar con el alcohol la herido del conejo- “Si quieres entretente rompiendo los juegos de Kyuhyun” –Dijo señalando las cajas que había abierto, estaba seguro que mientras buscaba el botiquín vio sus videojuegos en una de ellas-

Rápidamente una sonrisa de venganza se formó en el conejo, y con rapidez se dispuso a tomar la caja, antes de que Kyuhyun lo hiciera pues este al escuchar lo que dijo el mayor dejó de reí –Al parecer no los ignoraba del todo- y se paró del suelo dispuesto a impedir esa masacre, al acercarse Sungmin tenía una caja pequeña entre sus manos.

“¡No lo hagas! O te mataré” –Dijo el menor cerca de ellos, Sungmin solo le saco la lengua mientras abría la caja-

“Pues veremos quien mata a quien primero” –Dijo abriendo la caja, Kyuhyun ya veía perdido sus preciados juegos, porque Min cumplía con lo que decía- “¿Eh?” –Dijo con un puchero, cosa que llamó la atención del Kyuhyun- “¿Qué es esto?” –Dijo Min al ver el interior de la caja, Yesung se asomó a ver que era y sonrió al ver que no eran los dichosos juegos esos, pero no lo iba a decir menos al menor-

“¿Qué, que es?” –Dijo el menor rápidamente llegando hasta donde Min y siendo un gran alivio al ver que no eran sus preciados tesoros- “Son las tonterías de Yesung, de su infancia” –Dijo al ver que eran cosas de niños- “Puedes romperlas” –Dijo sin importarle, con un gran alivio, debe decir-

“¡Hey!” –Dijo el reproche Yesung, quien aprovechando lo despistado que era Sungmin y sin que este se diera cuenta empezó a limpiar la herida- “Si quieres échales una vista”

“Kyuhyun ¿No quieres ver?” –Dijo pues suponía que este quisiera ver cómo era la infancia de su esposo ¿no?, eso supuso-

“No, es patético” –Dijo sin importarle lo frío de su comentario, en realidad ni se dio cuenta, Sungmin hizo un puchero ante poco sensible que era, y justo con el hombre que decía amar e ignorándolo el mismo empezó a ver el contenido de la caja-

A decir verdad a Sungmin, le gustaba lo relacionado con lo lindo, dulce, tierno, angelical, y esas cosas por lo que tener en sus manos algo así le agradaba.

“Oh, Hyung ¿Eres tú?” –Dijo mostrándole una foto a Yesung de seguro de cuando era un niño, el mayor asintió siguiendo con su labor e impresionándose a la misma vez que de lo despistado que podía ser Sungmin- “Eras tan mono” –Dijo con una voz chillona, cosa que inmediatamente percibió Kyuhyun a decir verdad le picaba el bichito de la curiosidad por ver cómo era Yesung de niño-

Así que disimuladamente se fue acercando a Sungmin, claro que en sus manos traía una caja para justificar el acercamiento, Ja lo tenía todo planeado, por algo no era Cho Kyuhyun, y decir que estaba apilando las cajas para que nadie volviera a caer, así que dejó la caja que traía encima a una que estaba al lado de Sungmin y así acercarse para ver aunque sea algo.

“Sabía que querías ver” –Dijo de pronto Sungmin, quitándole de la vista la foto que tenía en sus manos- “Admítelo, Kyuhyun, quieres ver esta foto” –Dijo flameando la que tenía en sus manos-

“Por supuesto que no, solo vine a juntar las cajas, para que no vuelvas a caerte, hyung” –Dijo sin perder la cordura o el perfil que tenía de “No me interesa tu foto” que mantenía en ese momento-

“¿Así? Entonces ve a apilar los que están por allá” –Le dijo Yesung quien se había parado frente suyo ya que había terminado con Sungmin y ni este se había dado cuenta, vaya que le sorprende lo insensible que ese ese conejo rosado andante-

Kyuhyun iba a decir algo, pero eso sería admitirlo y no lo haría así que con los ojos molestos encima de Yesung se dirigió hasta las demás cajas, si le reprochaba sería descubierto y no era conveniente, esto solo hizo reía al mayor por lo sensible que a veces se vuelve Kyuhyun.

“Hyung ¿No me digas que piensan tener hijos?” –Soltó de la nada Sungmin, quien al analizar el porqué de la gran casa y que este guardaba sus recuerdo de infancia, concluyo en niños… Sí Sungmin cuando no sé daba cuenta concluía inteligentemente-

Al escuchar aquello, Yesung lo miró sorprendido en realidad aún no pensaba en eso, claro que lo pensó pero era muy prematuro tocar el tema ¿no?, en cuanto a Kyuhyun detuvo sus pasos para girar y mirar a Sungmin con cara de “¿Qué carajos dijiste?”, Min los mirada alternativamente

“¿Dije algo que no debía?” –Dijo inocentemente Min-

“No, en realidad no, pero si inesperado” –Dijo calmado Yesung, en cambio Kyuhyun no lo estaba- “Aunque no lo descartó” –Dijo el mayor cruzándose de brazos-

“¿Qué? ¡No, no, no y no!” –Dijo el menor pues estaba hablando de SU cuerpo, era él quien tendría 9 meses a un criatura deformándole el cuerpo y NO- “Nada de eso, ni lo pienses” –Dijo sin evitar ruborizarse-

“¿Ah? ¿Por qué no?” –Dijo Yesung mirándolo al instante-

“P-porque NO” –Nervioso por la mirada del mayor encima suyo- “y-y ¡ni se te ocurra tocarme!” –Dijo molesto por verlo como una máquina de reproducción-

“¿Crees que por qué lo dices no lo haré?” –Dijo retadoramente- “Además ¿Qué tiene de malo? Quiero, sí, tener hijos contigo ¿Es malo?”

“S-sí porque es mi c-cuerpo, ¡idiota!” –Dijo algo intimidado por la mirada del mayor- “Ni creas que dejaré que me toques, pervertido” –Dijo el menor para desaparecer del lugar, yendo al segundo piso, dejando indignado a Yesung-

Así Sungmin quedo ignorado otra vez, y luego de unos minutos Yesung despidió a Sungmin, que más que visita agradable fue inesperada pero no sé podía quejar al menos conocí un poco más al mejor amigo de su esposo y eso era algo; después de eso Kyuhyun no le permitió tocarlo, así como dijo, cada vez que intentaba algo era impedido por el menor, Yesung pensaba que iba a ser así por un tiempo, uno muy largo, por lo que desistió sabía que tarde o temprano al menor le darían ganas de ser tocado, y vaya que llegó, no esperó que fuera a los 5 días después, tan ansioso por ser suyo -Sonrió- pero no podía quejarse claro que le advirtió que tenía que usar  preservativo cada vez que tenían intimidad, algo de lo que tuvo que acoplarse si quería tener al menor, y sin más reparos así fue.

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Hace unos minutos que había entrado al lugar, y mientras lo hacía recordaba aquella fecha, algo divertido debe decir, Kyuhyun era un cofre de misterios el cual no quiere ser descubierto…

Prefirió entrar sin llamar la atención del menor, era mejor así ¿no?, al estar dentro, sin saber por qué pero se encontraba en la cocina, algo le decía que iba a encontrar lo que en ese momento está bien, el lavadero repleto de patos, vasos y cubiertos ¿Es que aún no aprende a vivir solo? Por alguna razón algo le decía que iba a encontrar el lugar así, por lo que no le sorprendió en lo más absoluto, ya está acostumbrado, dispuesto a ir al segundo piso, recoger alguna que otra ropa suya, la necesaria, sus intentos se esfumaron por sentir un remordimiento, sabía que su esposito era tan inmaduro que esa pila de patos sucios iba a aumentar, no había que ser adivino para saberlo.

A los minutos se encontraba lavando los platos, cubiertos y ollas, y siendo raro, esta vez no lo hizo por obligación sino porque el menor nunca lo haría y eso le desconcertaba a cierto punto; luego de terminar con cientos de platos –no eran tantos muchos solo exagera- subió al segundo piso en dirección a su habitación, obviamente compartida con Kyuhyun, entrado enseguida en ella, en esos momentos el cierre de la puerta hizo un sonoro sonido cosa que no perturbó el sueño del menor, situaciones así, Yesung agradecía que su esposo tuviera tan pesado el sueño, aunque no siempre le agradó en momentos así no podía quejarse, suspiró aliviado y se dispuso a empacar ropa, solo lo necesaria, dispuesto a salirse de la habitación, sin darse cuenta aplastó uno de los juguetes de sus adoradas hijas, provocando que el pollo de goma soltara un chillido, rápidamente giró su vista a la cama, esperando que eso no despertará a Kyuhyun, lo único que sí cometió en Kyuhyun fue que se revolviera en la cama.

El alma casi abandona su cuerpo del susto, sus ojos aun miraban al menor para asegurarse de que este no volviera a moverse, cosa que no volvió a hacer y aun así sus ojos seguían perpetuos en el rostro de Kyu, asombrándose, como la primera vez, con su hermosura innata, no recuerda cuando mucho menos como pero se encontraba dándole un beso en los labios a Kyuhyun, rozando sus labios, a los segundos sintiendo movimientos provenientes del menor, Yesung se alejó.

“Uhmm… Mario, salva a la princesa” –Dijo dándole la espalda al mayor-

Ladeo la cabeza, signo de confusión ¿Qué significaba eso? ¿Quién es Mario? Sacudió la cabeza como si así sus absurdas preguntas desaparecieran, se levantó del suelo, pues la impresión hizo que cayera sentado al piso, y con maleta en mano salió de ahí.


Continuará~