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martes, marzo 18, 2014

Me without you Cap. 8 [Final]



Y el final llegó, espero que les haya gustado este fic adaptado.


Después de quedar seco en cuanto a lágrimas llamé a mi hermana para que me ayudara con las maletas, la cual se mostró sorprendida de que lo hiciera, de seguro creería que me negaría y que seguiría con mi rebelde actitud. Pensé que quizás si notaban un cambio en mí, podría haber una probabilidad de que ellos cambiaran su injusta decisión.

Necesitamos cuatro maletas para guardar toda mi ropa y dos bolsos para llevar mis 
necesidades extras.
Mi habitación comenzaba a notarse vacía, los muebles ya no se encontraban repletos de cuadernos y cosas por el estilo, más en uno, una fotografía de Jongwoon y yo daba vida al triste cuarto donde había ahogado todas mis amarguras durante los últimos días. Caminé con pesar hacia la foto y tomé el portarretratos de metal en mis manos. Sin esperar más de dos segundos una lágrima calló sobre el cristal y sollocé al saber y al mirar mi vida hacia el futuro… el ya no estaría ahí, ya nunca más sentiría uno de sus abrazos, sus besos, ni tampoco su voz. Todo esto era un infierno.

Sentí los pasos de mi hermana aproximarse hacia mí, por lo qué sequé mis lágrimas y me volteé de manera veloz, escondiendo la fotografía en mi espalda.

— ¿Qué escondes ahí? —Me clavó una mirada sospechosa.-

— Nada, solo una foto —Si lo piensan, era ridículo que siguiera manteniendo la foto oculta cuando estaba diciéndole la verdad, pero simplemente, no quería que la viera. Sabía en el fondo, que ni una adorable foto, cambiaría su opinión.-

— ¿Puedo verla? —Alzó las cejas y me miró expectante a través de los cristales de sus
anteojos.-

— No ¿Para qué? ¿Para qué sientas lástima de mí? No quiero dar pena y tampoco quiero hacerte saber, ni hacerte sentir mal por lo que estás destruyendo en estos momentos. Si me disculpas… tengo que seguir ordenando cosas —La esquivé y caminé hacia mis maletas, guardé el portarretrato entre las prendas de ropa y al término, cerré la valija asegurándola con un candado.-

Eran alrededor de las 1 de la madrugada y toda la casa seguía en pie. Sentía un dolor 
profundo en el pecho al ver las caras de mis padres, no habitaba ni una expresión de 
amargura, de tristeza, de hecho… era lo contrario, supuse que sentían satisfacción al
saber que ellos habían ganado la batalla y que finalizaban la guerra mandando a la oveja negra de la familia lejos de casa, deshaciéndose fácil y cobardemente de sus problemas.

Para serles honesto, no estaba triste por dejarlos tampoco, no habían influido mucho en mi vida, no más que desayunos fríos y cenas silenciosas. Prácticamente mi infancia la viví con una niñera de artos años, persona a la que aún extraño y desearía tener a mi lado en estos momentos. De seguro tendría un buen consejo.

Los recuerdos iban y volvían como relámpagos a mi cabeza, por lo que preferí deshacerme de toda mi ropa, abrigarme con mi pijama y hundirme bajo las sábanas. Quizás dormir disminuiría el dolor y la pena que sentía.

Mis ojos se abrieron a las 7 de la madrugada producto a la chillona melodía de mi 
despertador y prácticamente, con lo tarde que me había quedado dormida, más lo difícil que fue caer en sueño profundo, dormí tan solo dos tres horas. ¿Algo podía ser peor? A que sí, solo esperen el momento en el que me suba al avión y después de horas me encuentre en un continente diferente.

Me levanté con el rostro de un zombi y me metí a la ducha. Al salir, ni siquiera me preocupé de arreglar mi cabello, de ocultar las orejas y borrar todo tipo de facción en mi cara que demostrara lo infeliz que era. Si me iban a llevar lejos, quería que supieran que era en lo que me habían convertido. La persona más amargada e infeliz que pisara la tierra.


Bajé las escaleras con el corazón en la mano, mis maletas se encontraban junto a la puerta y mi hermana leía su agenda sentada en un sillón. Al notar mi presencia sonrió y se puso de pie. ¿Por qué sonreía? ¿No notaba que esto era tan parecido a un funeral para mí?

— ¿Estás lista? —Tomó su cartera y la colgó en su hombro derecho.-

— No, aún tengo que desayunar —Dije cortante mientras mantenía un fuerte contacto visual. Acaba de notar mi estado anímico.-

— No te preocupes, desayunaremos algo en el avión, estamos atrasadas —Musitó dejando la sonrisa a un lado y tomando su única maleta.-


¿No era suficiente llevarme con el corazón destrozado? No, también con el estómago rugiendo. Suspiré al ver mis nulas opciones y traté de tomar con torpeza mis cuatro pesadas maletas, más mis dos bolsos.

Por lo menos, una persona tenía conciencia en el hogar. Francis, el mayor domo que estuvo ahí desde mi nacimiento. Me subí al auto tal como si fuese el día de mi ejecución y para ser honesta, no había mucha diferencia, mis padres y mi hermana acababan con mi vida.

— ¿Por dónde vive? —Me preguntó deteniéndose en la primera esquina.-

— Es al otro lado de esta comuna —Suspiré con los ojos ya empañados. Volver a ver la casa Jongwoon sería la gota que derramaría el vaso.-

No alcancé ni a pestañear cuando el vehículo se estacionó frente a la casa de Jongwoon y mis piernas temblaron, mi corazón parecía caerse en pedazos y mis ojos derramaron lágrimas.

Me bajé sin mirar a mi hermana y con el sobre blanco en las manos. Al estar frente a la 
puerta, di tres golpes atemorizados y esperé. Su Madre no tardó en recibirme con una sonrisa, la cual se esfumó al ver mi lóbrego rostro.

— Kyuhyun… —Musitó preocupada tomando mi rostro— ¿Te encuentras bien? -Solo negué con la cabeza y apreté los ojos, dejando que las lágrimas empaparan mi rostro.- Quieres ver a Jongwoon, espera unos segundos… —Me soltó y se giró para ir en busca de mí… ¿Novio? Más no podía permitirlo, no sería capaz de mirarlo a los ojos y decirle que era lo que estaba sucediendo.-

— No… —Sollocé y tomé delicadamente de su brazo— Por favor… necesito que le entregue este sobre y que le diga todo lo que lo amo —Mi voz colgaba de un hilo y empeoraba al ver el rostro desentendido de ella— fue… maravilloso el haber compartido con usted y con su familia, son un verdadero ejemplo. Tiene que saber que usted fue como una segunda madre para mí —Terminé por abrazarla momentáneamente y correr hacia el auto antes de que cayera al suelo envuelta en llanto. Sentí como me llamaba y fue peor cuando me quedé con la vista
pegada en la ventana y su imagen en la puerta se iba desvaneciendo de a poco. Esto era… el fin.-

— Ya… vas a estar bien —Sentí como mi hermana hacía un torpe e inútil esfuerzo por 
consolarme, lo que me provocaba solo más rabia.-

Llegamos al aeropuerto en pocos minutos y sentí ganas de morir al ver a mis padres 
saludándonos a lo lejos con una sonrisa en el rostro. ¿Cómo podían?

— Se retrasaron —Comentó mi madre, rodeando mi espalda con uno de sus brazos. Más solo hizo el intento y me alejé con brusquedad.-

— Me atrasé en el baño —Me excusó mi hermana y miré hacia alrededor— ¿El avión ya está por despegar?

— En unos cuantos minutos, deben irse preparando —Respondió mi padre, escondiendo sus manos en los bolsillos y respirando hondo. No hallaba la hora en la que el alta voz llamara a los pasajeros del vuelo 39 a abordar el avión, quería dejar a mis padres de una sola vez y borrar como pudiese sus caras hipócritas.-

— ¿Vamos? —Me sacó mi hermana de mis pensamientos llenos de odio e ira hacia mis padres. Asentí y el corazón bombeó sangre con rapidez, haciéndome entrar en una arritmia desesperante.-

— Cuídate —Sentí como mi madre volvía a abrazarme. No me hice a un lado solo por 
educación, pero aún así no respondí sus saludos. Ignoré todas sus palabras y me puse en camino hacia el portal por donde abordaría el avión. Sentí a mi hermana ir detrás de mí, llamándome la atención y diciéndome que iba por el lado equivocado, la verdad era que no estaba en el mejor estado para orientarme. Me di media vuelta con desgano y caminé detrás de ella. Si, si parecía una escalaba.

Pasé nuevamente por al lado de mis padres, los cuales prefirieron no decir nada y saborear su dulce victoria.
A lo lejos pude ver sobre un portal un mensaje sobre una pantalla pasando una y otra vez: 

“Vuelo 39. Inglaterra, Londres” Es ahí justamente donde iniciaría mi nueva vida y donde
dejaría atrás lo que había valido realmente la pena durante todos mis años de existencia, el amor.

Los pasos se hacían eternos y creí estar loca al escuchar la voz de Jongwoon llamar mi nombre una y otra vez. Apreté mis ojos, tratando de borrarla de mi cabeza, solo estaba causándome más daño, pero los sonidos se volvían intensos y reales.

— ¡Kyuhyun! —Su voz retumbó en mi cabeza y una mano detuvo mi andar. Mi corazón de paralizó por completo y me giré creyendo que solo sería una ilusión.-

Mis ojos se llenaron de lágrimas y salté sobre él abrazándolo, mientras explotaba en llanto.

— Kyuhyun, mi vida… ¿En que estabas pensando? —Sollozó alejándome de él, tomando mi rostro entre sus manos y obligándome a verlo a los ojos.-

— Jongwoon… —Sollocé ahogado en llanto mientras no podía creer que lo tuviera en frente a mí— Jongwoon… Jongwoon, mis padres… me obligan a viajar a Inglaterra… yo… yo no sé qué hacer, todo… se escapó de mis manos, todo se desvaneció —Gemí mientras trataba de recuperar la respiración.-

— ¡Kyuhyun! ¡¿Dónde rayos estás?! —Escuché la voz de mi hermana a unos pocos pasos. No tardó en segundos en aparecer— ¿Qué haces? —Me miró desconcertada y luego guio su vista a Jongwoon. Ni siquiera le prestamos atención, tenía que escuchar que era lo que él me decía.-

— Kyu —Sollozó tomando de mis manos— Kyu, por favor… no puedes irte a Inglaterra,
lo eres… simplemente todo para mí, te has convertido en mi vida, yo… no sé qué haría sin ti, eres la luz, el aire… no puedo permitir que te vayas, no puedo permitir que te alejen de mí y que todo acabe aquí. Te amo, te amo de verdad y soy capaz de hacer lo que fuese para que te quedes junto a mí, por favor mi amor… no te vayas… —Las lágrimas caían repetidamente de sus ojos, tal como las mías resbalaban por mis mejillas.-

Lo abracé y refugié mi rostro en su pecho, sintiendo como sus latidos se agitaban… escuchando los últimos latidos de amor.-

— Perdóname… —Sollocé y me alejé— si me quedo, seguiré haciéndote infeliz, mis padres nunca entenderán lo que es amar… no puedo quedarme Jongwoon… no puedo seguir haciéndonos daño —Musité con frialdad. Mis palabras eran tan sinceras, como lo que sentía dentro.-

— Pero… —Sollozó tomándome de una mano al ver que me alejaba.-

— No… no… lo hagas más difícil —Gemí alejando mi mano de él.-

— ¡Aléjate de él si no quieres que llame a la policía! —Exclamó mi madre apareciendo
en la despedida. La miré con odio y le di la espalda a Jongwoon para atravesar el portal.-

— No, Kyuhyun… —Escuché hablar a mi hermana y detener mi paso— No puedo llevarte a Inglaterra, no sabiendo el daño que te causaría. -Me giré desconcertado y la miré a los ojos. Sonrió levemente y me abrazó con fuerzas.- Es un gran chico, no puedes dejarlo ir —Carcajeó entre sollozos. No pude hacer más que sonreír y dejar que me invadieran todas las emociones que se incrustaban en mi corazón.-

— ¡¿Qué?! —Exclamó mi madre, deshaciendo el abrazo que formaba con mí hermana mayor—  ¡No puedes hacerme esto Ahra! ¡Quedamos en que te llevarías a Kyuhyun a Londres!

— ¿Qué tan cruel puedes llegar a ser? —Escupió mi hermana con fervor y me sentí 
querido y entendido por primera vez al ver una lágrima rodar por su rostro.- ¡Míralo! 
—Gritó en un susurro.

— ¡Suficiente! —Exclamó mi padre interrumpiendo el drama, tal como siempre lo hacía. Sentí un temor asqueroso al escucharlo hablar. Todo dependía de él. Clavó su mirada en mí y sonrió.- ¿Lo amas? —Musitó con la voz calmada.-

Asentí entre el llanto y sonreí al ver mi camino alumbrarse.

— Se la gran persona que eres —Miró a Jongwoon y asintió— te quedas, Kyuhyun —Sonrió. Con un nudo en la garganta, corrí hacia los brazos de mi padre y lo abracé con fuerzas… si comprendía. Apenas me alejé, miré a Jongwoon y sonreí con conmoción, extendió los brazos y volví a correr para alcanzar lo que creí imposible. Rodeé su cuello con mis brazos aún temblorosos y besé sus labios con sentimiento. Volví a sentirme vivo, volví a sentir a mi corazón latir, a mis sentidos despertar, a mi mundo alumbrar nuevamente y a sentirme feliz.-

— Te amo —Sollocé sobre sus labios mientras lo miraba a los ojos.-


— También te amo mi vida —Susurró y volvió a besar mis labios con esa ternura que 
solo él sabía entregar.-

Quien sabe lo que nos depare el futuro… solo sé que estando junto a esa persona especial, que te hace sentir vivo, que te hace soñar más allá de los limites, esa persona que está ahí para cada caía, quien te da los ánimos y energías para empezar con un nuevo día. Esa persona que te saca de rutina y alumbra tus días más oscuros. Quien te enseña lo que es realmente el amor y te hace descubrir lo maravilloso de estar enamorado… la vida puede llegar a ser perfecta.

Me without you Cap. 7



Actualización del MWY \*-*/ 
Una vez más lamento no haber podido actualizar, y seguido de ahora en adelante lo dudo, sólo les pediría paciencia, esta escritora es lenta u.u pero aún así la quieren jajaja



Habían pasado tres días desde entonces y no tenía la más mínima idea de Jongwoon. Me sentía desesperado y ampliamente torpe, había estado encerrado en mi habitación los tres días y sin hacer nada por averiguar cómo iban las cosas, tampoco tenía intenciones en hablar con mis padres, por lo que el camino se encontraba aún más difícil para indagar. 

Caminé de un lado a otro por toda la habitación, pensando en algo que hacer, debía de haber algo. Las posibilidades se iban reduciendo cada vez más y justo en el momento en que creí que no encontraría respuesta, el teléfono sonando al exterior de mi cuarto, me llamó. Era obvio que mis padres me habían quitado el teléfono de mi habitación, mi celular y cualquier otro aparato con el que me pudiera comunicar y para que no ocupara el teléfono de la casa, habían puesto a las dos personas a cargo del aseo, su atención en mí.

Tenía que correr un riesgo, salí de mi habitación en silencio, tomé el teléfono y con 
lo largo del cable, fue suficiente para que llegara hasta el armario del pasillo. Me senté
en el suelo y traté de cubrirme con los viejos y polvorientos abrigos que habitaban el 
oscuro armario. Sentí un nudo en mi corazón y creció aún más cuando el pitido de la llamada comenzó a sonar agudamente en mi oído derecho.

— ¿Diga? —Contestó del otro lado la suave voz de Madre.

— Señora, habla Kyu —Musité con nerviosismo. Pensé que por lo que había sucedido 
no querría hablarme.-

— ¡Niño! —Exclamó tal como si estuviese asustada— ¿Cómo estás? —Preguntó preocupada.-

— Yo… quería pedirle disculpas, todo esto… que está pasando es mi culpa, por mi culpa  Jongwoon… puede que esté en la cárcel o… —Mi voz se agudizó y supe que dentro de pocos segundos volvería a llorar.-

— Kyu… no te preocupes —Al parecer no estaba preocupada por su hijo, sino por mí— Jongwoon está bien, está aquí en casa, no sucedió nada y gracias a dios no tuvo que ir a prisión —Mis ojos se abrieron en su totalidad ¿No estaba en la cárcel? ¿Cómo es posible? Mis padres habían jurado dejarlo morir detrás de las rejas y ahora me entero de que las cosas no fueron y no son tan parecidas a como mis progenitores las habían especulado— ¿Kyuhyun? ¿Estás ahí? —La voz de ella interrumpió todos mis pensamientos interrogantes y sacudí la cabeza para salir de aquella laguna mental.-

— Lo siento… lo siento, yo… mis padres habían dicho que… —Creo que me encontraba en uno de esos estado a los que se les llama “Estado de shock”-

—Lo sé, es por eso que estaba preocupada, sé que tus padres te tienen con la idea de que Jongwoon está en la cárcel, pero estate tranquila, él está bien y desesperado por volver a verte y poderte hablar —Primera sonrisa durante tres días.-

— Es una lástima que… —Y aquí venía el llanto— que…no pueda verlo. Estoy… muriendo de a poco y no es por exagerar… de verdad que… en cualquier momento no resistiré más —Sollocé y una fría lágrima corrió por mi mejilla.-

—Ay, mi niño, no llores… te pasaré con Jongwoon… espera un minuto —Ni si quiera me quedó voz para responderle, me quedé en completo silencio esperando a que la voz de mi novio apareciera al otro lado.-

— ¡Kyu! —Lo escuché exclamar exaltado— ¡Dios! ¡Pequeño! ¿Cómo estás? —Y ahí iba 
otra vez. Se puede decir que exploté en llanto al sentir su acaramelada voz.-

— Jongwoon —Sollocé con una torpe sonrisa en los labios, mientras secaba afligida las
lágrimas que corrían por mis mejillas— Jongwoon… ¿Qué fue lo que pasó? ¿Cómo estás? ¿Qué pasó con la policía? —Tenía millones de preguntas, más Jongwoon al parecer no estaba interesado en responderlas.-

— Kyu… —Interrumpió y carcajeó suavemente— Pequeño, estoy bien ¿Si? No pasó nada, estoy en casa, lejos de la policía y sin problemas, al parecer tus padres no tienen el corazón tan de piedra —Musitó con nostalgia.-

— No, para que hayan hecho algo así… no lo sé, quizás… tienen otros planes en mente —Y eso podía ser verdad. No dejarían que Jongwoon quedara en libertad, sabiendo que cualquier día podríamos escaparnos.-

— No seas paranoico, quizás prefirieron dejar las cosas así y punto, después de todo… 
sería injusto que me metieran en la cárcel —Suspiró.-

— Puede ser… —Cerré los ojos y traté de sentir que su respiración, voz y todos sus 
sentidos estuviesen a mi lado.-

— Kyu… —Susurró.

— ¿Si? —Respondí aún con los ojos cerrados.-

— Te amo tanto —Musitó. Fue increíble lo que sentí al escucharlo decir tales palabras. Fue algo mágico, no lo sé, pero sentí como si volviera a vivir, como si mis días de depresión se hubiesen esfumado. Mis ojos se cristalizaron nuevamente, pero no de
tristeza, sino de esperanza, sabía de alguna manera que pronto volveríamos a vernos y estaríamos juntos otra vez, queriendo que fuese eterno.-

— Sabes que te amo, que te adoro, que… que eres lo más importante que tengo —Sonreí entre las lágrimas. Nos quedamos en silencio, quizás disfrutando de la cercanía, lejana, en la que estábamos… la cual… no duró mucho. Sentí los gritos de mi madre en el primer piso, anunciando que habían llegado y llamándome para que bajara a comer.- Donghae, tengo que cortar, prometo llamarte, no sé cuándo, pero lo haré, mis padres acaban de llegar. Te amo —Hablé con apuro.

— Seguro. Estaré extrañándote. Te amo —Susurró.-

Sonreí y corté la llamada. Me apresuré en enrollar en cable del teléfono y salí del armario dejando el aparato tal como estaba.

Corrí por las escaleras y llegué hasta el comedor, donde mis padres se encontraban hablando con una sorpresa inesperada.

— ¿Ahra? —Musité con los ojos abiertos. ¿Qué hacía mi hermana mayor en el comedor de la casa? Ayer estaba en Inglaterra.-

— ¡KyuHyun! —Exclamó con los brazos abiertos. ¡Dios! ¡Esto era una gran sorpresa! Al fin alguien que pudiera sacarme una sonrisa en estos días de duelo. Mi duelo.-

— ¡Ahra! —Corrí hacia sus brazos y me refugié en ellos con una sonrisa de oreja a oreja
en el rostro. ¡Como la extraña! ¡Hace un año y medio que no nos veíamos! ¡Esto era una gran sorpresa!-

— ¡Mira cómo has crecido! ¡No esperaba encontrarme con un hombre, aún venía con el concepto de encontrarme con esa carita de bebe —Carcajeó.-

— Al fin alguien que nota la diferencia, hay gente en esta casa que cree que sigo
cumpliendo 7 años cada 3 de febrero —Carcajeé y luego miré a mis padres con seriedad.-

— Ya veo —Rió— Ven, vamos a comer, hay de muchas cosas que tenemos que hablar.-

— Seguro —Sonreí y me senté en la mesa junto a mi hermana, mis dos hermanos pequeños y mis padres.-

La cena me hizo recordar a esas que teníamos cuando éramos una familia completa, cuando mi hermana mayor estaba en casa, cuando mis padres eran unidos y todo parecía ser perfecto. 

Incluso llegué a pensar que las cosas podrían llegar a cambiar.

— Kyuhyun —Musitó Ahra con una sonrisa ida en el rostro.

— ¿Si? —Sonreí.

— Hay algo que queremos decirte, yo, mamá y papá —Okay, su tono de voz no estaba gustándome, para nada— No vine desde Inglaterra por nada, tengo una… seria misión aquí —Carcajeó.-

— Que feo ¿Eh? —Carcajeé— pensé que estabas interesada en venir a vernos —Reí.

— Y estás en lo cierto, de hecho, volveremos para navidad —Sonrió.

Me quedé en completo silencio… ¿Había escuchado bien? ¿Volveremos? ¡Oh claro! Hyun Joong  y Sulli, su esposo y mi sobrinita de tres años, deben de estar en la ciudad también. En un momento creí que hablaba de mí.-

— ¿Hyun Joong y Sulli están aquí? —Sonreí y tomé un pequeño sorbo de mi coca cola.

— No. Kyu, trato de decirte que… Bueno, tus padres tomaron una decisión y… mañana nos vamos a Inglaterra. Tú y yo, Kyu —Me miró con tristeza. Todas las palabras que tenía en la boca se habían esfumado y el mundo a mi alrededor había muerto. ¡No podía ser verdad!-

Me quedé en silencio observando con detención cada rostro presente en la mesa, seguramente esperando un “¡Caíste!” más nadie expresaba ni una sola sílaba.

¡Já! Ya, ya pueden decirme que es una broma —Sonreí y volví a tomar mi refresco. A pesar de parecer como si estuviera relajada, en el fondo sentía los nervios, la rabia y toda esa cantidad de sentimientos asquerosos florecer de una sola vez.-

Lamento decirte que no es una broma —Musitó mi madre alejando su vista de mí y
ocultándola en su plato de comida.-

Ya basta de juegos… ¡No seas infantiles! —Carcajeé con la voz temblorosa y con mis  expresiones de felicidad desapareciendo— no pueden llevarme a Inglaterra, tengo toda una vida aquí, déjense de decir estupideces y digan que todo esto es una broma, no tengo todo el día para esperarlos —Me negaría rotundamente a la nueva idea. ¿Yo en Inglaterra? Empezar toda una vida de nuevo, una vida sin… Jongwoon. Por favor, tenían que decirme que no era más que una broma.-

Basta, Kyuhyun —Habló mi padre apoyando los servicios que llevaba en cada mano en la mesa— partes a Inglaterra mañana y no quiero escuchar un pero, tampoco interrogaciones ni excusas. Si ya terminaste tienes el permiso para ir a tu habitación y ordenar tus cosas, esta noche debes tenerlas lista —Volvió a concentrarse en su plato de comida.-

Nunca lo había escuchado tan firme, serio, frío y sin… sin cariño. Mi vida era un desastre. Me puse de pie con brusquedad, lo que provocó que la silla cayera hacia atrás, despertando la atención de todos.

¡BIEN! —Grité apretando mis puños— ¡Me iré a mi habitación y no para arreglar maletas! ¡Sino porque son la peor familia que existe en el mundo y no resisto seguir comiendo y compartiendo con la clase de gente que son ustedes! ¡Son unos egoístas manipuladores! ¡Los odio! ¡Los odio! —Grité con el corazón hecho pedazos. Salí corriendo del comedor y subí las escaleras lo más rápido que mis piernas lo permitieran. Apenas la puerta de mi cuarto se cerró a mis espaldas, las lágrimas aparecieron formando cascadas. ¡No podían estar hablando enserio! ¿Cómo se atrevían a hacerme algo así? ¡Claro! ¡Les encantaba, fascinaba ver mi vida arruinada! ¡Verme infeliz era lo que los satisfacían!

Las lágrimas no dejarían de escaparse de mis ojos, lo que propusieron un terrible cansancio. Me acomodé en la cama y abracé la gran tortuga de peluche verde que decoraba el acolchado. Pronto mis párpados comenzaron a pesar y me hundí en un sordo sueño.

Desperté al sentir suaves golpes en la puerta de mi habitación. La habitación se encontraba
con una luz tenue, debía de ser tarde. Miré mi reloj y las manecillas anunciaban las
10:00pm. Si, si era tarde.

Kyu… Soy Ahra ¿Podrías abrirme por favor? Necesitamos hablar —Musitó con esa
suave voz que la caracterizaba. Me senté en la cama y me quedé con la mirada fija en la puerta… Quizás si hablaba con ella podría convencerla de no viajar a Inglaterra, quizás mis padres no le contaron con detalles mi situación. Caminé con las piernas temblorosas hasta la puerta, la abrí y al mismo tiempo dejé que la luz intensa del pasillo me cegara. Me hice a un lado y caminé hasta la cama, me estiré nuevamente y cerré mis ojos.

BabyKyu —Un sobrenombre que nadie sabía— ¿Por qué estás en desacuerdo
con tus padres? Siempre quisiste ir conmigo a Inglaterra, ahora que se te pone enfrente la oportunidad la rechazas
Sentí como su cuerpo hacía presión en la esquina de mi cama. 

Abrí mis ojos y me senté para mirarla con rabia.

Tú no tienes idea ¿Verdad? Mis padres no te contaron como son realmente las cosas —Me crucé de brazos y apoyé mi espalda en respaldo de la cama.-

Solo… me dijeron que han tenido varios problemas contigo, que quieren que cambies  de actitud y un cambio brusco te haría bien —Sonrió con inocencia. Yo estaba en lo correcto, mis padres no le habían dicho nada.-

¿Es una mala actitud amar a alguien? —Susurré y sentí mis ojos cristalizarse… una vez más.-

No, para nada ¿Por qué lo preguntas? —Sus expresiones cambiaron rotundamente,
comenzaba a darse cuenta de que la idea de mis padres iba algo más a allá de mi actitud.-

Me enamoré de un chico, su nombre es Jongwoon —Sonreí con tan solo pronunciar su nombre— Es el chico más tierno que podrías llegar a conocer, me protege, me apoya, me ayuda y lo más importante… me ama —Sonreí y una lágrima corrió por mi mejilla.-

Ahora comprendo… pero… ¿Estás seguro de que te ama? —Alzó las cejas.-

Completamente seguro —Suspiré.-

Entonces… ¿Por qué tus padres te alejarían de él?

Porque la familia de Jongwoon no es el tipo de familia como la tuya, créeme que no me enorgullece, ni me considero parte de la clase de gente que son mis padres y el resto. Su familia es de esfuerzo y su situación económica no es tan buena, es por eso que mis padres le tienen tanto odio… —Apreté mi mandíbula y miré hacia un lado, tratando de calmar la ira que sentía dentro.-

Kyu, tus padres solo quieren lo mejor para ti… — ¿Qué? ¿O sea que estaba de
su lado?

¿Perdón? —Interrumpí su consejo— Entonces… puedo inferir que todos ustedes prefieren verme con un hombre que me maltrate, pero que tenga buena situación económica a que con un hombre que me ame, que me aprecie, que me cuide, pero que no tenga la misma cantidad de dinero como mis padres… —Dije con la voz seca.

No, Kyu, no es eso… es solo…

No quiero seguir discutiéndolo… —Volví a interrumpir.-

Kyuhyun, no puedo hacer nada con respecto a todo esto, yo… tengo que llevarte
conmigo a Inglaterra mañana. Para no ser tan cruel, si quieres… escríbele una carta y mañana pasamos de camino al aeropuerto a dejársela, papá y mamá no se enterarán, ellos estarán en el aeropuerto minutos antes… tendrás que serle sincera, no puedes dejarlo sin saber nada —Musitó con la voz apenada y se puso de pie— arma tus maletas… yo… estaré en mi habitación por si necesitas algo. Sin decir más, se marchó de la habitación y me dejó en un silencio aterrador y apagado. Debía hacerlo, si me iba a Inglaterra, debía dejarle las explicaciones a Jongwoon.

Kim Jongwoon:

“Lo lamento tanto, no sé cómo puede haber gente tan fría, tan cruel en este mundo.
Posiblemente no querrás saber más de mí cuando termines de leer esta carta y lo entiendo, es un hecho cobarde, pero tienes que saber que fue una decisión tomada por mis padres. 

Todo se escapó de mis manos y no hubo nada que pudiera haber hecho.
Perdón por hacer esto, pero no podía marcharme dejándote sin saber cómo son las cosas. 

Me voy, me llevan a Inglaterra tal como un esclavo, un exiliado. Gracias por haberme demostrado lo que es el amor, por haberme hecho sentir cosas inexplicables, por haberme enseñado a querer y a valorar la vida. Gracias por haberme hecho confiar en mi misma, por estar ahí en los momentos en que todo se deshacía.

Sabías escucharme cuando me quedaba en silencio, cuando me mirabas a los ojos y leías que era lo que sentía, que era lo que quería. Cuando decías que todo estaba bien, cuando no y me hacías sentir fuerte y seguro.

Fuiste y serás la persona más importante en mi vida y desearé borrar este adiós de mi mente cuando vuelva a ver tu rostro, porque sé que no es un adiós infinito.
Te amo, te amo tanto amor. Y necesito que seas feliz, por muy lejos que esté, sentiré esa sonrisa y me harás seguir adelante, tal como lo hacías.”

Con amor, Cho Kyuhyun.


La verdad, no era mucho, pero quizás era lo justo y necesario para hacerle entender lo que fue y será para mí.


Dejé el lápiz a un lado y guardé el papel en un pequeño sobre blanco. Ya no había nada más que hacer, no más que enfrentar lo que sería mi próxima vida y seguir adelante con el corazón quebrado y con la esperanza de volver a encontrarme con la persona a quien amé, amo y amaré por siempre.

martes, febrero 25, 2014

Me without you Cap 6



Y llegue con la siguiente actualización del día. Este también va dedicado a mi acosadora :3 
Debo decir que está cerca el final


A leer~


— Tus labios saben más dulces que otras veces —Musité luego de habernos alejado unos  centímetros, aún con los ojos cerrados y disfrutando del exquisito sabor que había dejado impreso en mis labios. Escuché como carcajeaba levemente, mientras sus manos acariciaban con ternura mi piel bajo la remera blanca.-

— Es porque lo extrañabas, solo eso —Depositó nuevamente un corto beso en mis labios y pronto alejó los suyos para chocarlos en mi frente.-

— Como ya estoy mucho mejor —Me alejé de un salto, con una expresión risueña en el rostro— podríamos salir a caminar —Dije con entusiasmo.-

— No lo sé, no es… no es muy buena idea… aún —Me miró desconforme y yo fruncí el ceño 

¿Qué era lo que sucedía ahora?

— ¿Qué no te das cuenta de que ya estoy bien? ¿O es que no lo entiendes? —Me crucé de brazos. Debía de dejar esa actitud, tarde o temprano le molestaría. Antes de que dijera algo, suspiré y relajé mis expresiones, basta de ser tan orgulloso y testarudo. — Disculpa, disculpa… —Abrí mis ojos y le sonreí— tengo que dejar a un
lado mis actitudes —Volví a suspirar— entiendo. Creo saber por qué no quieres que salgamos a caminar… vengo saliendo de un muy mal resfriado. Nos quedaremos en casa, no hay problema —No creí que pudiera haber sonado tan sincero, de hecho, estaba siéndolo. Se quedó en silencio y mirándome con impresión. Debieron de sorprenderles mis palabras tan maduras, justamente era eso lo que quería que pensara de mí, que tuviera una idea de que podía ser muy maduro y responsable.-

— Me sorprendes —Sonrió, se cruzó de brazos y balanceó su cuerpo sobre sus pies.-

— No quiero que creas que soy un malcriado, llevado a sus ideas —Era cierto. Quizás con mis actitudes pasadas, podría llegar a pensar que sería igual que toda la gente de mi entorno.-

— Lo fuiste cuando estabas resfriado —Me reprochó, mientras que de a poco asomaba una sonrisa traviesa en sus labios.-

— Lo sé, pero no fue solo por el hecho de que odie a los médicos, temía que pasara lo que pasó con el doctor Lee —Tragué saliva sonoramente, el solo hecho de imaginar que un día llegarían mis padres acompañados de una patrulla, todo por culpa de un médico, me erizaba la piel y a la vez arruinaba todo tipo de sueño a futuro que tenía en mente.-

— Te entiendo. Descuida, tengo suerte, nada malo nos ocurrirá —Cruzó un brazo por
mi espalda y de un leve empujoncito me invitó a caminar, lamentablemente, de regreso a la casa.-

— ¿Cómo puedes estar tan seguro? —Arqueé una ceja y levanté mi rostro para mirarlo con dificultad, el sol pegaba fuerte y no daba ayuda a mis ojos.-

— Mírame —Infló su pecho con orgullo… ¿Pero de qué? Seguía sin entender— Piénsalo, tengo a la mejor, más maravillosa y perfecta novio de este mundo ¿Acaso eso no es suerte?  —Me miró con la mejor cara de triunfador.-

Rodeé los ojos y choqué mi mano en mi frente. Muy tonto, pero tierno y adorable.

— No me habías dicho que tenías otra novia, Mr. Kim… —Lo miré con molestia fingida— porque  lo que es yo, soy una desgracia —A pesar de que me cargaba hacerme la víctima, aunque fuese solo para bromear, daba un buen resultado con Jongwoon. Lograba ponerlo completamente dulce y cariñoso. No se imaginan cuánto. Carcajeó y se alejó de mí. Antes de que riera ante mi cara de mosquita muerta, tomó de mis piernas y de un solo impulso me dejó colgando en su hombro derecho. Okey, ahora me tocaba fingir una pataleta, aunque… estaba disfrutando el panorama que Jongwoon me había dejado.

Mejor… para que simular enojo, se lo diría directamente. — Si crees que voy a regañar o algo… —Como pude me agarré de su espalda al momento en que comenzó a caminar—…Ni lo creas, luces muy espectacular desde aquí atrás —Reí y elevé una mano para dejarla chocar en uno de sus glúteos.-

— ¡Kyuhyun! —Se quejó entre risas— ¡Oye, eso no se vale! —Rio— ¡Ya verás! No creas
que no tendrás venganza —Ahora sí que necesitaba sujetarme bien. Había comenzado a correr y no era nada delicado.-

Entró a la casa y de una fuerte patada terminó cerrando la puerta de un portazo.
¿Qué diablos se traía en mente? Antes de que cuestionara sus acciones, me dejó caer bruscamente sobre el sillón largo de cuero negro. Creerán que esa brutalidad era dolorosa y temible, al contrario, era lo más sensual y placentera que podía imaginar… Más aún cuando desde lo alto, dejó de sonreír y mordió su labio inferior tentativo, seguramente disfrutando de mi imagen en el sillón, con las manos descansando a cada lado de mi rostro, con la respiración agitada y dejando que la piel de mi pecho se asomara por el borde de la delgada polera de gasa.

Estaba ansioso y reconozco que sentía igual. Mis manos morían por sentir su piel, tocarlo una vez más.

Cerré mis ojos y suspiré. Creí que lo llamaría de una vez por todas y se arrojaría sobre
mí… mas luego de ciertos segundos transcurridos no recibí respuesta alguna de su parte.

Iba a regañar antes de abrir mis ojos, más pensé que sería mejor idea saber qué era lo
que hacía. Me tragué las palabras y abrí mis ojos ampliamente, tratando de simular mi
asombro. Sonrió de costado y siguió con la mirada fija en mí.

Sus manos siguieron su trabajo: Desabrochar el pantalón. Tortuosamente retiró el cinturón de escena y lo dejó caer al suelo. Creí que eso iba a ser todo, pero quise darme un tiro, al momento en que mi corazón quiso salir de mi pecho, cuando lo vi desabrochar el botón de su ojal y deslizar lentamente el cierre del pitillo negro hacia abajo.

— No te gustó aparecerte desnudo por la pieza la otra vez. Bueno, ahora es mi turno
de jugar —Sonrió con maldad y se bajó los pantalones, dándome a observar lo bien que lucía con boxers blancos. Mordí mi labio inferior. Era imposible, por más que lo rogara, quitar mis ojos de aquel punto que poseía una gran voluminosidad. Okey, él quería jugar y hacerme perder el aliento. ¡Vaya que lo estaba logrando! Pero no me quedaría recostado sin hacer nada. Me senté en el sillón y sonreí travieso, tomé el inicio de mi polera y la quité en un dos por tres. — Eso no era parte del plan —Se quejó sensual y se sentó a un lado, para tomarme por la cintura y hacerme sentar en su regazo. Ya no quería esperar más, por lo que con desesperación tomé su rostro entre mis manos para atacar sus labios tan provocativamente acaramelados.
 

Sus manos sabían y bajaban desesperadas por mi espalda, con libertad única. Por lo que supuse que pronto terminaría con mi torso desnudo, más prefirió retenerse y seguir acariciándome como pudiese. Yo por mi parte, estaba entretenidísimo recorriendo delicadamente su torso. Era un completo deleite.

Nuestros labios nunca se habían visto más inquietos y sedientos del otro. El néctar que
me brindaban sus besos me llenaba de una sensación completamente enloquecedora y sentía como de a poco comenzaba a entrar en éxtasis.

Su lengua energética recorría mi cavidad bucal con sumo detalle y sin preocupación, mientras que la mía se encontraba entusiasmada por darle pelea, en la cual, Jongwoon parecía salir victorioso. Mientras me dedicaba a devorar sus labios sin compasión, yo mismo me apresuré a desabrochar mis pantalones y quitarlos, como pude, de escena.

— Ya estaba… extrañándote… —Suspiró con los ojos aún cerrados y acariciando, con
alguna intención, mi espalda baja. Sonreí y rodeé su cuello con mis brazos. 

Acarició mi pierna suavemente, haciéndome enloquecer con cada roce de su piel sobre la mía.

Mi respiración se agitaba notoriamente y creo que fue aún peor en el momento en que sentí como sus besos descendían Hasta mis hombros.
Nunca creí que pudiera entregarme tanto, era increíble esa manera de trasmitir lo que sentía en cada beso, en cada caricia, en cada acción… en cada mirada y suspiro.
Me estaba volviendo loco y me sentía completamente llena al saber que lo amaba y que él a mí… y si, estaba seguro de que así era. Creo que… mi experiencia de vida me había llevado a adivinar con tan solo mirar a los ojos, la clase de personas que son y lo
que en verdad siente.

Jongwoon, de a poco comenzaba a perder la razón y aún así, hacía el vago intento por mantenerse calmado y tratarme tal como un muñeco de cristal. A pesar de que me encantaba que fuese tan cuidadoso conmigo, esta vez quería ver a un Jongwoon descontrolado y desesperado por tenerme una vez más, por lo que debería comenzar a actuar ya.

— Te amo… —Solté sin aliento mientras trataba de recuperar mi posición inicial y mirarlo directamente a los ojos.

— Igual... yo —Musitó con dificultad, mientras mordía su labio inferior y cerraba los ojos.
Sus expresiones de placer me incentivaban a seguir y la energía en ambos cuerpos
aumentaba notoriamente.
Finalmente, nuestros cuerpos fueron dejando a un lado la velocidad y el cansancio se
apoderó de a poco de ambos.
Se recostó a lo largo del sofá y yo me acomodé sobre su pecho. Sonreí al escucharlo suspirar y acariciar mi espalda con ternura, me hubiese gustado poder adivinar lo que pensaba es ese preciso momento.

— Creo… —Comenzó a decir con la voz aún ahogada— creo que… nunca en mi vida… había sido tan feliz —Musitó para luego largar otro sonoro suspiro.-

Pensé que había caído en un horrendo sueño, que no era más que una pesadilla, cuando las sirenas se intensificaron y a los segundos aparecieron dos patrullas, seguidas de un auto gris con vidrio polarizado… el auto de mis padres.

Jongwoon y yo saltamos del sillón, pero aún así sin reaccionar a acomodar nuestras
ropas en sus respectivos lugares.

Mis ojos se cubrieron de lágrimas, esto… esto era el fin de todo.

Miré a Jongwoon y sentí una lágrima correr por mi mejilla. Me miró con los ojos tristes y
apagados y volvió a dirigir la mirada hacia el jardín.

Mientras los policías bajaban con apresuro de sus vehículos, nosotros tratábamos de
vestirnos lo más rápido que fuese posible, pero los nervios… jugaban en contra y mis
manos, las cuales temblaban notoriamente, no provocaban más que torpeza.

—¡Abran la puerta! ¡En este mismo momento! ¡Están rodeados por la policía! —Exclamó
un oficial mientras golpeaba la puerta. Comencé a llorar en silencio mientras acomodaba las últimas prendas. ¡No era justo! ¡Sabía que lo del médico había sido una mala idea!

Mi cuerpo temblaba sin control y Jongwoon me refugió con fuerza entre sus brazos.
— Estaremos bien… te lo prometo —Susurró con la voz temblorosa, besó mi frente y
tomó mi rostro entre sus manos para sonreírme apenado, mirarme a los ojos y hacerme sentir seguro, más sus ojos vidriosos y obligados a ocultar el miedo que sentía… me hacía creer que todo estaba perdido.

— ¡Si no abren la puerta en este mismo instante, nos veremos obligados a derribar la puerta! —Volvió a exclamar. Jongwoon miró hacia la puerta y yo clavé mi mirada, llena de odio y rabia, en la pareja que bajaba del auto gris, mis padres. Besó mis labios de improviso y caminó hacia la puerta. Mis sentidos se detuvieron por completo al notar como giraba la manilla y comenzaba a abrir la puerta.-


Capítulo Nº17

— ¿Qué haces? —Sollocé con los pies pegados a la superficie. Me era inútil moverme, 
pareciera que todos mis sentidos se habían escapado de mi cuerpo, dejándome inmóvil y con  el corazón en la boca.-

— Es… lo mejor —Susurró sin voltearse y de una vez por todas abrió la puerta, 
dejándose enfrente de dos oficiales con expresiones amargas.-

—Está usted detenido —Expresó con suma seriedad un policía, tomando a mi novio con brusquedad de un brazo y tironeándolo hacia el exterior— por secuestro y abuso de un menor de edad —

¡¿Qué?! ¡Esto no podía ser verdad.

Finalmente sentí como algo me invadía y supuse que era esa adrenalina que recorría
todo mi cuerpo. Miedo.

Agité la cabeza y corrí hacia a Jongwoon, abrazándolo por la espalda. ¡Lo estaban acusando de secuestro y abuso! ¡Todo esto fue idea mía!

— ¡No! —Grité llorando mientras apoyaba mi rostro en su tibia espalda— ¡No pueden 
arrestarlo! ¡Fue idea mía!

— Kyu… ya —Lo escuché susurrar.-

— Joven, será mejor que lo suelte ahora mismo si no quiere que las cosas empeoren —Sugirió con amabilidad un oficial, más yo parecía no poner atención.-

— ¡Ven aquí ahora mismo! —Escuché la voz furiosa de mi madre. Tomó uno de mis brazos y me jaló con fuerzas, alejándome de mi novio— ¡¿En qué diablos estabas pensando?! ¡Ahora lo más probable que quedes embarazado! Y lo peor de todo es que es un pobre —Escupió cada palabra con asco, aún más cuando miró de reojo a Jongwoon.-

— ¡Eres de lo peor! —Grité soltándome de su amarre— ¡Son la peor familia que me pudo haber tocado! —Volví a elevar la voz y me giré con desesperación a buscar a Jongwoon.-

Sentí algo explotar dentro de mí cuando me di cuenta de lo que sucedía. Uno de los policías tomaba firmemente las manos de Jongwoon, procurando mantenerlas firme en su propia espalda, mientras el otro ponía esposas en sus muñecas ¡Tal como a un criminal!

Mi cuerpo tembló y una extraña fuerza se apoderó de mí. Mis pies tomaron firmeza y corrí desesperadamente hacia el oficial.

— ¡Suéltenlo! ¡Maldita sea! ¡Suéltalo! —Grité desesperado mientras lo tomaba por la 
espalda, haciendo un inútil intento para que lo dejara libre.-

Escuché gritar a mi madre detrás, más mi rabia e impotencia no me detendría.

— Kyu… no sigas —Lo escuché decir la voz apagada, pero ni él en estos momentos
detendría mis acciones.-

— Joven, por favor —Escuché al oficial, cual voz de a poco iba tornándose molesta.
Sentí como dos fuertes manos presionaban mis brazos. Supe que era el otro oficial que
ayudaba a su compañero a seguir con su labor.

— ¡Ya déjeme! —Grité pataleando al momento en que logró alejarme de la espalda de su  compañero.-

— ¡Kyuhyun ya es suficiente! —La voz de mi padre hizo presencia por primera
vez en la escena y un cosquilleo atemorizante me recorrió.-

Las lágrimas caían seguidamente por mis mejillas, aún más cuando la presión que el oficial ejercía en mis brazos se iba tornando aún mayor.

— Suéltelo —Noté la sombra de mi padre en el suelo, al frente de mí.

Mis brazos quedaron libres y antes de que pudiera correr en dirección al auto patrulla donde habían metido a Jongwoon, mi padre me tomó del brazo, haciéndome sollozar por lo delicado que estaba.— Es lo peor que podrías haber hecho Kyuhyun —Escupió cada palabra con rabia, incluso con asco, como si se avergonzara de tener un hijo como yo.

— ¡Yo lo amo! —Exclamé entre sollozos.

— ¡No digas más! ¡Ya vamos nos a casa! —Me tironeó de un brazo, más ni un paso pude dar. El aire se escapaba de mis pulmones y mis piernas temblaron notoriamente.

Caí al suelo de rodillas, lastimándome al momento en que chocaron con el suelo de pequeñas y puntiagudas piedrecillas.

Agaché el rostro, tratando de recuperar el aire y haciendo un esfuerzo para mantenerme despierta.

Algo parecido a un rayo atravesó mi corazón al sentir como el motor del auto patrulla se ponía en marcha, levanté el rostro y en segundos el auto pasó en frente de mí, dejándome ver su imagen. Un viento escalofriante recorrió el lugar y una lágrima silenciosa corrió por mi mejilla al notar su rostro inundado de ellas.

Sentí como algo dentro de mí se desgarraba, aún peor cuando el auto desapareciendo por el camino de tierra, dejándome con seres malvados y despiadados.
Grité con el pecho ahogado y con las uñas incrustadas en el suelo.

— ¡Levántate enseguida! —Exclamó la ronca voz de mi madre. Estaba furiosa y mi llanto, mi pena y dolor, solo empeoraba las cosas. Me tomo de un brazo, como de costumbre, y me alzó con fuerzas, logrando que mis pies temblorosos tocaran el suelo— ¡Iremos a un médico! —Clavó su mirada penetrante y ardiendo en mis ojos— debes de estar embarazada o algo parecido ¡Te debió de haber violado! ¿Qué acaso no entendía aún? ¿No…?

— ¡ERES UNA MALDITA DESGRACIADA! —Grité azotando mi brazo en el aire para que me liberara de su agarre— ¡JONGWOON ES LA PERSONA MÁS HONESTA, SINCERA Y RESPETUOSA QUE HE CONOCIDO EN TODA MI VIDA! ¡NI SI QUIERA QUISO O INTENTÓ TOCARME! ¡YO! ¡YO ME ENTREGUÉ! ¡SE NEGÓ A MI! ¡ABRE LOS OJOS MALDITA SEA! —Grité furiosa, resistiendo de no elevar una mano en el aire y abofetear su pálido rostro, más antes de que la mía la golpeara, el choque de su palma contra la piel de mi rostro hico eco en toda la hectárea.


— No… te atrevas a insultarme de esa manera —Susurró con la voz temblorosa— vámonos  ahora mismo a casa, hay cosas por hacer. Y al término de aquella frase, lo único que pude escuchar fueron sus fríos pasos caminar sobre las piedrecillas y detrás de ellos, los de mi padre.-

Caminé como una condenada a muerte hacia el auto y me estiré a lo largo del asiento, cerrando
los ojos y dejando que toda lágrima se derramara, deseando desaparecer en ese mismo instante.

Continuara~